lunes, 26 de noviembre de 2012

Carlos de Inglaterra: se me agota la paciencia.

Carlos de Inglaterra: “Se me está acabando el tiempo”

A los 64 años, el heredero al trono británico admite su impaciencia por suceder a su madre

El príncipe Carlos de Inglaterra, en una imagen del 21 de noviembre de 2012. / CORDON PRESS

“Se me está acabando el tiempo”, ha dicho Carlos de Inglaterra. Lo ha confesado en un vídeo colgado en la página web de Clarence House, la residencia que fue de la reina madre, y ahora ocupa él y su esposa Camila. Es la primera vez que el príncipe de Gales habla de manera tan clara sobre su eterna condición de heredero. “El príncipe está expresando su angustia existencial e impaciencia”, dicen expertos monárquicos al Daily Telegraph. Durante la charla se produce la siguiente confesión. "¿Impaciente, yo? ¡pero qué cosas dices! Por supuesto que lo estoy". Y añadió: "Pronto se me acabará el tiempo. Como me descuide, voy a estirar la pata".
A sus 64 años, Carlos sigue esperando su momento que por ahora se antoja lejano, dado que su madre a sus 86 años se encuentra perfectamente de salud, como ha demostrado en todos los actos organizados alrededor de su Jubileo. Tampoco parece que la reina esté dispuesta a abdicar. Es más, hace poco tiempo declaró su intención de seguir trabajando por su país. La longevidad también es una tónica de la mujeres de la familia. La reina madre murió con 101 años.
En abril de 2011 Carlos se convirtió en el heredero al trono británico que más tiempo lleva esperando a acceder a él. El actual príncipe de Gales, que se convirtió en heredero aparente a los tres años, cuando su madre accedió al trono el 6 de febrero de 1952, ha batido el récord que hasta entomces ostentaba el que luego sería Eduardo VII.
Esta reflexión en voz alta de Carlos llega además en un momento de máxima popularidad de su hijo Guillermo y de su nuera Kate, que han ganado mucho protagonismo dentro de la familia real, tanto que hay quien asegura que ellos son realmente el futuro de la Corona. Además a la edad de Carlos se une el que todavía hay muchos británicos que no olvidan a Diana y por tanto no perdonan al príncipe su infidelidad con Camila, ahora su esposa.
En este tiempo el príncipe se ha creado su propio perfil profesional promoviendo proyectos medioambientalmente exigentes, cultivando en su fincas productos orgánicos y luchando con arquitectos innovadores para que no rompan violentamente con la imagen de Londres. Prueba de ello es su polémica con los arquitectos Richard Rogers y Norman Foster.

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