Es Brasil una burbuja?
Por MOISÉS NAÍM
Este es el segundo tema que domina las conversaciones en Brasil. El primero, y mucho más popular, es la celebración de sus enormes éxitos: los millones de pobres que han dejado de serlo, la impresionante pujanza de sus empresas, las enormes oportunidades y la mayor prosperidad. Si bien los problemas aún son grandes (miseria, crimen, corrupción, desigualdad), el optimismo también lo es. Los brasileños, siempre alegres, están ahora más contentos que nunca.
Y con mucha razón. Las cosas van muy bien. Y eso lleva a la segunda conversación obligada: ¿cuánto durará la fiesta? ¿Cómo -quién- nos puede descarrilar este raudo tren hacia la prosperidad?, se preguntan. Paradójicamente, los motivos del éxito también son la fuente de las ansiedades. En los últimos cinco años, el crédito ha crecido hasta alcanzar el 45% del tamaño de la economía.
Así, los brasileños han encontrado quien les preste para comprar casas, motocicletas, refrigeradores y todo lo demás -muchos por primera vez-. Y no les ha importado que las tasas de interés de esos préstamos sean las segundas más altas del mundo o que las familias brasileñas deban hoy dedicar un 20% de sus ingresos a pagar sus deudas.
O Dilma Rousseff le baja el volumen a la fiesta o los mercados lo harán de forma descontrolada
Este auge del crédito y el consumo obedece, en parte, a los millones de nuevos empleos y los mejores salarios generados por la expansión económica. Mientras las economías más ricas cayeron un 2,7% durante la crisis de 2008-2009, Brasil creció al 5%, y el año pasado lo hizo al 7,5%. El paro se ha reducido a los niveles más bajos en décadas y en muchos sectores las empresas no consiguen los trabajadores que necesitan. Los altos precios internacionales de los minerales y productos agrícolas, que Brasil exporta en grandes cantidades, contribuyen a esta expansión.
Los inversionistas internacionales también están eufóricos con Brasil. La inversión extranjera directa creció un 90% el año pasado. La avalancha de fondos foráneos que está cayendo sobre Brasil, atraídos por sus altas tasas de interés, está obligando al Gobierno a considerar la posibilidad de imponer límites más estrictos al capital especulativo. Los flujos de capital extranjero y los ingresos por exportaciones han llenado las arcas brasileñas con divisas de otros países, lo cual ha encarecido el valor de su moneda. El tipo de cambio ajustado a la inflación es hoy un 47% más caro de lo que fue su promedio en la última década. El real es la moneda más sobrevalorada del mundo.
Inevitablemente, la combinación de una moneda cara, la euforia de los inversionistas extranjeros, el aumento del consumo y los cuellos de botella que existen para satisfacer una demanda que crece aceleradamente hace que todo sea más caro. Brasil, que sigue siendo una nación muy pobre, es actualmente uno de los países más caros del planeta. El precio de la vivienda en Río de Janeiro y São Paulo casi se ha duplicado desde 2008.
Alquilar oficinas en Río es hoy más costoso que hacerlo en Nueva York, y los salarios de los ejecutivos en São Paulo son mayores que en Londres o Manhattan. Y la inflación para todos está subiendo hasta el punto de que la presidenta, Dilma Rousseff, ha declarado que es su principal preocupación. No hay duda de que la economía esta sobrecalentada.
Pero ¿es Brasil una burbuja financiera? No. El progreso de Brasil y su potencial no son una ilusión. Se basan en logros concretos y fortalezas reales. Pero la economía brasileña sí tiene aspectos insostenibles. La expansión del crédito y el crecimiento del gasto público no pueden seguir al ritmo actual. Hay muchas reformas estructurales importantes que el expresidente Lula da Silva pospuso -Brasil tiene algunos de los jubilados más jóvenes del mundo, por ejemplo-.
El Gobierno chino invierte anualmente en infraestructura (vías, aeropuertos, hospitales, etcétera) un monto equivalente al 12% de su economía. Brasil, tan solo el 1,5%. Esto explica, en parte, por qué la economía brasileña se "recalienta" a pesar de que este año solo crece al 4,5%. ¿Qué pasaría si creciera al 10% varios años seguidos? Su decrépita infraestructura no lo permitiría.
En estos momentos la prioridad es estabilizar la economía. Esto implica tomar medidas políticamente impopulares: desacelerar el consumo, por ejemplo. Y otras. O la presidenta Dilma Rousseff le baja el volumen a la fiesta y lo hace ahora de una manera controlada, o los mercados "se lo harán" de una manera descontrolada y socialmente más dolorosa. La euforia y la complacencia son las enemigas más amenazantes para el exitoso Brasil de hoy.
sábado, 30 de abril de 2011
Nunca he ganado mil euros.
Me río de mileurista. No he llegado a mil euros en mi vida"
MARTA GARIJO - -
La EPA cifra el desempleo entre los menores de 25 años en el 45%, más de 860.000 jóvenes. - A finales de 2007, cuando comenzó la crisis, el paro juvenil era inferior al 18%.
Casi no les ha dado tiempo a comenzar su vida laboral y ya la han visto truncada. Los datos de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre sitúan la tasa de desempleo entre los menores de 25 años en el 45%, lo que equivale a más de 860.000 jóvenes. Tomás Muñoz es una de las caras que hay detrás de estas cifras. Con 25 años, este licenciado en periodismo tiene a sus espaldas varios trabajos temporales y becas. Ahora ni eso, desde que finalizó su último contrato temporal en una tienda no encuentra nada.
Conseguir aquel empleo tampoco fue fácil. "Después de enviar 200 currículos, solo recibí una respuesta", explica Muñoz, que añade que antes de la crisis por lo menos llamaban para dinámicas de grupo o entrevistas. "Ahora parece que ha bajado el número de procesos de selección", señala. "No es que quiera trabajar, es que tengo que hacerlo", asevera de forma rotunda.
Muñoz estudió el primer ciclo de la carrera en Alicante y después se trasladó a Madrid para terminarla en septiembre del año pasado en la Universidad Carlos III. "Siempre he estado trabajando y estudiando", dice el joven, que vive en un piso compartido con otros tres compañeros.
"Cuando vas a la universidad tienes unas expectativas, terminas y te encuentras con la realidad", asegura. Una realidad a la que se fue acercando a medida que iba avanzando en la carrera y paralelamente también iba avanzando la crisis. "Me río del término mileurista, no he llegado a cobrar mil euros en mi vida", comenta irónico Muñoz, que asegura que muchos de sus compañeros están en una situación similar a la suya.
Al comenzar la crisis a finales de 2007, España tenía una tasa de paro juvenil inferior al 18%. Casi cuatro años después, se ha más que duplicado. El 45% de este trimestre significa un aumento de 2,5 puntos porcentuales de los menores de 25 años que están en disposición de trabajar y están buscando un empleo. En términos absolutos, el deterioro laboral representa un repunte de 437.000 personas.
"Las soluciones individuales no sirven, hay que buscar soluciones colectivas para revertir esta situación", apunta Muñoz, que forma parte de la plataforma Juventud sin futuro, formada sobre todo por estudiantes universitarios, que el pasado 7 de abril convocó una manifestación a la que acudieron alrededor de 2.500 personas para protestar contra las consecuencias de la crisis. "Es necesario hacer política para la gente", añade el joven.
Sin casa, sin curro, sin futuro, sin miedo. Era el lema de la protesta que organizó la plataforma. "Somos la juventud que no vamos a tener una casa en la vida", señala. "Sin embargo, vemos que hay millones de pisos vacíos en España", apunta.
El desempleo es una de las preocupaciones de estos jóvenes, que además ven como las condiciones laborales se vuelven más inestables. "La precariedad de un trabajador temporal es que piensas que te vas quedar y tienes ilusión por hacerlo bien", señala Muñoz.
MARTA GARIJO - -
La EPA cifra el desempleo entre los menores de 25 años en el 45%, más de 860.000 jóvenes. - A finales de 2007, cuando comenzó la crisis, el paro juvenil era inferior al 18%.
Casi no les ha dado tiempo a comenzar su vida laboral y ya la han visto truncada. Los datos de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre sitúan la tasa de desempleo entre los menores de 25 años en el 45%, lo que equivale a más de 860.000 jóvenes. Tomás Muñoz es una de las caras que hay detrás de estas cifras. Con 25 años, este licenciado en periodismo tiene a sus espaldas varios trabajos temporales y becas. Ahora ni eso, desde que finalizó su último contrato temporal en una tienda no encuentra nada.
Conseguir aquel empleo tampoco fue fácil. "Después de enviar 200 currículos, solo recibí una respuesta", explica Muñoz, que añade que antes de la crisis por lo menos llamaban para dinámicas de grupo o entrevistas. "Ahora parece que ha bajado el número de procesos de selección", señala. "No es que quiera trabajar, es que tengo que hacerlo", asevera de forma rotunda.
Muñoz estudió el primer ciclo de la carrera en Alicante y después se trasladó a Madrid para terminarla en septiembre del año pasado en la Universidad Carlos III. "Siempre he estado trabajando y estudiando", dice el joven, que vive en un piso compartido con otros tres compañeros.
"Cuando vas a la universidad tienes unas expectativas, terminas y te encuentras con la realidad", asegura. Una realidad a la que se fue acercando a medida que iba avanzando en la carrera y paralelamente también iba avanzando la crisis. "Me río del término mileurista, no he llegado a cobrar mil euros en mi vida", comenta irónico Muñoz, que asegura que muchos de sus compañeros están en una situación similar a la suya.
Al comenzar la crisis a finales de 2007, España tenía una tasa de paro juvenil inferior al 18%. Casi cuatro años después, se ha más que duplicado. El 45% de este trimestre significa un aumento de 2,5 puntos porcentuales de los menores de 25 años que están en disposición de trabajar y están buscando un empleo. En términos absolutos, el deterioro laboral representa un repunte de 437.000 personas.
"Las soluciones individuales no sirven, hay que buscar soluciones colectivas para revertir esta situación", apunta Muñoz, que forma parte de la plataforma Juventud sin futuro, formada sobre todo por estudiantes universitarios, que el pasado 7 de abril convocó una manifestación a la que acudieron alrededor de 2.500 personas para protestar contra las consecuencias de la crisis. "Es necesario hacer política para la gente", añade el joven.
Sin casa, sin curro, sin futuro, sin miedo. Era el lema de la protesta que organizó la plataforma. "Somos la juventud que no vamos a tener una casa en la vida", señala. "Sin embargo, vemos que hay millones de pisos vacíos en España", apunta.
El desempleo es una de las preocupaciones de estos jóvenes, que además ven como las condiciones laborales se vuelven más inestables. "La precariedad de un trabajador temporal es que piensas que te vas quedar y tienes ilusión por hacerlo bien", señala Muñoz.
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Los jóvenes sin esperanzas de empleo.
La literatura como malestar.
La literatura como malestar en el mundo
J. ERNESTO AYALA-DIP
Ernesto Sabato llega a la novela cuando ve la posibilidad de salvar el callejón sin salida a que lo abocaba la ciencia. Esta idea la recoge en Uno y el universo (1945) y en Hombres y engranajes seis años después. En realidad el problema no desaparece porque él se incline definitivamente por la literatura, sino que en esta dimensión imaginaria puede aprehender y hacer comunicable ese insalvable abismo que el escritor argentino considera que separa la ciencia -su utilización de ella- del hombre. O del humanismo. Desde el abandono de la práctica de la ciencia -Sabato fue físico-, la novela le permite resituarse en el corazón de la verdadera existencia.
