En el Campeonato Mundial de fútbol de Sudáfrica, los grandes equipos de Europa han caído estrepitosamente:; Francia e Italia.
La arrogante Francia y la fanfarrona Italia, se despidieron bochornosamente de Sudáfrica. Pese a que la FIFA les preparó los grupos con equipos débiles para que les sirvieran de trampolín y seguir avanzando a la siguiente ronda, las "potencias" de antaño, ambos campeones del mundo en diversas ocasiones, ahora no pudieron responder a las espectativas de sus compatriotas.
Hay que entender una sola cosa: el juego de fútbol se ha normalizado, se ha estandarizado a nivel mundial, al grado que todos los equipos que participan en este mundial juegan igual, con esquemas tácticos similares, nadie sorprende a nadie. Las diferencias las marcan los equipos que provienen de continentes como Africa, Asia y Oceanía, que desarrollan un fútbol más rústico, sin tanta técnica, pero que se imponen con sus tremendas musculaturas producto de miles de horas de gimnasio, particularmente las selecciones provenientes de la Africa negra.
Incluso Brasil ha perdido la magia del "jogo bonito", son eficaces pero no tan espectaculares como las selecciones de Pelé, Tostao y demás celebridades del siglo XX.
El que se hayan vuelto muy pronto a casa Francia e Italia, es una noticia desagradable para la FIFA que había dispuesto todo para que ello no sucediera, pero la mediocridad de esos ex-campeones del mundo no pudieron imponerse sólo con el color de sus camisetas, sus rivales les perdieron el respeto y les ganaron siendo inferiores.
Los jugadores de la selección de Francia habrán de ser recibidos en su país, por una sociedad que los desea linchar mediáticamente hablando por no sentirse representados por ellos, esos negros de origen africano o antillano.
Así que a los antiguos caníbales africanos, que se merendaron a varios europeos blancos, ahora les toca a ellos ser devorados por sus colonizadores blancos.
El hombre es el lobo del hombre, dijo un pensador sabio.
Puede ser que lo mismo le ocurra a los seleccionados italianos al volver a su patria, la sociedad se ensañará con ellos por su tremenda mediocridad en la cancha, el escarnio y el lichamiento mediático estarán a la orden del día.
El fútbol es simplemente un juego deportivo, pero se ha convertido en una guerra de naciones en los piés de unos cuantos.
La patria por los suelos, rodando como un balón sin rumbo.
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