Todavía en el siglo XX, las redes sociales de los individuos se referían a tres campos únicamente: las redes sociales del lugar de residencia, cuadra, manzana, barrio, colonia, fraccionamiento, etcétera; las redes familiares, nucleares o extensas; las redes laborales que se mantenían a lo largo del tiempo, porque los trabajos eran permanentes.
Todas esas antiguas redes sociales de los individuos posmodernos se han roto y se han transformado en otras cosas muy diferentes. Estamos en una era caracterizada por las transiciones de un estadio a otro.
En los inicios del siglo XXI surgen con mucha fuerza las redes cibernéticas, hasta alcanzar actualmente la cifra extraordinaria de novecientos millones de personas, distribuidos por todo el mundo.
Naturalmente son relaciones cibernéticas frágiles pero extensas, que se pueden romper con facilidad o establecer con la misma facilidad.
En cuanto más amplias son las redes de amigos en la red, menos se pueden considerar que esos contactos son amigos íntimos. Construir una relación de amistad íntima requiere de mucho tiempo y cuidado constante.
La red social más antigua es My Space con siete años, le sigue Facebook con seis años y la más reciente es Twitter con cuatro años.
Las redes actuales pueden ser de varios tipos: locales o globales, elitistas o populares, por preferencias deportivas, políticas, por padecimientos físicos o emocionales, por preferencias sexuales, etcétera.
El grave problema que confrontan los individuos en la red social a la que pertenecen, es que si aumenta desmesuradamente el número de contactos personales, se pierde la cohesión, los hilos de la madeja se van del control del individuo.
Los antropólogos han estudiado el tema de las redes sociales desde la antiguedad, más allá de los temas del parentesco real, para determinar que los individuos no pueden manejar una cifra de individuos mayor a 150 personas, que es la cifra de miembros de cualquier tribu primitiva.
En las actuales redes sociales se supera con mucho la cifra de 150 personas conocidas, hasta alcanzar la cifra de cinco mil, que es el tope que establece Facebook a sus miembros activos.
Hay muchas preguntas flotando en el ambiente cibernético:
¿Para qué quiere el individuo coleccionar tantas relaciones?
¿Cómo poder mantener cierto grado de intimidad con todos los contactos?
¿De dónde sale esa obsesión de querer ser tan conocido y reconocido y amado por la multitud de "amigos"?
El que mucho abarca, poco aprieta, dice el refrán popular, bien podría ser aplicado a los miembros de todas las redes sociales.
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