Extraviado en la ciencia, el hombre no tiene más remedio que refugiarse en el arte. Atrapado en la red cosificadora de la práctica científica, el hombre puede encontrar en la novela su sed de misterio. Nunca creyó Ernesto Sabato en la crisis de la novela, aunque hacia los años sesenta se rebeló contra la dictadura estética de moda: el nouvelle roman (Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo, 1969). Siempre salvaguardó a esta de todos los intentos de redefinición, porque nunca dudó que fuera la novela el espacio ideal para airear los demonios del hombre contemporáneo.
En sus tres novelas, El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961) y Abbadón el exterminador (1974), el hombre se convierte en ser, sus personajes en indicios metafísicos y sus tramas en itinerarios infernales. Para Sabato el hombre es un misterio que vale la pena indagar. Desde el misterio el hombre debe combatir el racionalismo. Asi aprovecha Sabato el surrealismo y la impronta camusiana. La novela, con todos los recursos compositivos que la modernidad le presta, le sirven al autor para acercarse al amor, la muerte, el mal y el más severo pesimismo. Obligadamente resumido, éste es el perfil filosófico y narrativo de Sabato. Coherente, pertinaz en la búsqueda de verdades y pesimista en el diagnóstico moral del presente.
En 1981 publica La robotización del hombre. Tres años más tarde le sigue Nunca más, terrible y dolorosa crónica de investigación sobre los desaparecidos durante la dictadura de los militares comandados por Rafael Videla. No es hasta 1999 que edita Antes del fin. Un texto autobiográfico, pesimista. Contradictorio y agustiniano. Radical en la premonición de un futuro desesperanzado. Su destinatario era la juventud argentina. Y en cierta manera, un libro de despedida.
Pero por sobre todas estas consideraciones y tantas otras como se puedan y deban consignar, Ernesto Sabato es el autor referencial de Sobre héroes y tumbas. Esta novela, que tantas discusiones e interrogantes abrió, le llevó al escritor argentino 13 años de trabajo infatigable. Para muchos de sus compatriotas esta es la novela de Alejandra Vidal. Para otros el relato de iniciación de Martín del Castillo.
Para algunos el desasosegante, además de mil veces leído y releído y reinterpretado, Informe sobre ciegos. Para todos, la metáfora de una Argentina de historia convulsa, trágica y llena de enigmas históricos y políticos. Naturalismo, ironía, sarcasmos, la búsqueda de un sentido existencial, el enfrentamiento nihilista ante lo que no se puede explicar. Pero para mí, Sobre héroes y tumbas será siempre la primera novela argentina que leí. Y, sobre todo, para gran parte de la generación de argentinos a la que pertenezco, la novela de la hiriente, indescifrable y sublime Alejandra.
J. ERNESTO AYALA-DIP
Ernesto Sabato llega a la novela cuando ve la posibilidad de salvar el callejón sin salida a que lo abocaba la ciencia. Esta idea la recoge en Uno y el universo (1945) y en Hombres y engranajes seis años después. En realidad el problema no desaparece porque él se incline definitivamente por la literatura, sino que en esta dimensión imaginaria puede aprehender y hacer comunicable ese insalvable abismo que el escritor argentino considera que separa la ciencia -su utilización de ella- del hombre. O del humanismo. Desde el abandono de la práctica de la ciencia -Sabato fue físico-, la novela le permite resituarse en el corazón de la verdadera existencia.
Extraviado en la ciencia, el hombre no tiene más remedio que refugiarse en el arte. Atrapado en la red cosificadora de la práctica científica, el hombre puede encontrar en la novela su sed de misterio. Nunca creyó Ernesto Sabato en la crisis de la novela, aunque hacia los años sesenta se rebeló contra la dictadura estética de moda: el nouvelle roman (Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo, 1969). Siempre salvaguardó a esta de todos los intentos de redefinición, porque nunca dudó que fuera la novela el espacio ideal para airear los demonios del hombre contemporáneo.
En sus tres novelas, El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961) y Abbadón el exterminador (1974), el hombre se convierte en ser, sus personajes en indicios metafísicos y sus tramas en itinerarios infernales. Para Sabato el hombre es un misterio que vale la pena indagar. Desde el misterio el hombre debe combatir el racionalismo. Asi aprovecha Sabato el surrealismo y la impronta camusiana. La novela, con todos los recursos compositivos que la modernidad le presta, le sirven al autor para acercarse al amor, la muerte, el mal y el más severo pesimismo. Obligadamente resumido, éste es el perfil filosófico y narrativo de Sabato. Coherente, pertinaz en la búsqueda de verdades y pesimista en el diagnóstico moral del presente.
En 1981 publica La robotización del hombre. Tres años más tarde le sigue Nunca más, terrible y dolorosa crónica de investigación sobre los desaparecidos durante la dictadura de los militares comandados por Rafael Videla. No es hasta 1999 que edita Antes del fin. Un texto autobiográfico, pesimista. Contradictorio y agustiniano. Radical en la premonición de un futuro desesperanzado. Su destinatario era la juventud argentina. Y en cierta manera, un libro de despedida.
Pero por sobre todas estas consideraciones y tantas otras como se puedan y deban consignar, Ernesto Sabato es el autor referencial de Sobre héroes y tumbas. Esta novela, que tantas discusiones e interrogantes abrió, le llevó al escritor argentino 13 años de trabajo infatigable. Para muchos de sus compatriotas esta es la novela de Alejandra Vidal. Para otros el relato de iniciación de Martín del Castillo.
Para algunos el desasosegante, además de mil veces leído y releído y reinterpretado, Informe sobre ciegos. Para todos, la metáfora de una Argentina de historia convulsa, trágica y llena de enigmas históricos y políticos. Naturalismo, ironía, sarcasmos, la búsqueda de un sentido existencial, el enfrentamiento nihilista ante lo que no se puede explicar. Pero para mí, Sobre héroes y tumbas será siempre la primera novela argentina que leí. Y, sobre todo, para gran parte de la generación de argentinos a la que pertenezco, la novela de la hiriente, indescifrable y sublime Alejandra.
Isabel Allende, otra novela.
Isabel Allende publicará en junio novela El Cuaderno de Maya
“Uno escribe como puede, yo cuando escribo no pienso para nada ni la estructura ni el símbolo ni qué significa la isla ni qué significa el mar, sino que quiero contar una historia y la historia es un drama personal y pienso que me pudo haber pasado a mí”, dice la autora chilena.
La escritora chilena Isabel Allende anunció este sábado que en junio se publicará su última novela "'El Cuaderno de Maya', a la que define como "una historia medio policial", según dijo en una presentación en la primera Feria del Libro en español en Los Angeles (LéaLA).
"'El cuaderno de Maya' es una historia contemporánea sobre una chica americana nacida en Berkeley (California) y con una abuela chilena, que se mete en unos líos tremendos y su abuela la ayuda a esconderse en una islita de Chiloé (sur de Chile)", reveló Allende.
La novela "mezcla en la protagonista características de mis tres nietos" precisó la escritora. Y anunció que el libro será publicado primero en España.
Allende anunció su próxima publicación durante la presentación de la novela "La isla bajo el mar" (2009) -éxito de venta en América Latina el año pasado-, en una conferencia moderada por su colega colombiana, Laura Restrepo, en la Convention Center de Los Angeles.
La autora de "La multitud errante" (2001) alabó a Allende por "haber logrado lo que de verdad es un milagro en materia de libros, y es que sus libros son entrañables y son objetos cotidianos en la casa de millones de personas".
La escritora chilena, por su parte, contó que "desde hace 30 años" cuando escribió "La Casa de los Espíritus" (1982) ha cumplido el ritual de sentarse cada 8 de enero a escribir un libro aunque este año se lo tomó sabático.
Las novelas de Allende -un éxito en las ventas en español- han sido traducidas a varios idiomas pese a que su obra fue calificada de "subliteratura" o literatura comercial por varios críticos y escritores.
De hecho, al ser consultada por Restrepo sobre la estructura de su última novela publicada, Allende le respondió: "Laura esas son preguntas de crítico, de profesor. Uno escribe como puede, yo cuando escribo no pienso para nada ni la estructura ni el símbolo ni qué significa la isla ni qué significa el mar, sino que quiero contar una historia y la historia es un drama personal y pienso que me pudo haber pasado a mí (...)".
“Uno escribe como puede, yo cuando escribo no pienso para nada ni la estructura ni el símbolo ni qué significa la isla ni qué significa el mar, sino que quiero contar una historia y la historia es un drama personal y pienso que me pudo haber pasado a mí”, dice la autora chilena.
La escritora chilena Isabel Allende anunció este sábado que en junio se publicará su última novela "'El Cuaderno de Maya', a la que define como "una historia medio policial", según dijo en una presentación en la primera Feria del Libro en español en Los Angeles (LéaLA).
"'El cuaderno de Maya' es una historia contemporánea sobre una chica americana nacida en Berkeley (California) y con una abuela chilena, que se mete en unos líos tremendos y su abuela la ayuda a esconderse en una islita de Chiloé (sur de Chile)", reveló Allende.
La novela "mezcla en la protagonista características de mis tres nietos" precisó la escritora. Y anunció que el libro será publicado primero en España.
Allende anunció su próxima publicación durante la presentación de la novela "La isla bajo el mar" (2009) -éxito de venta en América Latina el año pasado-, en una conferencia moderada por su colega colombiana, Laura Restrepo, en la Convention Center de Los Angeles.
La autora de "La multitud errante" (2001) alabó a Allende por "haber logrado lo que de verdad es un milagro en materia de libros, y es que sus libros son entrañables y son objetos cotidianos en la casa de millones de personas".
La escritora chilena, por su parte, contó que "desde hace 30 años" cuando escribió "La Casa de los Espíritus" (1982) ha cumplido el ritual de sentarse cada 8 de enero a escribir un libro aunque este año se lo tomó sabático.
Las novelas de Allende -un éxito en las ventas en español- han sido traducidas a varios idiomas pese a que su obra fue calificada de "subliteratura" o literatura comercial por varios críticos y escritores.
De hecho, al ser consultada por Restrepo sobre la estructura de su última novela publicada, Allende le respondió: "Laura esas son preguntas de crítico, de profesor. Uno escribe como puede, yo cuando escribo no pienso para nada ni la estructura ni el símbolo ni qué significa la isla ni qué significa el mar, sino que quiero contar una historia y la historia es un drama personal y pienso que me pudo haber pasado a mí (...)".
Un crímen linguístico.
Necesitaré espacio para recuperarme de este crimen lingüístico
Por Robert Fisk
Mi historieta favorita (antes de aficionarme a la Biblioteca Ilustrada de la Guerra) siempre fue Eagle, y mi héroe favorito era Dan Dare, el más valiente e inteligente hombre del espacio, quien desde la primera página del primer número de la revista luchó contra Mekon, una versión de Osama Bin Laden encarnado en una perversa burbuja en forma de huevo del espacio exterior.
Me parece recordar que cada nueva entrega de la historieta anunciaba que era “la más emocionante aventura de Dan Dare hasta ahora”, y yo me creía la leyenda como si fuera verdad absoluta. Después de todo, Dan Dare era un hombre del espacio y cualquier cosa podía ocurrir en el espacio.
Sin embargo, existe un nuevo uso frecuente para la palabra “espacio” que me distrae mucho. Los artistas lo utilizan, los gerentes de oficina la usan, así como arquitectos, periodistas y, de manera incomprensible, hasta académicos.
