El Estado de Israel confronta actualmente un asunto que en el futuro se podría convertir en el gérmen de la destrucción de su nación: los ultraortodoxos.
Los ultraortodoxos son religiosos que gozan de varias prebendas del Estado, al cual desobedecen constantemente, por paradójico que parezca.
Los ultraortodoxos no pagan impuestos, están exentos de servir en el ejército y se reproducen a muy altas tasas de natalidad. Hoy representan el veinte porciento de la población total de Israel, pero haciendo cálculos de su tasa de reproducción es factible que en treinta años ellos se conviertan en la mayoría de la población.
Actualmente, los ultraortodoxos defienden La Torá y el Viejo Testamento con mucha fuerza, ellos determinan los asuntos del matrimonio, y pretenden también controlar la educación pública.
Ayer se reunieron en Jerusalem cerca de cien mil judíos ultraortodoxos, para protestar en contra del Estado de Israel, por haber impuesto una pena de cárcel de dos semanas a varios padres de familia, que se negaron a que sus hijos e hijas se juntaran en los salones de clase con judíos provenientes de los pueblos árabes y sefaradíes.
Los ultraortodoxos provienen de las migraciones europeas y discriminan a los que tienen otros orígenes geográficos.
El Estado de Israel basa su dominio y su existencia en las fuerzas armadas, es un Estado bélico donde los "halcones" dominan la política interna y externa. ¿Qué va a suceder el día en que no puedan reclutar más soldados para su enorme ejército?
Recuerden que los ultraortodoxos se niegan a enlistarse en el ejército, y pronto serán mayoría en esa nación.
Una hipótesis, a largo plazo, será la constitución de un ejército de mercenarios provenientes de varias naciones afines a Israel.
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