El Cervantes premia a Caballero Bonald
Es uno de los autores clave de la literatura hispanohablante desde los años cincuenta
El Premio Miguel de Cervantes se ha rendido a la obra del narrador,
poeta y ensayista José Manuel Caballero Bonald. A sus 86 años, el
escritor de Jerez de La Frontera (1926) ha sido distinguido hoy con el
galardón más importante de las letras en español. El premio, de alguna
manera, palía una de sus grandes decepciones: no haber entrado en la
Real Academia Española (RAE). El anuncio fue hecho por el ministro de
Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, acompañado por la
escritora Ana María Matute (ganadora en 2010), el académico Darío
Villanueva y el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle.
Precisamente fue el secretario de la RAE, Darío Villanueva, que actuó como presidente del jurado, quien ha glosado la figura del poeta: “Su primera dedicación fue poética y la ha mantenido viva hasta hoy mismo. No ha guardado la pluma y sigue presente en nuestro repertorio de hoy. Fue evolucionando hacia una novela que nunca renunció a la poesía de la palabra, es un fabulador de historias y un maestro en el uso del idioma”. Villanueva destacó también su tradición memorialística y su proyección iberoamericana.
Concedido por el Ministerio de Cultura, a propuesta de las 22 Academias de la Lengua de habla hispana, el premio está dotado con 125.000 euros. El galardón reconoce la obra creadora de uno de los autores clave de la literatura hispanohablante desde los años cincuenta, que ha vivido en España y América Latina. Pertenece a una estirpe de escritores activos, inquietos y sin miedo a la exploración de las palabras por su significado y sonido en busca de borrar las fronteras de los géneros literarios.
Este reconocimiento le llega a Caballero Bonald cuando se cumplen 60 años de su primer poemario, Las adivinaciones, y 50 de su debut novelístico, Dos días de septiembre. El escritor jerezano es uno de los sobrevivientes de la llamada “generación del cincuenta”, de la que formaban parte autores como Juan García Hortelano, Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente y Claudio Rodríguez.
Es uno de los pocos premios importantes que le faltaban a Caballero Bonald que ha obtenido el Nacional de las Letras (2005), el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2004), además de tres veces el de la Crítica, por los poemarios Las horas muertas (1959) y Descrédito del héroe (1977) y por la novela Ágata ojo de gato (1974).
Precisamente este año el escritor ha publicado el que dice será su último libro: Entreguerras (Seix Barral). Una especie de autobiografía construida en un solo poema de 3.000 versos. “Ahí está todo lo que he escrito y todo lo que he vivido, ahí está como el compendio de mi literatura y mi vida y eso le da un valor estético especial”, contó el autor en una entrevista a este diario. El próximo año publicará Oficio de lector, un volumen que reúne sus ensayos sobre la literatura: reseñas, prólogos y conferencias inéditas que revelan las predilecciones literarias de su autor: desde Cervantes o Juan de la Cruz a Juan Ramón Jiménez o Gabriel Miró, desde Góngora o Quevedo a Mallarmé o Kafka, desde Juan Carlos Onetti o Álvaro Cunqueiro a César Vallejo o José Ángel Valente.
Tal vez más conocido por el gran público como poeta, Caballero Bonald ha dicho que la poesía es “una mezcla de música y matemáticas”. Se refiere a la búsqueda incesante del poeta no solo por plasmar una idea sino por hallar aquellas palabras que mejor combinen o sirvan para transmitir lo que el autor quiere desde del significado y la sonoridad. Según el crítico y escritor José-Carlos Mainer, se trata de un autor que “sabe que la literatura es fundamentalmente asunto de manipulación de palabras. En unos casos, se provoca una explosión deslumbradora y en otros, una explosión retardada y con ecos: fulminante y explosivo son los mismos”.
José Manuel Caballero Bonald se une a la lista de 35 premiados como Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Dámaso Alonso, María Zambrano, Octavio Paz o Nicanor Parra que lo obtuvo el año pasado.
Precisamente fue el secretario de la RAE, Darío Villanueva, que actuó como presidente del jurado, quien ha glosado la figura del poeta: “Su primera dedicación fue poética y la ha mantenido viva hasta hoy mismo. No ha guardado la pluma y sigue presente en nuestro repertorio de hoy. Fue evolucionando hacia una novela que nunca renunció a la poesía de la palabra, es un fabulador de historias y un maestro en el uso del idioma”. Villanueva destacó también su tradición memorialística y su proyección iberoamericana.
Concedido por el Ministerio de Cultura, a propuesta de las 22 Academias de la Lengua de habla hispana, el premio está dotado con 125.000 euros. El galardón reconoce la obra creadora de uno de los autores clave de la literatura hispanohablante desde los años cincuenta, que ha vivido en España y América Latina. Pertenece a una estirpe de escritores activos, inquietos y sin miedo a la exploración de las palabras por su significado y sonido en busca de borrar las fronteras de los géneros literarios.
Este reconocimiento le llega a Caballero Bonald cuando se cumplen 60 años de su primer poemario, Las adivinaciones, y 50 de su debut novelístico, Dos días de septiembre. El escritor jerezano es uno de los sobrevivientes de la llamada “generación del cincuenta”, de la que formaban parte autores como Juan García Hortelano, Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente y Claudio Rodríguez.
Es uno de los pocos premios importantes que le faltaban a Caballero Bonald que ha obtenido el Nacional de las Letras (2005), el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2004), además de tres veces el de la Crítica, por los poemarios Las horas muertas (1959) y Descrédito del héroe (1977) y por la novela Ágata ojo de gato (1974).
Precisamente este año el escritor ha publicado el que dice será su último libro: Entreguerras (Seix Barral). Una especie de autobiografía construida en un solo poema de 3.000 versos. “Ahí está todo lo que he escrito y todo lo que he vivido, ahí está como el compendio de mi literatura y mi vida y eso le da un valor estético especial”, contó el autor en una entrevista a este diario. El próximo año publicará Oficio de lector, un volumen que reúne sus ensayos sobre la literatura: reseñas, prólogos y conferencias inéditas que revelan las predilecciones literarias de su autor: desde Cervantes o Juan de la Cruz a Juan Ramón Jiménez o Gabriel Miró, desde Góngora o Quevedo a Mallarmé o Kafka, desde Juan Carlos Onetti o Álvaro Cunqueiro a César Vallejo o José Ángel Valente.
Tal vez más conocido por el gran público como poeta, Caballero Bonald ha dicho que la poesía es “una mezcla de música y matemáticas”. Se refiere a la búsqueda incesante del poeta no solo por plasmar una idea sino por hallar aquellas palabras que mejor combinen o sirvan para transmitir lo que el autor quiere desde del significado y la sonoridad. Según el crítico y escritor José-Carlos Mainer, se trata de un autor que “sabe que la literatura es fundamentalmente asunto de manipulación de palabras. En unos casos, se provoca una explosión deslumbradora y en otros, una explosión retardada y con ecos: fulminante y explosivo son los mismos”.
José Manuel Caballero Bonald se une a la lista de 35 premiados como Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Dámaso Alonso, María Zambrano, Octavio Paz o Nicanor Parra que lo obtuvo el año pasado.
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