Me encuentro con este miserable término todos los días y empiezo a preguntarme si los escritores creen que es una especie de palabra clave del genio; un indicio de su “pensamiento elevado” que hace que quien la usa parezca educado, al día, plausible, filosófico e impresionante. Es el tipo de palabra usada por escritores de lo que yo llamo los “tink-tanks”*.
Hay muchos otros términos que se me quedan atorados en el cogote. “Percibir” y “percepción” estuvieron de moda hace un cuarto de siglo (el comentarista de noticieros Jonathan Dimbleby siempre lo sacaba a relucir) y el término “Tipping Point” (punto de inflexión) que empezó a circular desde hace unos ocho años me pone de malas.
Pero “espacio” me vuelve loco. “El espacio público es compartido”, dijo uno de mis escritores favoritos el otro día. ¿Por qué no decir simplemente “en público”, que es lo que en realidad quiso decir?
“...Esto no implica que se recurra al reduccionismo o que no haya espacio para un fraseo poético (es decir, escritura poética), leí en una reseña de un libro científico publicada en la edición dominical de The Independent. Otro artículo en el mismo periódico se refería a una “trilogía que explora el espacio interno de una sensibilidad post religiosa”, lo cual me noqueó. ¿Cuál era el propósito?
También está la agencia publicitaria con sede en San Francisco que este mes propuso rentar completo el país de Liechtenstein para que sus visitantes “tengan acceso a espacios exclusivos”. Me noquean otra vez. ¿Significa esto que el amo del palacio de Vaduz abrirá las habitaciones del lugar a la medianoche, o que habrá acceso a la iglesia local a las 3 de la madrugada?
El director de un documental próximo a salir sobre los procesos de paz me solicitó una entrevista. Yo se la hubiera concedido si no me hubiera escrito en su carta que quería “dar espacio a una prolongada visión sobre los conflictos en Israel y Afganistán”. Simplemente no sé a qué se refiere. Creo, y enfatizo en que tan sólo creo, que su intención es dar perspectiva sobre los conflictos, ¿pero espacio? No gracias, yo paso.
En Al Jazeera, un comentarista anuncia que la oposición en Yemen necesita “tiempo y espacio para organizarse”. Qué falsedad. Independientemente de que los terapeutas de pareja usan la misma frase hecha de darse “tiempo y espacio”, ¿qué fue lo que intentó decir? ¿Que la oposición yemenita necesita tiempo para estar sola con el fin de producir una organización coherente?
Luego, en la sección de reseñas literarias de la revista Católica Americana me encuentro a una tal Marissa Valeri, quien declara: “Los espacios para que las mujeres jóvenes podamos encontrarnos para reflexionar sobre nuestras experiencias son pocos y alejados”.
¿No habrá querido decir “oportunidades” en vez de “espacios”?
¿Se dan cuenta a qué me refiero? Bueno, esperen. Está la revista de la Universidad Carleton, una institución con excelente nivel de cátedra y que me ha otorgado un título honorario, que publicó una carta en que el autor se queja de que la pantalla de una computadora, con la ayuda de un ratón, “elimina la experiencia táctil y la sensación de espacio de la experiencia de lectura”.
Creo que el autor de la carta, Rick Hippolite, tiene razón en cuanto a lo “táctil”, pero agregó la idea del “espacio” porque sonaba más académica, de más alto nivel. En la misma revista, el editorial fue escrito por la vicerrectora de la universidad en que afirma que “necesitamos espacio para el estudio. Necesitamos espacio para leer y refexionar. Todos estos ejemplos tienen en común que señalan la necesidad de espacio adicional”.
La última frase es correcta. Las anteriores veces que habla de “espacios” en realidad debían ser “salones”, o “corredores”, o “bibliotecas”. Pero esto no es nada comparado con una entrevista, en la misma revista, con una arquitecta estadunidense, quien proclama que “en realidad deseamos estar juntos, y los espacios laborales se volverán más críticos en lo que respecta a darnos las respuestas que necesitamos”. Posteriormente, el entrevistador escribe: “Su empresa diseñó su espacio de trabajo. Es un espacio altamente seguro. Había una necesidad de espacio que no se había programado con anticipación. Su compañía se enfocó originalmente en el espacio de vivienda. Convencida de que los espacios de vivienda y trabajo se estaban volviendo uno solo”. Disculpen amigos, ya me perdí. ¿No habrán faltado las palabras “edificio” o “habitación”?
Debo agregar que los orígenes de miserable uso del “espacio” llevan algún tiempo. En la edición británica del excelente libro Ritos de Sangre: Orígenes e historia de la pasión por la guerra, Barbara Ehrenreich cita al historiador George Mosse, quien en 1993 afirmó que los cementerios militares y memoriales sirven como “espacios sagrados para una nueva religión civil”. Disculpen, seguramente Mosse se refería a simples “lugares” y no a “espacios”.
Y así seguiremos. Acabo de tropezarme con “ese penoso espacio entre la vida real y la muerte verdadera”. Sospecho que el verdadero significado es “penoso momento” o “penoso lapso”.
Hasta en francés se topa uno con el “espacio” La nueva prohibición de que las mujeres se cubran con velos en “public spaces”, lo que significa “espacios públicos”. ¿Qué tiene de malo, por Dios, para los franceses, decir “cubrirse en público”, que es exactamente lo que se quiere decir?.
Supongo que esto es lo que sucede cuando se vive en un mundo en que la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, queda impune por mencionar una “declaración conclusiva” durante una conferencia de prensa sobre los bombardeos contra Muammar Kadafi en que se refirió también a las sorties aéreas, es decir “salidas” en francés. Ya todo se vale.
Recomiendo a mis lectores que la próxima vez que vean publicada la palabra “espacio”, despedacen la maldita página que tienen en sus manos. A menos, claro, que se trate de una vieja historieta Eagle, y esté inmerso en la más emocionante aventura de Dan Dare.
* Burla onomatopéyica referente a los “tanques de pensamiento” (Think-tanks)
Por Robert Fisk
Mi historieta favorita (antes de aficionarme a la Biblioteca Ilustrada de la Guerra) siempre fue Eagle, y mi héroe favorito era Dan Dare, el más valiente e inteligente hombre del espacio, quien desde la primera página del primer número de la revista luchó contra Mekon, una versión de Osama Bin Laden encarnado en una perversa burbuja en forma de huevo del espacio exterior.
Me parece recordar que cada nueva entrega de la historieta anunciaba que era “la más emocionante aventura de Dan Dare hasta ahora”, y yo me creía la leyenda como si fuera verdad absoluta. Después de todo, Dan Dare era un hombre del espacio y cualquier cosa podía ocurrir en el espacio.
Sin embargo, existe un nuevo uso frecuente para la palabra “espacio” que me distrae mucho. Los artistas lo utilizan, los gerentes de oficina la usan, así como arquitectos, periodistas y, de manera incomprensible, hasta académicos.
Me encuentro con este miserable término todos los días y empiezo a preguntarme si los escritores creen que es una especie de palabra clave del genio; un indicio de su “pensamiento elevado” que hace que quien la usa parezca educado, al día, plausible, filosófico e impresionante. Es el tipo de palabra usada por escritores de lo que yo llamo los “tink-tanks”*.
Hay muchos otros términos que se me quedan atorados en el cogote. “Percibir” y “percepción” estuvieron de moda hace un cuarto de siglo (el comentarista de noticieros Jonathan Dimbleby siempre lo sacaba a relucir) y el término “Tipping Point” (punto de inflexión) que empezó a circular desde hace unos ocho años me pone de malas.
Pero “espacio” me vuelve loco. “El espacio público es compartido”, dijo uno de mis escritores favoritos el otro día. ¿Por qué no decir simplemente “en público”, que es lo que en realidad quiso decir?
“...Esto no implica que se recurra al reduccionismo o que no haya espacio para un fraseo poético (es decir, escritura poética), leí en una reseña de un libro científico publicada en la edición dominical de The Independent. Otro artículo en el mismo periódico se refería a una “trilogía que explora el espacio interno de una sensibilidad post religiosa”, lo cual me noqueó. ¿Cuál era el propósito?
También está la agencia publicitaria con sede en San Francisco que este mes propuso rentar completo el país de Liechtenstein para que sus visitantes “tengan acceso a espacios exclusivos”. Me noquean otra vez. ¿Significa esto que el amo del palacio de Vaduz abrirá las habitaciones del lugar a la medianoche, o que habrá acceso a la iglesia local a las 3 de la madrugada?
El director de un documental próximo a salir sobre los procesos de paz me solicitó una entrevista. Yo se la hubiera concedido si no me hubiera escrito en su carta que quería “dar espacio a una prolongada visión sobre los conflictos en Israel y Afganistán”. Simplemente no sé a qué se refiere. Creo, y enfatizo en que tan sólo creo, que su intención es dar perspectiva sobre los conflictos, ¿pero espacio? No gracias, yo paso.
En Al Jazeera, un comentarista anuncia que la oposición en Yemen necesita “tiempo y espacio para organizarse”. Qué falsedad. Independientemente de que los terapeutas de pareja usan la misma frase hecha de darse “tiempo y espacio”, ¿qué fue lo que intentó decir? ¿Que la oposición yemenita necesita tiempo para estar sola con el fin de producir una organización coherente?
Luego, en la sección de reseñas literarias de la revista Católica Americana me encuentro a una tal Marissa Valeri, quien declara: “Los espacios para que las mujeres jóvenes podamos encontrarnos para reflexionar sobre nuestras experiencias son pocos y alejados”.
¿No habrá querido decir “oportunidades” en vez de “espacios”?
¿Se dan cuenta a qué me refiero? Bueno, esperen. Está la revista de la Universidad Carleton, una institución con excelente nivel de cátedra y que me ha otorgado un título honorario, que publicó una carta en que el autor se queja de que la pantalla de una computadora, con la ayuda de un ratón, “elimina la experiencia táctil y la sensación de espacio de la experiencia de lectura”.
Creo que el autor de la carta, Rick Hippolite, tiene razón en cuanto a lo “táctil”, pero agregó la idea del “espacio” porque sonaba más académica, de más alto nivel. En la misma revista, el editorial fue escrito por la vicerrectora de la universidad en que afirma que “necesitamos espacio para el estudio. Necesitamos espacio para leer y refexionar. Todos estos ejemplos tienen en común que señalan la necesidad de espacio adicional”.
La última frase es correcta. Las anteriores veces que habla de “espacios” en realidad debían ser “salones”, o “corredores”, o “bibliotecas”. Pero esto no es nada comparado con una entrevista, en la misma revista, con una arquitecta estadunidense, quien proclama que “en realidad deseamos estar juntos, y los espacios laborales se volverán más críticos en lo que respecta a darnos las respuestas que necesitamos”. Posteriormente, el entrevistador escribe: “Su empresa diseñó su espacio de trabajo. Es un espacio altamente seguro. Había una necesidad de espacio que no se había programado con anticipación. Su compañía se enfocó originalmente en el espacio de vivienda. Convencida de que los espacios de vivienda y trabajo se estaban volviendo uno solo”. Disculpen amigos, ya me perdí. ¿No habrán faltado las palabras “edificio” o “habitación”?
Debo agregar que los orígenes de miserable uso del “espacio” llevan algún tiempo. En la edición británica del excelente libro Ritos de Sangre: Orígenes e historia de la pasión por la guerra, Barbara Ehrenreich cita al historiador George Mosse, quien en 1993 afirmó que los cementerios militares y memoriales sirven como “espacios sagrados para una nueva religión civil”. Disculpen, seguramente Mosse se refería a simples “lugares” y no a “espacios”.
