miércoles, 21 de abril de 2010

Llegar tarde a la fiesta.

Por una deficiencia generacional la tecnología me rebasa casi siempre, me atemoriza y me produce resistencias genéticas, como alergias virulentas y acné juvenil.

Yo nací en la época del radio y del cine en blanco y negro, y con esos medios me crié en Guatemala siendo niño. La evolución tecnológica mundial creció exponencialmente después de los años sesentas, y yo me situé fuera de la corriente del modernismo tecnológico, veía pasar ante mis ojos los avances pero luchaba por no ser seducidos por ellos. Tarea titánica para un joven nacido en la posguerra.

Llegué tarde a las videos, cuando ya iba de salido el formato BETA, yo me compré un aparato reproductor para ver películas en ese formato obsoleto.

Cuando apareció lo nuevo, lo revolucionario de ver cine en casa, el formato VHS y las cadenas gringas y nacionales de alquiler de películas, yo me mantuve al margen como siempre.

Entre paréntesis, me opuse a la adquisición de los NINTENDOS y los videojuegos para niños, mis hijos los utilizaron en las casa de sus amiguitos.

Cuando apareció en mi vida el uso de la Internet, fue en los lejanos años setentas, y en mi oficina de gobierno se introdujo tal sistema novedoso para consultar bases de datos, lo interesante de esta anécdota es que la persona que tenía bajo su responsabilidad el obtener información para los altos funcionario por la red, era un chico con síndrome de Down, hábil en cumplir con su encomienda. siempre me hizo sentir como un idiota ese chico.

Tarde aprendí a manejar la computadora, me daba temor equivocarme o dañar tan delicado aparato, además aprendí lo básico sin querer explorar más allá todas las posiblidades que ofrecía la tecnología en esa época. Mis hijos fueron mis maestros diestros en el manejo de las nuevas tecnologías computacionales. Con ellos aprendí lo básico.

Igualmente, puedo relatar mi atraso tecnológico con los teléfonos celulares, me demoré demasiado en adquirir uno ya obsoleto para entonces.

Hoy estoy en Tuitter, Hifive, Yahoo, Gmail, Hotmail.

Bueno hasta tengo un BLOG que me sirve para depositar ahí una serie de cuentos y relatos diversos sobre la vida social en la posmodernidad, mi BLOG se llama
freudenelparquemexico

Mi llegada tarde para entrar a la red social más grande del mundo, FACEBOOK, fue igual un intento inútil de resistencia generacional, lo veía como un sitio para jóvenes de todo el mundo, exclusivamente.

Y, oh, sorpresa, entro como en una fiesta a la cual estaba invitado de siempre y no asistía nunca.

Aparezco socialmente en FACEBOOK, hace unos cuantos días, y resulta que todos mis amigos están ahí desde siempre.

Es como llegar a la fiesta, donde todos llevan varios tragos de alcóhol, ya bailaron todos contra todos, ya se conocen demasiado entre sí. Y, yo me asomo tímidamente preguntando sí puedo pasar y bailar con las presentes y charlar con mis viejos amigos. Y la respuesta ha sido: bienvenido a esta enorme telaraña social.

Estoy gratamente sorprendido con lo que me he encontrado ahí, a nivel de amigos y conocidos, gente de la cual yo no sabía de ellos por muchos años.

Una sóla observación: se requiere una alta inversión de tiempo para atender el FACEBOOK.

Pero vale la pena, a riesgo de quedar marginado como Robinson Crusoe sin su fiel Viernes.

Es la forma posmoderna de pertenecer al mundo y de crear identidades nuevas...

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