El asesinato de la niña de cuatro años, a manos de su madre o de su padre, continúa sin resolver. El cuerpo de la niña ya fue sepultado, enmedio de una trifulca familiar, en la que las familias paternas y maternas de la niña de cuatro años asfixiada, excluyeron a la otra parte de las exequias fúnebres.
Las nanas que cuidaban de la niña asesinada, ya fueron ampliamente interrogadas por la policía y por las televisoras privadas, ya estuvieron arraigadas en un hotel bajo resguardo policíaco, ya las sacaron a realizar una reconstrucción de los hechos en la habitación de la niña asesinada, y ellas siguen siendo inocentes de cualquier incriminación de parte de sus patrones o de la policía investigadora.
El dedo acusador sigue apuntando fuertemente a la madre de la niña asesinada, una joven abogada con un notorio desequilibrio mental, que se ha atrevido a afirmar que a lo mejor "los extraterrestres se llevaron a su niña" (!!) La madre encuentra gran gozo dando entrevistas a la radio y a la televisión, las disfruta y les pide a los entrevistadores que ensayen las preguntas y respuestas, y que le digan si es fotogénica o no (!!).
La policía investigadora insiste en que el cadáver de la niña siempre estuvo en la habitación, metido en un estrecho hueco entre el colchón y la piecera de madera, versión imposible de creer, aunque el cadáver alguien lo colocó ahí precisamente, días despues de su asesinato, con la novedad que esos días los padres de la niña estaban presos. ¿Quién puso el cadáver de la niña en ese hueco estrecho de la cama?
La madre de la niña asesinada se dio vuelo dando entrevistas a la televisión, sentada en la cama de la niña; además en ella durmieron su amiga íntima y su hermana y su cuñado posteriormente. Esa cama fue hecha y rehecha varias veces a lo largo de los días en que supuestamente la niña estaba desaparecida. Y nunca alguien notó algo raro, ni olor desagradable, ni bulto alguno al pie de la cama.
La hipótesis de la niña asesinada metida en el gigantesco congelador de la cocina, ha sido desestimada por la policía investigadora. Tampoco han interrogado a los vecinos próximos y mucho menos se ha querido revisar esas viviendas conexas, en búsqueda de evidencias de la niña asesinada.
El Procurador de Justicia encargado de la averiguación previa de este crimen horrendo, no ha dado respuestas satisfactorias a la sociedad, dice que todo lo resolverá "la ciencia" o "el FBI" estadunidense. Ocurre que en este caso especial, tanto los padres de la niña asesinada como el mismo Procurador de Justicia, son de origen libanés, y esto puede estar obstaculizando el hallazgo de los culpables o de mayores evidencias que inculpen a los padres de la niña asesinada.
Según la declaración jurada de las nanas de la niña asesinada, afirman que esta pareja de padres de la niña tenían una relación matrimonial en quiebra afectiva, y se insinúa que existen evidencias de infidelidades de parte de ambos, constituyendo esto último en un factor decisivo en la muerte de la niña, por venganza o rabia.
Hay un cadáver sepultado la semana pasada, pero ningún responsable de ello, provocando la irritación de una sociedad sensible a la muerte trágica de niños indefensos. Los casos de filicidio, normalmente se deben a la locura de alguno de los padres o de ambos; las pruebas psicológicas y las observaciones del lenguaje corporal de la madre tendrían que arrojar alguna luz que esclarezca lo que las autoridades insisten en mantener en la oscuridad total.
¿Qué esconden los policías investigadores? ¿A quién defiende el Procurador a cargo del caso? La madre de la niña asesinada, ¿a quién quiere impresionar con su extraordinario histrionismo?
La verdad emergerá sorprendentemente, nadie sabe aún por dónde brincará la liebre asesina.
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