Y así seguiremos. Acabo de tropezarme con “ese penoso espacio entre la vida real y la muerte verdadera”. Sospecho que el verdadero significado es “penoso momento” o “penoso lapso”.
Hasta en francés se topa uno con el “espacio” La nueva prohibición de que las mujeres se cubran con velos en “public spaces”, lo que significa “espacios públicos”. ¿Qué tiene de malo, por Dios, para los franceses, decir “cubrirse en público”, que es exactamente lo que se quiere decir?.
Supongo que esto es lo que sucede cuando se vive en un mundo en que la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, queda impune por mencionar una “declaración conclusiva” durante una conferencia de prensa sobre los bombardeos contra Muammar Kadafi en que se refirió también a las sorties aéreas, es decir “salidas” en francés. Ya todo se vale.
Recomiendo a mis lectores que la próxima vez que vean publicada la palabra “espacio”, despedacen la maldita página que tienen en sus manos. A menos, claro, que se trate de una vieja historieta Eagle, y esté inmerso en la más emocionante aventura de Dan Dare.
* Burla onomatopéyica referente a los “tanques de pensamiento” (Think-tanks)
Calderón: asalto al laicismo histórico.
Asalto al laicismo histórico
Héctor Vasconcelos
La visita de Felipe Calderón al Vaticano, para asistir a la beatificación de Juan Pablo II, configura el mayor de los atropellos a un laicismo que, formalmente, es fundamento definitorio de nuestro Estado. Viola flagrantemente la Constitución y la Ley de Asociaciones Religiosas que de ella emana. Pero los agravios al Estado laico comenzaron el día mismo en que la derecha, en la persona de Vicente Fox, asumió la Presidencia de la República y han continuado, acrecentados, desde que Calderón fue impuesto por las fuerzas combinadas del conservadurismo.
Si las constituciones vertebran a un país, entonces los documentos de 1857 y 1917 establecieron que la laicidad es consustancial al Estado en México, y no por accidente: al menos dos guerras civiles que desgarraron a la sociedad produjeron un consenso en el sentido de que el laicismo estatal es la mejor garantía para la convivencia y el respeto a los distintos credos y filosofías, incluida la religión católica. Y no olvidemos que la Cámara de Diputados aprobó en febrero de 2010 una reforma al artículo 40 de la Constitución que establece la laicidad como característica esencial de la República. La reforma aguarda ahora la aprobación del Senado. A quien no le guste ese estado de cosas no le queda más que promover una nueva reforma o ¿acaso una nueva guerra civil?
Sucede que la vieja derecha mexicana nunca aceptó los grandes consensos nacionales. Agazapada, esperó la ocasión histórica para tratar de volver a imponer sus dogmas, cosa que el país ya padeció durante los 300 años de la colonia; siglos durante los cuales el territorio y las etnias autóctonas estuvieron bajo la dominación de un reino y una religión extranjeros. Calderón proviene de esa derecha, aunque no ose decir que se opone a la tradición liberal, juarista que fundó al México moderno. Por supuesto, él tiene derecho a creer lo que desee: los liberales sí afirmamos tal libertad. (Cada quien tiene convicciones religiosas o filosóficas acordes con la información y el desarrollo intelectual que posee). Pero en la medida en que se ostenta como presidente de la República no tiene derecho alguno para acudir a Roma –no como individuo, sino en representación de la nación–, dado que ningún jefe de Estado puede despojarse de esa condición en momento alguno de su gestión. Alguien que se presume presidente tendría que representar a todo el país y no sólo a los católicos, aunque éstos sean mayoría. La representación y protección de las minorías es esencial en cualquier definición moderna de democracia. Al acudir al Vaticano, Calderón no representa a los varios millones de mexicanos que practican otros cultos o a aquellos que, como el de la voz, no profesamos religión alguna, pero también somos mexicanos. En realidad va a Roma como (pobre, puesto que ha habido mejores) representante de la reacción mexicana. Como Gutiérrez Estrada acudió a Miramar: en representación de la antipatria. Los cangrejos del siglo XIX han asaltado el poder en el XXI.
Si, como muchos pensamos, Juárez define los parámetros de la mexicanidad, recordemos un pasaje de su vida. En 1857 se negó a asistir, en su calidad de gobernador de Oaxaca, a un Te Deum oficiado en su honor porque “…los gobernantes de la sociedad civil no deben asistir como tales a ninguna ceremonia eclesiástica… porque siendo su deber proteger imparcialmente la libertad que los gobernados tienen de seguir y practicar la religión que gusten adoptar, no llenarían fielmente ese deber si fueran sectarios de alguna”. El prócer escribía lo anterior a pesar de que fue creyente durante toda su vida (¿qué otra cosa podría haber sido con los conocimientos disponibles en su época?). Extraordinarias palabras en pleno siglo XIX, cuando más de 99 por ciento de los mexicanos eran católicos y el poderío de la Iglesia sofocaba todos los ámbitos de la vida nacional, a diferencia de hoy, que el porcentaje descendente de católicos es de 83 por ciento.
No es posible soslayar, aunque el tema merezca tratamiento aparte, los aspectos oscuros del personaje objeto de la devoción calderoniana. En contradicción con lo que difunden abrumadoramente las principales televisoras falseando los hechos, su oposición a todas las políticas sociales concebidas para aminorar el sufrimiento –el uso del condón para fines de salud pública, la prevención del nacimiento de hijos no deseados y destinados a la desgracia, la autoridad de la mujer sobre su cuerpo, los matrimonios entre personas del mismo sexo, la eutanasia– se tradujo en un incremento del dolor humano. Sólo un ejemplo: ¿cuánto sufrimiento físico intolerable hubiera podido evitarse de no ser por prejuicios papales contra la eutanasia? También resulta inmoral no recordar que Juan Pablo II y Joseph Ratzinger contribuyeron durante décadas al encubrimiento de la pedofilia y la drogadicción del delincuente Marcial Maciel. En los hechos, el trayecto vital de Karol Wojtyla contribuyó a incrementar el sufrimiento humano, especialmente en África y América Latina.
En vez de arrogarse la representación nacional en un acto litúrgico, y ante la gravedad de la crisis social, política y moral, Calderón debería preocuparse por demostrarnos que ganó limpiamente la elección de 2006 y que ese supuesto triunfo fue para bien, lo que millones de ciudadanos negamos. Por mucho que rece y aunque se flagelara, no obtendrá el milagro de resolver su ilegitimidad política de origen.
Héctor Vasconcelos
La visita de Felipe Calderón al Vaticano, para asistir a la beatificación de Juan Pablo II, configura el mayor de los atropellos a un laicismo que, formalmente, es fundamento definitorio de nuestro Estado. Viola flagrantemente la Constitución y la Ley de Asociaciones Religiosas que de ella emana. Pero los agravios al Estado laico comenzaron el día mismo en que la derecha, en la persona de Vicente Fox, asumió la Presidencia de la República y han continuado, acrecentados, desde que Calderón fue impuesto por las fuerzas combinadas del conservadurismo.
Si las constituciones vertebran a un país, entonces los documentos de 1857 y 1917 establecieron que la laicidad es consustancial al Estado en México, y no por accidente: al menos dos guerras civiles que desgarraron a la sociedad produjeron un consenso en el sentido de que el laicismo estatal es la mejor garantía para la convivencia y el respeto a los distintos credos y filosofías, incluida la religión católica. Y no olvidemos que la Cámara de Diputados aprobó en febrero de 2010 una reforma al artículo 40 de la Constitución que establece la laicidad como característica esencial de la República. La reforma aguarda ahora la aprobación del Senado. A quien no le guste ese estado de cosas no le queda más que promover una nueva reforma o ¿acaso una nueva guerra civil?
Sucede que la vieja derecha mexicana nunca aceptó los grandes consensos nacionales. Agazapada, esperó la ocasión histórica para tratar de volver a imponer sus dogmas, cosa que el país ya padeció durante los 300 años de la colonia; siglos durante los cuales el territorio y las etnias autóctonas estuvieron bajo la dominación de un reino y una religión extranjeros. Calderón proviene de esa derecha, aunque no ose decir que se opone a la tradición liberal, juarista que fundó al México moderno. Por supuesto, él tiene derecho a creer lo que desee: los liberales sí afirmamos tal libertad. (Cada quien tiene convicciones religiosas o filosóficas acordes con la información y el desarrollo intelectual que posee). Pero en la medida en que se ostenta como presidente de la República no tiene derecho alguno para acudir a Roma –no como individuo, sino en representación de la nación–, dado que ningún jefe de Estado puede despojarse de esa condición en momento alguno de su gestión. Alguien que se presume presidente tendría que representar a todo el país y no sólo a los católicos, aunque éstos sean mayoría. La representación y protección de las minorías es esencial en cualquier definición moderna de democracia. Al acudir al Vaticano, Calderón no representa a los varios millones de mexicanos que practican otros cultos o a aquellos que, como el de la voz, no profesamos religión alguna, pero también somos mexicanos. En realidad va a Roma como (pobre, puesto que ha habido mejores) representante de la reacción mexicana. Como Gutiérrez Estrada acudió a Miramar: en representación de la antipatria. Los cangrejos del siglo XIX han asaltado el poder en el XXI.
Si, como muchos pensamos, Juárez define los parámetros de la mexicanidad, recordemos un pasaje de su vida. En 1857 se negó a asistir, en su calidad de gobernador de Oaxaca, a un Te Deum oficiado en su honor porque “…los gobernantes de la sociedad civil no deben asistir como tales a ninguna ceremonia eclesiástica… porque siendo su deber proteger imparcialmente la libertad que los gobernados tienen de seguir y practicar la religión que gusten adoptar, no llenarían fielmente ese deber si fueran sectarios de alguna”. El prócer escribía lo anterior a pesar de que fue creyente durante toda su vida (¿qué otra cosa podría haber sido con los conocimientos disponibles en su época?). Extraordinarias palabras en pleno siglo XIX, cuando más de 99 por ciento de los mexicanos eran católicos y el poderío de la Iglesia sofocaba todos los ámbitos de la vida nacional, a diferencia de hoy, que el porcentaje descendente de católicos es de 83 por ciento.
No es posible soslayar, aunque el tema merezca tratamiento aparte, los aspectos oscuros del personaje objeto de la devoción calderoniana. En contradicción con lo que difunden abrumadoramente las principales televisoras falseando los hechos, su oposición a todas las políticas sociales concebidas para aminorar el sufrimiento –el uso del condón para fines de salud pública, la prevención del nacimiento de hijos no deseados y destinados a la desgracia, la autoridad de la mujer sobre su cuerpo, los matrimonios entre personas del mismo sexo, la eutanasia– se tradujo en un incremento del dolor humano. Sólo un ejemplo: ¿cuánto sufrimiento físico intolerable hubiera podido evitarse de no ser por prejuicios papales contra la eutanasia? También resulta inmoral no recordar que Juan Pablo II y Joseph Ratzinger contribuyeron durante décadas al encubrimiento de la pedofilia y la drogadicción del delincuente Marcial Maciel. En los hechos, el trayecto vital de Karol Wojtyla contribuyó a incrementar el sufrimiento humano, especialmente en África y América Latina.
En vez de arrogarse la representación nacional en un acto litúrgico, y ante la gravedad de la crisis social, política y moral, Calderón debería preocuparse por demostrarnos que ganó limpiamente la elección de 2006 y que ese supuesto triunfo fue para bien, lo que millones de ciudadanos negamos. Por mucho que rece y aunque se flagelara, no obtendrá el milagro de resolver su ilegitimidad política de origen.
Migrantes en Wikileaks.
