martes, 6 de abril de 2010

Sexo seguro y distante.

Un consumidor clásico de esta sociedad posmoderna no se aferra a nada de lo que posee, todo es desechable al fin y al cabo, todo se puede reemplazar por otro objeto, bien o persona adecuada.

Aquí difieren grandemente con lo que propone el budismo, que pregona el NO apego a las cosas y a las personas, pero no dice que hay que reponer lo que se desprende de uno, es más la idea es quedarse al final sin nada que ate al ser humano. el consumista, por el contrario, desecha y repone de inmediato lo que acaba de tirar al cesto de la basura.

Aquellos que no necesitan aferrarse a sus posesiones durante mucho tiempo, por cierto no el suficiente como para permitir que el tedio se instale, están en la cúspide. en la sociedad de consumo, la imagen del éxito es la del prestidigitador. Esta sociedad hiperconsumista tiene un ideal por cumplir, que los compradores compulsivos se acostumbren a ALQUILAR, en lugar de adquirir la posesión del bien o servicio, también es válido para las personas, éstas también se pueden alquilar.

La purificación del sexo permite que la práctica sexual se adapte a esos patrones tan avanzados de compra/alquiler. El sexo puro es considerado como cierta forma de garantía confiable de reembolso económico, y los compañeros de un encuentro puramente sexual pueden sentirse seguros, sabiendo que la ausencia de lazos afectivos compensa la molesta fragilidad de su compromiso.

El significado popular de sexo seguro ha sido reducido en los últimos tiempos al uso de condones. De hecho, usar condón protege a los compañeros sexuales de la infección del SIDA. Los varones y mujeres actuales desean tener un sexo seguro y no solo por el temor a contraer alguna enfermedad de trasmisión sexual. El meollo es que el sexo seguro debe conducir necesariamente a una relación de compromiso, al menos ese es el sentimiento de muchas parejas que propugnan por una práctica de sexo seguro.

En el mundo occidental y urbano posmoderno empieza a crecer un movimiento entre los jóvenes de ambos sexos, que es el sexo seguro sin contacto de cuerpos. Este movimiento social amplio proclama la virginidad (masculina y femenina) hasta el matrimonio, además queda implícito el hecho de las relaciones con absoluta ABSTINENCIA SEXUAL. No queda lugar para las relaciones sexuales prematrimoniales bajo ninguna excusa.

Desde el enfoque psicoanálitico pudieramos decir que la abstinencia sexual sofoca artificialmente el DESEO. Un ser humano sin deseo, no existe. Sin embargo, esta postura sexual de negar el deseo entre los seres humanos jóvenes, cobra mayor importancia entre algunas religiones cristianas, que postulan que el SEXO ES MALO.

Sin llegar a desconocer que existe otro tipo de sexo seguro y distante, que cobra mucha importancia, que es el sexo por La Red de la Internet, valiéndose de una cámara y de un micrófono que hace "Real" el acto sexual cibernético. Esto es lo "nuevo", "moderno" y "Chic".

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