Antanas Mockus, el candidato a la presidencia de Colombia postulado por el Partido Verde, logrò irse a una segunda vuelta electoral tras perder con el candidato oficial, Santos.
El candidato oficial es un representante de una vieja oligarquìa colombiana, que ha tenido suficiente poder político como para haber sido miembro del gabinete presidencial en tres periódos sucesivos. Ademàs, cuenta con el respaldo ilimitado del presidente Uribe y del aparato del Estado.
El filósofo entra a la contienda en desventaja, lo único que le queda a Mockus es ofrecer una alternativa social y política a la sociedad colombiana, que permita superar los problemas de pobreza, desempleo y violencia.
Colombia en mucho se parece a la situación que vive el resto de América Latina, sin embargo tiene una característica que lo hace singular, la presencia en su territorio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC, la guerrilla más antigua del continente con más de cuatro décadas de acciones militares en la selva de su país.
¿Qué hacer con las FARC? es una pregunta que todos los candidatos a la presidencia de la república de Colombia tiene que contestar de algún modo. Es un tema que no se puede soslayar, es parte de la negociación para lograr la paz en ese país.
Cabe recordar que las FARC tienen en su poder a varios miles de personas secuestradas para ser canjeadas por militantes guerrilleros presos o por otro tipo de reivindicaciones políticas.
La presencia, disminuida o no, de las FARC, es algo que hay que tomar en cuenta para cualquier diseño de una política interior dirigida a los más pobres de Colombia.
Hoy y siempre, las FARC han sido una piedra en el zapato de los gobernantes en turno.
¿Qué haría el filósofo con las FARC en caso de ganar?
¿Qué haría el candidato oficial con las FARC en caso de obtener la presidencia?
Existen muchas interrogantes en Colombia alrededor de la política y su aplicación en la praxis.
Se pueden esperar varias cosas, aunque la más socorrida es la que propone exterminar a la guerrilla, esa no es una fórmula política eficaz, ya se ensayó y fracasó una y otra vez.
Colombia merece un destino diferente; puede ser el tiempo del filósofo.
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