Migrantes en Wikileaks
Por Matteo Dean
Lo dijimos en múltiples ocasiones: los rechazos en altamar, que el gobierno italiano realiza a costa de cientos de personas migrantes que cruzan en precarias embarcaciones el Mediterráneo con la esperanza –muchas veces frustrada– de alcanzar una vida más digna en Europa, son ilegales. Lo anterior es notorio para cualquier abogado del sector, pues se violan numerosas normativas internacionales, tanto en el ámbito marítimo como en el ámbito del derecho al asilo y al refugio. Sin embargo, el gobierno italiano sigue realizando estas acciones, gracias sobre todo a los acuerdos alcanzados con el régimen de Libia guiado por el coronel Kadafi.
De una u otra manera, el conservador y racista gobierno italiano –con el aval silencioso de sus socios europeos– ha siempre hecho caso omiso a las múltiples recomendaciones u observaciones procedentes de los órganos internacionales de los derechos humanos. Los casos italianos están siendo juzgados actualmente por la Corte Europea de los Derechos Humanos, tras la demanda que 24 ciudadanos de Eritrea y de Somalia presentaron en contra del gobierno de Italia, cuando éste los deportó a Libia en mayo de 2009.
La causa, cuyas sentencia final se espera para diciembre de este año, fue recientemente transferida a la llamada “Gran Cámara” de la Corte, un órgano compuesto por 17 jueces –en lugar de los siete del primer nivel–, ya que la Corte misma considera que el caso es muy delicado, pues en entredicho estaría toda la política europea de los rechazos, de la cual el caso italiano sería sólo una vertiente. Dicha política, estaría considerando la Corte, contradice frontalmente la Carta Europea de los Derechos de los Hombres, que prohíbe las expulsiones y deportaciones colectivas, reconoce el derecho al asilo y al refugio, y garantiza el derecho de apelación efectiva en caso de violación de garantías.
Desde el 4 de febrero de este año, las partes acusatorias tienen en sus manos un elemento más para justificar su condena a este aspecto de la política migratoria europea e italiana en particular. Este elemento es un cable diplomático revelado por el ya muy conocido sitio web Wikileaks. El cable, fechado el 5 de agosto de 2009 y firmado por el embajador de Estados Unidos en Libia, Gene Cretz, refiere el encuentro entre éste y el alto comisario para los Refugiados en Libia, el iraquí Mohamed Alwash. El representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en el país africano habló con el embajador de un episodio que en su momento levantó muchas protestas en Italia y entre las comunidades migrantes.
Era el primero de julio de 2009 cuando, a unas 120 millas al norte de Libia, en pleno Mediterráneo, la Armada italiana interceptó una embarcación con 89 pasajeros, de los cuales 75 procedían de Eritrea. Cuenta Alwash: “Cuando el barco fue interceptado, tres representantes de los migrantes pidieron hablar con el comandante del barco italiano para informarle acerca de su estatus de refugiados, pues muchos tenían la constancia que nosotros les otorgamos en Libia”. Pero el comandante fue intransigente, pues afirmó tener “la orden estricta del gobierno italiano de regresar a los migrantes a Libia”.
El comandante, entonces, ordena a todos los migrantes subir al navío italiano para llevarlos de vuelta. A este punto, cuenta Alwash, los migrantes –sobre todo los eritreos– se rehúsan a acatar la orden y los marinos utilizan la fuerza. Hubo “enfrentamiento físicos entre migrantes e italianos que se concluyen con algunos africanos golpeados con palos de plástico y de metal”. El saldo, dice el representante de la ONU, es de “seis heridos”. Algunos pasajeros “filmaron con sus celulares lo que estaba sucediendo”, por eso la tripulación italiana recogió todos los haberes personales de los migrantes: teléfonos, documentos y otros objetos que “aún no fueron regresados”, dice el cable.
Calmada la situación, el comandante italiano pide a Libia el envío de un barco para recoger a los migrantes. Las autoridades de Trípoli se niegan y es cuando los marinos italianos deciden dejar a los migrantes a bordo de una plataforma petrolífera italiana (de la empresa paraestatal ENI) posicionada frente a las costas libias. Sólo desde ahí los migrantes pudieron ser “devueltos” a Libia. Alwash cuenta que dos días después pudo visitar a los migrantes en el campo de Zawiyah y constatar que “había una mujer embarazada necesitada de atención urgente”. En otro campo, encontró a otros supérstites del episodio, de los cuales “seis tenían puntos de sutura en la cabeza”.
En otra parte del cable, el embajador refiere que Alwash intentó en más de una ocasión contactar con las autoridades italianas en Roma; sin embargo, éstas nunca le contestaron. El representante de la ONU confía al embajador que cree que “el gobierno italiano hace intencionalmente obstruccionismo frente a la ONU”. Todo lo anterior lleva a Alwash a pensar que “el acuerdo de cooperación entre Italia y Libia para rechazar a los migrantes en el Mediterráneo está violando los derechos humanos de los migrantes y poniendo en peligro a los solicitantes de refugio”.
Estas informaciones ya eran conocidas. Lo novedoso de este cable, sin embargo, reside justamente en que será ahora posible llevar como testigo en favor de la demanda que se discute en la Corte europea al propio embajador. Si no él personalmente, al menos sus “confidencias” al Departamento de Estado de Estados Unidos.
Por Matteo Dean
Lo dijimos en múltiples ocasiones: los rechazos en altamar, que el gobierno italiano realiza a costa de cientos de personas migrantes que cruzan en precarias embarcaciones el Mediterráneo con la esperanza –muchas veces frustrada– de alcanzar una vida más digna en Europa, son ilegales. Lo anterior es notorio para cualquier abogado del sector, pues se violan numerosas normativas internacionales, tanto en el ámbito marítimo como en el ámbito del derecho al asilo y al refugio. Sin embargo, el gobierno italiano sigue realizando estas acciones, gracias sobre todo a los acuerdos alcanzados con el régimen de Libia guiado por el coronel Kadafi.
De una u otra manera, el conservador y racista gobierno italiano –con el aval silencioso de sus socios europeos– ha siempre hecho caso omiso a las múltiples recomendaciones u observaciones procedentes de los órganos internacionales de los derechos humanos. Los casos italianos están siendo juzgados actualmente por la Corte Europea de los Derechos Humanos, tras la demanda que 24 ciudadanos de Eritrea y de Somalia presentaron en contra del gobierno de Italia, cuando éste los deportó a Libia en mayo de 2009.
La causa, cuyas sentencia final se espera para diciembre de este año, fue recientemente transferida a la llamada “Gran Cámara” de la Corte, un órgano compuesto por 17 jueces –en lugar de los siete del primer nivel–, ya que la Corte misma considera que el caso es muy delicado, pues en entredicho estaría toda la política europea de los rechazos, de la cual el caso italiano sería sólo una vertiente. Dicha política, estaría considerando la Corte, contradice frontalmente la Carta Europea de los Derechos de los Hombres, que prohíbe las expulsiones y deportaciones colectivas, reconoce el derecho al asilo y al refugio, y garantiza el derecho de apelación efectiva en caso de violación de garantías.
Desde el 4 de febrero de este año, las partes acusatorias tienen en sus manos un elemento más para justificar su condena a este aspecto de la política migratoria europea e italiana en particular. Este elemento es un cable diplomático revelado por el ya muy conocido sitio web Wikileaks. El cable, fechado el 5 de agosto de 2009 y firmado por el embajador de Estados Unidos en Libia, Gene Cretz, refiere el encuentro entre éste y el alto comisario para los Refugiados en Libia, el iraquí Mohamed Alwash. El representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en el país africano habló con el embajador de un episodio que en su momento levantó muchas protestas en Italia y entre las comunidades migrantes.
Era el primero de julio de 2009 cuando, a unas 120 millas al norte de Libia, en pleno Mediterráneo, la Armada italiana interceptó una embarcación con 89 pasajeros, de los cuales 75 procedían de Eritrea. Cuenta Alwash: “Cuando el barco fue interceptado, tres representantes de los migrantes pidieron hablar con el comandante del barco italiano para informarle acerca de su estatus de refugiados, pues muchos tenían la constancia que nosotros les otorgamos en Libia”. Pero el comandante fue intransigente, pues afirmó tener “la orden estricta del gobierno italiano de regresar a los migrantes a Libia”.
El comandante, entonces, ordena a todos los migrantes subir al navío italiano para llevarlos de vuelta. A este punto, cuenta Alwash, los migrantes –sobre todo los eritreos– se rehúsan a acatar la orden y los marinos utilizan la fuerza. Hubo “enfrentamiento físicos entre migrantes e italianos que se concluyen con algunos africanos golpeados con palos de plástico y de metal”. El saldo, dice el representante de la ONU, es de “seis heridos”. Algunos pasajeros “filmaron con sus celulares lo que estaba sucediendo”, por eso la tripulación italiana recogió todos los haberes personales de los migrantes: teléfonos, documentos y otros objetos que “aún no fueron regresados”, dice el cable.
Calmada la situación, el comandante italiano pide a Libia el envío de un barco para recoger a los migrantes. Las autoridades de Trípoli se niegan y es cuando los marinos italianos deciden dejar a los migrantes a bordo de una plataforma petrolífera italiana (de la empresa paraestatal ENI) posicionada frente a las costas libias. Sólo desde ahí los migrantes pudieron ser “devueltos” a Libia. Alwash cuenta que dos días después pudo visitar a los migrantes en el campo de Zawiyah y constatar que “había una mujer embarazada necesitada de atención urgente”. En otro campo, encontró a otros supérstites del episodio, de los cuales “seis tenían puntos de sutura en la cabeza”.
En otra parte del cable, el embajador refiere que Alwash intentó en más de una ocasión contactar con las autoridades italianas en Roma; sin embargo, éstas nunca le contestaron. El representante de la ONU confía al embajador que cree que “el gobierno italiano hace intencionalmente obstruccionismo frente a la ONU”. Todo lo anterior lleva a Alwash a pensar que “el acuerdo de cooperación entre Italia y Libia para rechazar a los migrantes en el Mediterráneo está violando los derechos humanos de los migrantes y poniendo en peligro a los solicitantes de refugio”.
Estas informaciones ya eran conocidas. Lo novedoso de este cable, sin embargo, reside justamente en que será ahora posible llevar como testigo en favor de la demanda que se discute en la Corte europea al propio embajador. Si no él personalmente, al menos sus “confidencias” al Departamento de Estado de Estados Unidos.
Chile: McCartney se pone exigente.
Ofrecerá McCartney recital en Chile; exige comida orgánica y agua de Fiji
Requiere bebidas energéticas y gaseosas light, jugos naturales de arándanos y naranjas, whisky etiqueta negra y diversos licores
El cantante británico Paul McCartney envió para su recital en Chile una serie de exigencias, entre ellas comida orgánica y agua de las islas Fiji, informó hoy la edición digital del diario El Mercurio.
El periódico chileno señaló este sábado que el ex integrante de The Beatles, quien se presentará en Santiago el 11 de mayo próximo, solicitó que sus alimentos no sean de origen animal ni transgénicos.
Pidió una cocina de 64 metros cuadrados con un par de hornos para que trabaje su propio chef, quien usará condimentos e ingredientes locales en los platos dulces y salados que servirá a McCartney.
La lista de peticiones incluye vinos franceses, frutas (naranjas, plátanos y uvas) y verduras frescas, miel y leche de soya, además de agua marca Fiji, la cual tiene flúor natural y es embotellada en esas islas del Pacífico Sur.
También solicitó bebidas energéticas y gaseosas “light”, jugos naturales de arándanos y naranjas, whisky etiqueta negra y diversos licores.
Además de conexión a Internet en su camarín del Estadio Nacional de la capital chilena, McCartney pidió una línea telefónica convencional con salida al extranjero que sólo podrá ser utilizada por él.
El músico británico, que viaja con un equipo de 170 personas, llegaría a Chile el 9 de mayo próximo en un avión privado para ofrecer dos días después un concierto de tres horas.
Requiere bebidas energéticas y gaseosas light, jugos naturales de arándanos y naranjas, whisky etiqueta negra y diversos licores
El cantante británico Paul McCartney envió para su recital en Chile una serie de exigencias, entre ellas comida orgánica y agua de las islas Fiji, informó hoy la edición digital del diario El Mercurio.
El periódico chileno señaló este sábado que el ex integrante de The Beatles, quien se presentará en Santiago el 11 de mayo próximo, solicitó que sus alimentos no sean de origen animal ni transgénicos.
Pidió una cocina de 64 metros cuadrados con un par de hornos para que trabaje su propio chef, quien usará condimentos e ingredientes locales en los platos dulces y salados que servirá a McCartney.
La lista de peticiones incluye vinos franceses, frutas (naranjas, plátanos y uvas) y verduras frescas, miel y leche de soya, además de agua marca Fiji, la cual tiene flúor natural y es embotellada en esas islas del Pacífico Sur.
También solicitó bebidas energéticas y gaseosas “light”, jugos naturales de arándanos y naranjas, whisky etiqueta negra y diversos licores.
Además de conexión a Internet en su camarín del Estadio Nacional de la capital chilena, McCartney pidió una línea telefónica convencional con salida al extranjero que sólo podrá ser utilizada por él.
El músico británico, que viaja con un equipo de 170 personas, llegaría a Chile el 9 de mayo próximo en un avión privado para ofrecer dos días después un concierto de tres horas.
Guatemala: envía lista de desaparecidos.
Envía Guatemala listado de 34 desaparecidos a México
La cancillería de ese país informó que pidió al gobierno de México acelerar los mecanismos de identificación de posibles víctimas guatemaltecas entre los restos encontrados en fosas comunes.
La cancillería de Guatemala informó que en el permanente mecanismo de coordinación con el gobierno mexicano envió un listado sobre 34 guatemaltecos reportados como desaparecidos y que se teme se encuentren entre las víctimas de las fosas comunes halladas en Tamaulipas.
Por medio de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores informó que requirió al gobierno de México acelerar los mecanismos de identificación de posibles víctimas guatemaltecas entre los restos encontrados en fosas clandestinas, así como para que se realicen las notificaciones consulares al momento de identificar a nuevas víctimas, si las hubiera, o los liberados durante los operativos.
Asimismo, indicó que se mantiene en permanente situación de alerta en sus 10 oficinas consulares en México, las que realizan las visitas a centros de detención, hospitales u otro lugar donde pudieran localizarse los desparecidos.
La cancillería de ese país sostuvo que tiene un estrecho sistema de coordinación con la Procuraduría General de la República de México y que el pasado 25 de abril funcionarios de la embajada se reunieron con funcionarios mexicanos, a efecto de continuar y fortalecer la permanente comunicación.
La cancillería de ese país informó que pidió al gobierno de México acelerar los mecanismos de identificación de posibles víctimas guatemaltecas entre los restos encontrados en fosas comunes.
La cancillería de Guatemala informó que en el permanente mecanismo de coordinación con el gobierno mexicano envió un listado sobre 34 guatemaltecos reportados como desaparecidos y que se teme se encuentren entre las víctimas de las fosas comunes halladas en Tamaulipas.
Por medio de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores informó que requirió al gobierno de México acelerar los mecanismos de identificación de posibles víctimas guatemaltecas entre los restos encontrados en fosas clandestinas, así como para que se realicen las notificaciones consulares al momento de identificar a nuevas víctimas, si las hubiera, o los liberados durante los operativos.
Asimismo, indicó que se mantiene en permanente situación de alerta en sus 10 oficinas consulares en México, las que realizan las visitas a centros de detención, hospitales u otro lugar donde pudieran localizarse los desparecidos.
La cancillería de ese país sostuvo que tiene un estrecho sistema de coordinación con la Procuraduría General de la República de México y que el pasado 25 de abril funcionarios de la embajada se reunieron con funcionarios mexicanos, a efecto de continuar y fortalecer la permanente comunicación.
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México el destinatario
Oxígeno puro a la monarquía.
Un anillo al dedo de la monarquía
Todo sucedió como debía ser: el príncipe se casó, la princesa conmovió corazones, los dos se besaron en el balcón. Miles de británicos celebraron el casamiento convertido en orgullo nacional. El show que la monarquía necesitaba para oxigenarse.
Por Marcelo Justo
La monarquía británica goza de una salud aparentemente indestructible. La boda del príncipe Guillermo, segundo en la sucesión del trono, y la ahora duquesa de Cambridge, Catalina Middleton, movilizó a cientos de miles de personas que esperaron pacientemente el paso de la pareja en el trayecto que separa la Abadía de Westminster y el Palacio de Buckingham o que siguieron los eventos en las pantallas gigantescas de Hyde Park y la Plaza de Trafalgar o en las más de cinco mil fiestas callejeras que se celebraron en el Reino Unido. El momento apoteósico para la multitud fue cuando la familia real se asomó al balcón del palacio y, en el medio, a pedido de la multitud, el príncipe y su esposa se besaron dos veces.
“What a circus, what a show”, se burlaba Andrew Lloyd Webber del funeral de Evita, ignorando que sus palabras se aplican mucho mejor a cualquiera de estos megaeventos de la realeza británica. A casi 14 años de que la muerte de la madre de Guillermo, lady Di, abriera interrogantes sobre el futuro de la monarquía, ésta ha resurgido con las enseñanzas que dejó el “Diana affair”: manejo mediático, ángel escénico de sus nuevos protagonistas, belleza, naturalidad.
Desde la noche anterior, las calles se fueron saturando de gente que quería asegurarse un primer lugar en la multitud para verlos pasar unos segundos de cerca. Embanderados, patrióticos, felices, disfrazados, festivos, de todas las edades, celebraron el paso de la familia real camino a la Abadía de Westminster, el del príncipe Guillermo y Enrique en el mismo coche negro, y el de la heroína de la jornada, Kate, que se llevó los mejores vítores.
En la Abadía seguían el “circus” y el “show” con la parafernalia que adorna estos eventos: sombreros de todo tipo, estilo y gusto, trajes coloridos y sobrios, los fracs, el sobrecargado barroco de los uniformes militares con su laberinto de medallas y condecoraciones. Reyes, príncipes, sultanes, mandatarios, el gobierno británico en pleno, embajadores, celebridades, familiares y los “commoners” que siempre aparecen en un evento real: un total de 1900 invitados entre los que se encontraban David Beckham, Elton John y Rowan “Mr. Bean” Atkinson. A las 10 y 15 entró el novio con uniforme de coronel de la Guardia Irlandesa y la insignia de la Orden de la Jarretera, máximo honor que concede la reina.
Unos 45 minutos más tarde Kate ingresó en la Abadía del brazo de su padre, el empresario Michael Middleton. La multitud que seguía por televisión y radio vitoreó en todas partes y entró en éxtasis cuando llegó el “sí quiero”. Entrevistada por la BBC, una mujer con claro acento de clase trabajadora decía que era “el día más feliz de su vida”. Otros hablaban del “orgullo nacional”, de la “celebración del ser británico”, de una unión más allá de la diferencias. Un estadounidense miraba todo extasiado. “Para la pompa ceremonial, los británicos son los mejores. Uno se contagia inevitablemente de toda su energía y emoción.”
La plaza estalló con los besos que se dieron en el balcón el príncipe y la duquesa de Cambridge. A partir de ese momento se cerró el telón. En el palacio hubo una recepción para unas 650 personas con ensalada de cangrejo, pato, queso de cabra, langostinos, salmón, tarta de espárragos, pastel de pescados y postre. Unos 300 invitados se quedaron para la cena y la discoteca en el palacio mismo que, organizada por el príncipe Carlos, debió ser un evento para alquilar balcones.
Entre los republicanos había una mezcla de resignación, humor y fatalismo. En su edición digital, el matutino The Guardian abrió una pestaña en la esquina superior con un “Republicans click here” para una edición especial sin noticias sobre el enlace. En el mismo diario, el comentarista Timothy Ashton Nash hacía un análisis que resume la posición de muchos intelectuales incómodos con la institución, pero pragmáticos. “Si Guillermo y Catalina se portan bien, a diferencia de otros miembros más revoltosos de la familia real, y contribuyen al desarrollo de una monarquía constitucional moderna, la situación será tal vez mejor que las alternativas más probables.
No me parece que países como Suecia, Holanda, Dinamarca y España, que tienen reyes, estén peor que otros que cuentan con presidentes elegidos entre los políticos de partido. ¿O preferiríamos que el Palacio de Buckingham lo ocupase, por ejemplo, el presidente Blair?”, dice Ash. El catedrático destaca que, salvo por un breve interludio en el siglo XVII hubo reyes en Inglaterra en los últimos 1000 años y obras como la de Shakespeare serían impensables sin la monarquía. “Puestos a hablar del poder de un individuo a quien nadie ha elegido, el magnate de la comunicación Rupert Murdoch es una amenaza mucho más grave para la democracia británica que nuestro jefe de Estado hereditario. Ningún monarca británico se ha negado a aprobar una ley desde 1707”, resume Ash.
No es el punto de vista de algunos jóvenes radicalizados desde la hecatombe financiera de 2008. La policía usó ayer sus poderes especiales para detener, cachear y obligar a quitarse pasamontañas y máscaras a un grupo que se había reunido en la plaza de Soho, en el centro de Londres, pero a cierta distancia de toda la celebración. La policía indicó que había arrestado a una persona que se había puesto a cantar “We all live in a fascist regime” con el tono de la famosa canción de Los Beatles “We all live in the yellow submarine”.
Hubo otros 43 arrestos en la zona de la boda real y detenciones preventivas en casas de ocupas el miércoles y jueves. En Cambridge la policía arrestó a Charlie Veitch, un conocido anarquista, por “intento de perturbar el orden público y la paz”. Su novia, Silvia Carlo, estudiante de Política y Psicología en Cambridge criticó duramente a la policía.
“Entraron, no encontraron nada y se lo llevaron. Esto fue ayer a las 10 de la mañana y todavía no sabemos dónde está. Hablamos de la boda y la belleza y las tiaras y el espectáculo, pero acá están llevándose gente como en China”, dijo Carlo. Anarquistas entrevistados por este diario negaron todo interés en la boda y acusaron a la policía y los medios de usar los operativos de seguridad para vengarse por las protestas en marzo contra el programa de ajuste y a fin del año pasado contra la política universitaria.
Todo sucedió como debía ser: el príncipe se casó, la princesa conmovió corazones, los dos se besaron en el balcón. Miles de británicos celebraron el casamiento convertido en orgullo nacional. El show que la monarquía necesitaba para oxigenarse.
Por Marcelo Justo
La monarquía británica goza de una salud aparentemente indestructible. La boda del príncipe Guillermo, segundo en la sucesión del trono, y la ahora duquesa de Cambridge, Catalina Middleton, movilizó a cientos de miles de personas que esperaron pacientemente el paso de la pareja en el trayecto que separa la Abadía de Westminster y el Palacio de Buckingham o que siguieron los eventos en las pantallas gigantescas de Hyde Park y la Plaza de Trafalgar o en las más de cinco mil fiestas callejeras que se celebraron en el Reino Unido. El momento apoteósico para la multitud fue cuando la familia real se asomó al balcón del palacio y, en el medio, a pedido de la multitud, el príncipe y su esposa se besaron dos veces.
“What a circus, what a show”, se burlaba Andrew Lloyd Webber del funeral de Evita, ignorando que sus palabras se aplican mucho mejor a cualquiera de estos megaeventos de la realeza británica. A casi 14 años de que la muerte de la madre de Guillermo, lady Di, abriera interrogantes sobre el futuro de la monarquía, ésta ha resurgido con las enseñanzas que dejó el “Diana affair”: manejo mediático, ángel escénico de sus nuevos protagonistas, belleza, naturalidad.
Desde la noche anterior, las calles se fueron saturando de gente que quería asegurarse un primer lugar en la multitud para verlos pasar unos segundos de cerca. Embanderados, patrióticos, felices, disfrazados, festivos, de todas las edades, celebraron el paso de la familia real camino a la Abadía de Westminster, el del príncipe Guillermo y Enrique en el mismo coche negro, y el de la heroína de la jornada, Kate, que se llevó los mejores vítores.
En la Abadía seguían el “circus” y el “show” con la parafernalia que adorna estos eventos: sombreros de todo tipo, estilo y gusto, trajes coloridos y sobrios, los fracs, el sobrecargado barroco de los uniformes militares con su laberinto de medallas y condecoraciones. Reyes, príncipes, sultanes, mandatarios, el gobierno británico en pleno, embajadores, celebridades, familiares y los “commoners” que siempre aparecen en un evento real: un total de 1900 invitados entre los que se encontraban David Beckham, Elton John y Rowan “Mr. Bean” Atkinson. A las 10 y 15 entró el novio con uniforme de coronel de la Guardia Irlandesa y la insignia de la Orden de la Jarretera, máximo honor que concede la reina.
Unos 45 minutos más tarde Kate ingresó en la Abadía del brazo de su padre, el empresario Michael Middleton. La multitud que seguía por televisión y radio vitoreó en todas partes y entró en éxtasis cuando llegó el “sí quiero”. Entrevistada por la BBC, una mujer con claro acento de clase trabajadora decía que era “el día más feliz de su vida”. Otros hablaban del “orgullo nacional”, de la “celebración del ser británico”, de una unión más allá de la diferencias. Un estadounidense miraba todo extasiado. “Para la pompa ceremonial, los británicos son los mejores. Uno se contagia inevitablemente de toda su energía y emoción.”
La plaza estalló con los besos que se dieron en el balcón el príncipe y la duquesa de Cambridge. A partir de ese momento se cerró el telón. En el palacio hubo una recepción para unas 650 personas con ensalada de cangrejo, pato, queso de cabra, langostinos, salmón, tarta de espárragos, pastel de pescados y postre. Unos 300 invitados se quedaron para la cena y la discoteca en el palacio mismo que, organizada por el príncipe Carlos, debió ser un evento para alquilar balcones.
Entre los republicanos había una mezcla de resignación, humor y fatalismo. En su edición digital, el matutino The Guardian abrió una pestaña en la esquina superior con un “Republicans click here” para una edición especial sin noticias sobre el enlace. En el mismo diario, el comentarista Timothy Ashton Nash hacía un análisis que resume la posición de muchos intelectuales incómodos con la institución, pero pragmáticos. “Si Guillermo y Catalina se portan bien, a diferencia de otros miembros más revoltosos de la familia real, y contribuyen al desarrollo de una monarquía constitucional moderna, la situación será tal vez mejor que las alternativas más probables.
No me parece que países como Suecia, Holanda, Dinamarca y España, que tienen reyes, estén peor que otros que cuentan con presidentes elegidos entre los políticos de partido. ¿O preferiríamos que el Palacio de Buckingham lo ocupase, por ejemplo, el presidente Blair?”, dice Ash. El catedrático destaca que, salvo por un breve interludio en el siglo XVII hubo reyes en Inglaterra en los últimos 1000 años y obras como la de Shakespeare serían impensables sin la monarquía. “Puestos a hablar del poder de un individuo a quien nadie ha elegido, el magnate de la comunicación Rupert Murdoch es una amenaza mucho más grave para la democracia británica que nuestro jefe de Estado hereditario. Ningún monarca británico se ha negado a aprobar una ley desde 1707”, resume Ash.
No es el punto de vista de algunos jóvenes radicalizados desde la hecatombe financiera de 2008. La policía usó ayer sus poderes especiales para detener, cachear y obligar a quitarse pasamontañas y máscaras a un grupo que se había reunido en la plaza de Soho, en el centro de Londres, pero a cierta distancia de toda la celebración. La policía indicó que había arrestado a una persona que se había puesto a cantar “We all live in a fascist regime” con el tono de la famosa canción de Los Beatles “We all live in the yellow submarine”.
Hubo otros 43 arrestos en la zona de la boda real y detenciones preventivas en casas de ocupas el miércoles y jueves. En Cambridge la policía arrestó a Charlie Veitch, un conocido anarquista, por “intento de perturbar el orden público y la paz”. Su novia, Silvia Carlo, estudiante de Política y Psicología en Cambridge criticó duramente a la policía.
“Entraron, no encontraron nada y se lo llevaron. Esto fue ayer a las 10 de la mañana y todavía no sabemos dónde está. Hablamos de la boda y la belleza y las tiaras y el espectáculo, pero acá están llevándose gente como en China”, dijo Carlo. Anarquistas entrevistados por este diario negaron todo interés en la boda y acusaron a la policía y los medios de usar los operativos de seguridad para vengarse por las protestas en marzo contra el programa de ajuste y a fin del año pasado contra la política universitaria.
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cada quien en su casa y todos felices.,
casi.
Me interesaba el comunismo cotidiano.
ENTREVISTA AL ESCRITOR FRANCES JEAN ECHENOZ
“Me interesó trabajar la vida cotidiana bajo el comunismo”
El autor presentará en la Feria su novela Correr, en la que recrea la gloria y la caída del legendario atleta checoslovaco Emil Zátopek. “El corrió bajo regímenes dictatoriales; era un modelo, un ejemplo, pero también un rehén”, sostiene.
Por Silvina Friera
Hubo un tiempo que fue hermoso y fue libre de verdad. Jean Echenoz, que no conoce el comienzo de la canción de Sui Generis, fue un joven francés que estudió etnología, aunque lo único que le importaba en el mundo era y es la literatura. Tocaba –toca aún– el contrabajo y simpatizaba con la extrema izquierda. Ni músico ni militante serio. A duras penas, en los tiempos agitados del Mayo francés del ’68, con poco más de veinte años, fue “un buen pegador de afiches”. El escritor francés habla casi como escribe: prosa y respuestas diáfanas, breves y concisas. Al hueso.
Nada de rodeos interminables ni esgrimas lingüísticas encadenadas en oraciones subordinadas y barrocas. Estética “monacal”, se podría afirmar para enfatizar el contraste, alérgica al derroche de palabras, al gasto desmedido. La relación con su obra y sus personajes, con su propio pasado, es afectuosa e irónica a la vez, amorosa y distante, como si cierta lejanía en el espacio y el tiempo fuera su mejor cámara para aproximar y desviar escenas de la vida cotidiana. El autor presentará el lunes en la Feria su libro Correr (Anagrama), con Damián Tabarovsky, y anticipará también Un año, novela que publicará en agosto una nueva editorial argentina, Mar dulce.
Correr es una novela sobre la figura del legendario atleta checoslovaco Emil Zátopek (1922-2000), un corredor de fondo que en los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952 batió todos los records: ganó tres medallas de oro en diez días, en los 5000 metros, en los 10 mil y en la maratón, proeza jamás repetida. A pesar de que corría raro y no tenía estilo, la invencible y eficaz “locomotora checa” fue un héroe nacional del régimen comunista.
Pero el corredor, bandera y paradigma de la revolución proletaria, sería duramente castigado por apoyar a los reformistas de Alexander Dubcek. Cuando los soviéticos invadieron Praga para poner en caja a los “rebeldes”, el corredor fue expulsado del ejército y desterrado. Ascenso meteórico y caída al vacío, la gloria y el infierno. El purgatorio que le asignaron los camaradas fue la recolección de basura.
No es la primera vez que Echenoz escribe sobre un personaje real. Correr forma parte de una trilogía de vidas imaginarias que arrancó con Ravel, centrada en los últimos años de la vida del célebre músico, y se completará con Relámpagos, sobre el ingeniero Nikola Tesla. “No sé si hay un paralelismo entre correr y escribir –dice el escritor a Página/12–. No se puede escribir de un atleta de la misma manera que se escribe sobre un músico. Tanto Ravel como Zátopek llegan a ser ellos los autores de estos libros. Sus estilos, sus maneras de ser, sus artes, contaminaron la escritura.”
–¿En qué momento descubrió que necesitaba para Zátopek un estilo diferente?
–En realidad me di cuenta después, no fue demasiado consciente. Nunca releo mis libros, sólo cuando me muestran el primer ejemplar. De manera voluntaria, pero no del todo consciente, había frases que iba escribiendo que trataban de restituir el estilo del corredor. Como en el libro anterior se pueden encontrar ritmos de la música de Ravel.
–¿Qué estímulos encontró para escribir sobre vidas reales? ¿Estaba cansado de la “ficción pura”?
–Quería hacer algo que nunca había hecho antes, que hubiera personajes ficticios, como siempre hice, pero también que aparecieran dos o tres personajes reales que pasaran como una figuración por la novela. Y entre esos personajes, enseguida se me ocurrió Ravel. Investigué mucho sobre él y me fui dando cuenta de que su vida era mucho más interesante que el proyecto que yo había planeado. Y Ravel me robó el libro. Como me gustó esa experiencia, me dieron ganas de escribir dos novelas más, que fueran de ámbitos diferentes: el deporte y la ciencia. Pero no lo hice porque estuviera agotado de la ficción. No soy historiador ni biógrafo; simplemente me dieron ganas de escribir sobre vidas reales. Tal vez fue una manera momentánea de salir adelante. Como una infidelidad a la ficción pura.
–Un hilo conductor que conecta tanto a personajes reales como plenamente ficticios, de Zátopek a Ferrer, el protagonista de Me voy, es que son seres crónicamente solitarios.
–Sí, es cierto. Varias de mis novelas giran en torno de la soledad, la huida, la búsqueda. Es verdad que los personajes solitarios me interesan. En algún momento voy a tener que cambiar: no se pueden repetir siempre los mismos temas.
–¿Eligió conscientemente al narrador de Correr, muy cercano al personaje y a la vez muy distante también?
–En ese libro el narrador soy yo. Me dije a mí mismo que no había que dar enseguida el nombre del personaje. Al principio me parecía que tenía que contar la historia de un tipo anónimo; por eso no puse el apellido de entrada. El momento en que sí aparece su apellido coincide con la instancia en que se convierte en una gloria mundial. Quizá para los más jóvenes ese nombre no dice nada, pero cuando yo tenía 10 o 12 años, el apellido Zátopek era conocido en todo el mundo.
–¿Cómo trabajó al personaje en relación con el régimen socialista checo de los años ’50?
–La vida de Zátopek era indisociable del contexto político. Eso fue algo nuevo para mí, porque nunca antes me había visto obligado por el personaje a referirme al contexto político. Me interesó mucho trabajar la vida cotidiana bajo el régimen comunista. Tengo ciertos recuerdos de ese período; no fue hace tanto tiempo, finalmente, la caída del Muro de Berlín. Zátopek comenzó a correr cuando los nazis invadieron Checoslovaquia, luego lo hizo bajo el régimen socialista. El corrió bajo regímenes dictatoriales; era un modelo, un ejemplo, pero también un rehén. En general la vida cotidiana estaba dominada por el miedo, especialmente en Checoslovaquia; el miedo que aparece en todas las dictaduras.
–¿Cree que la manera que tenía de correr Zátopek era una forma de sentirse libre y también de exorcizar ese miedo?
–Todo el tiempo me hice esa pregunta, si era una doble manera de escapar de esa situación de ciudadano de un régimen autoritario o tal vez de evadirse de manera más imaginaria. Aparentemente era una manera de liberarse, pero no estoy seguro de que eso fuera para él así. Al comienzo, detestaba el deporte. Pero de pronto descubrió que tenía una especie de don, de genio. Y era paradójico ese don porque no hacía las cosas de la misma manera que los otros corredores. Tenía un estilo más bien feo, y sin embargo era más fuerte que todos los demás.
Echenoz tiene unos ojos azules muy intensos y curiosos. Enciende el primer cigarrillo y con un tono cálido insiste en que escribir constituye el centro de su vida. “No pensé en ningún escritor que se pudiera parecer a Zátopek en cuanto al estilo ‘impuro’ –advierte–. Me acuerdo de lo que contaba Flaubert en su correspondencia, su sufrimiento permanente, que sin dudas es una exageración; se quejaba del dolor que le causaba llegar a dar con la frase perfecta, hablaba mucho de ese dolor en su correspondencia. De la literatura francesa, Flaubert es el autor que releo todo el tiempo.”
–¿Sería su mayor influencia?
–No sé si la palabra es influencia, pero es el autor que necesito releer.
–¿Un estímulo?
–Sí, o un modelo, una especie de gran tío imaginario (risas). No digo abuelo, sería demasiado pretencioso. Flaubert sería como un tío lejano.
–Ya que lo plantea en términos de filiación, ¿quiénes serían sus padres literarios?
–Tengo muchos padres literarios imaginarios; podrían ser Nabokov, Dashiell Hammett, tal vez...
“No se vaya a pensar que Emil es un oportunista –dice el narrador de Correr–. Que cree en las virtudes del socialismo es algo indiscutible, pero no menos discutible es que, en la situación en la que se halla, resulta difícil obrar de otro modo. Sabe que está en el punto de mira y que ya, en las esferas pensantes del poder, dan en preguntarse con toda lógica si la situación de gran deportista popular no dimana del individualismo burgués, toda vez que la adoración malsana de un atleta desvirtúa gravemente el ideal estajanovista.”
–Cuando era joven, ¿simpatizaba con el socialismo? Quizás entonces no hubiera podido escribir una novela como Correr, tan ácida respecto de los regímenes socialistas de la Europa del Este...
–Sí, es curioso que me haga esta pregunta, pero es así. Yo estaba a favor de los países socialistas y del ideal comunista, incluso en una época llegué a ser algo estalinista, como lo era el Partido Comunista francés en los años ’60.
–¿Cuándo llegó el desencanto? ¿Cuáles fueron los hechos puntuales que eclipsaron esa simpatía?
–Son preguntas complicadas... sabíamos muy bien que la vida en los países socialistas no eran un paraíso. Sabíamos, pero al mismo tiempo no queríamos saber. Recuerdo que tenía 18 o 20 años y tenía amigos un poco mayores que eran muy militantes del Partido Comunista; jóvenes universitarios e intelectuales, muy inteligentes, que viajaron a la Unión Soviética y cuando volvieron me dijeron que las mujeres no envejecían bajo el socialismo real... (risas).
–Es una ironía suya, un chiste, ¿no?
–No, es en serio; eran pavadas que se decían, y sin embargo todo el mundo estaba un poco enceguecido. Había una fe verdadera en el comunismo, una esperanza legítima, pero a veces delirante. En cuanto al desencanto, pasaron muchas cosas, como la lenta toma de conciencia de que esos países eran dictaduras, algo que nosotros no queríamos creer. No queríamos saberlo, aunque paulatinamente se fue instalando como algo evidente.
–¿Militó en algún partido de la izquierda?
–Simpatizaba con grupos de extrema izquierda, pero nunca fui un militante. Eso sí: era buen pegador de afiches contra la guerra de Vietnam.
–¿Qué recuerdos tiene de esa época?
–Leía textos marxistas-leninistas, lo que hacían todos; y decía muchas tonterías, pero fue un período de mi vida muy vivo, muy estimulante, en un momento en que esa Francia burguesa era muy aburrida, pero al mismo tiempo muy próspera. En los años ’70, las cosas cambiaron. Es difícil hablar de esa época porque es una constelación de referencias históricas, políticas y también ideológicas un tanto lejanas, pero afectivas.
–¿Ya tocaba el contrabajo?
–Sí, un poco. No soy ni un músico ni un militante serio. A mí lo que me interesaba era la literatura, pero no quería estudiar letras porque no me imaginaba a profesores que me explicaran la literatura. Para mí era un asunto personal. Estudié etnografía, sociología... esas cosas que en realidad nunca me sirvieron para nada.
–¿Cómo se siente con la Francia actual, presidida por Sarkozy?
–No soy un analista político y no quiero serlo. Dije muchas tonterías en el pasado y no quisiera ahora caer en algo parecido. Evidentemente me siento muy diferente de como me sentía en el país de mi juventud. No me gusta lo que está pasando en Francia y en Italia, tampoco lo que pasa en el mundo en general. El auge de la extrema derecha en Europa no me alegra.
* Jean Echenoz dialogará con Damián Tabarovsky el próximo lunes a las 18.30 en la sala Leopoldo Lugones.
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“Me interesó trabajar la vida cotidiana bajo el comunismo”
El autor presentará en la Feria su novela Correr, en la que recrea la gloria y la caída del legendario atleta checoslovaco Emil Zátopek. “El corrió bajo regímenes dictatoriales; era un modelo, un ejemplo, pero también un rehén”, sostiene.
Por Silvina Friera
Hubo un tiempo que fue hermoso y fue libre de verdad. Jean Echenoz, que no conoce el comienzo de la canción de Sui Generis, fue un joven francés que estudió etnología, aunque lo único que le importaba en el mundo era y es la literatura. Tocaba –toca aún– el contrabajo y simpatizaba con la extrema izquierda. Ni músico ni militante serio. A duras penas, en los tiempos agitados del Mayo francés del ’68, con poco más de veinte años, fue “un buen pegador de afiches”. El escritor francés habla casi como escribe: prosa y respuestas diáfanas, breves y concisas. Al hueso.
Nada de rodeos interminables ni esgrimas lingüísticas encadenadas en oraciones subordinadas y barrocas. Estética “monacal”, se podría afirmar para enfatizar el contraste, alérgica al derroche de palabras, al gasto desmedido. La relación con su obra y sus personajes, con su propio pasado, es afectuosa e irónica a la vez, amorosa y distante, como si cierta lejanía en el espacio y el tiempo fuera su mejor cámara para aproximar y desviar escenas de la vida cotidiana. El autor presentará el lunes en la Feria su libro Correr (Anagrama), con Damián Tabarovsky, y anticipará también Un año, novela que publicará en agosto una nueva editorial argentina, Mar dulce.
Correr es una novela sobre la figura del legendario atleta checoslovaco Emil Zátopek (1922-2000), un corredor de fondo que en los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952 batió todos los records: ganó tres medallas de oro en diez días, en los 5000 metros, en los 10 mil y en la maratón, proeza jamás repetida. A pesar de que corría raro y no tenía estilo, la invencible y eficaz “locomotora checa” fue un héroe nacional del régimen comunista.
Pero el corredor, bandera y paradigma de la revolución proletaria, sería duramente castigado por apoyar a los reformistas de Alexander Dubcek. Cuando los soviéticos invadieron Praga para poner en caja a los “rebeldes”, el corredor fue expulsado del ejército y desterrado. Ascenso meteórico y caída al vacío, la gloria y el infierno. El purgatorio que le asignaron los camaradas fue la recolección de basura.
No es la primera vez que Echenoz escribe sobre un personaje real. Correr forma parte de una trilogía de vidas imaginarias que arrancó con Ravel, centrada en los últimos años de la vida del célebre músico, y se completará con Relámpagos, sobre el ingeniero Nikola Tesla. “No sé si hay un paralelismo entre correr y escribir –dice el escritor a Página/12–. No se puede escribir de un atleta de la misma manera que se escribe sobre un músico. Tanto Ravel como Zátopek llegan a ser ellos los autores de estos libros. Sus estilos, sus maneras de ser, sus artes, contaminaron la escritura.”
–¿En qué momento descubrió que necesitaba para Zátopek un estilo diferente?
–En realidad me di cuenta después, no fue demasiado consciente. Nunca releo mis libros, sólo cuando me muestran el primer ejemplar. De manera voluntaria, pero no del todo consciente, había frases que iba escribiendo que trataban de restituir el estilo del corredor. Como en el libro anterior se pueden encontrar ritmos de la música de Ravel.
–¿Qué estímulos encontró para escribir sobre vidas reales? ¿Estaba cansado de la “ficción pura”?
–Quería hacer algo que nunca había hecho antes, que hubiera personajes ficticios, como siempre hice, pero también que aparecieran dos o tres personajes reales que pasaran como una figuración por la novela. Y entre esos personajes, enseguida se me ocurrió Ravel. Investigué mucho sobre él y me fui dando cuenta de que su vida era mucho más interesante que el proyecto que yo había planeado. Y Ravel me robó el libro. Como me gustó esa experiencia, me dieron ganas de escribir dos novelas más, que fueran de ámbitos diferentes: el deporte y la ciencia. Pero no lo hice porque estuviera agotado de la ficción. No soy historiador ni biógrafo; simplemente me dieron ganas de escribir sobre vidas reales. Tal vez fue una manera momentánea de salir adelante. Como una infidelidad a la ficción pura.
–Un hilo conductor que conecta tanto a personajes reales como plenamente ficticios, de Zátopek a Ferrer, el protagonista de Me voy, es que son seres crónicamente solitarios.
–Sí, es cierto. Varias de mis novelas giran en torno de la soledad, la huida, la búsqueda. Es verdad que los personajes solitarios me interesan. En algún momento voy a tener que cambiar: no se pueden repetir siempre los mismos temas.
–¿Eligió conscientemente al narrador de Correr, muy cercano al personaje y a la vez muy distante también?
–En ese libro el narrador soy yo. Me dije a mí mismo que no había que dar enseguida el nombre del personaje. Al principio me parecía que tenía que contar la historia de un tipo anónimo; por eso no puse el apellido de entrada. El momento en que sí aparece su apellido coincide con la instancia en que se convierte en una gloria mundial. Quizá para los más jóvenes ese nombre no dice nada, pero cuando yo tenía 10 o 12 años, el apellido Zátopek era conocido en todo el mundo.
–¿Cómo trabajó al personaje en relación con el régimen socialista checo de los años ’50?
–La vida de Zátopek era indisociable del contexto político. Eso fue algo nuevo para mí, porque nunca antes me había visto obligado por el personaje a referirme al contexto político. Me interesó mucho trabajar la vida cotidiana bajo el régimen comunista. Tengo ciertos recuerdos de ese período; no fue hace tanto tiempo, finalmente, la caída del Muro de Berlín. Zátopek comenzó a correr cuando los nazis invadieron Checoslovaquia, luego lo hizo bajo el régimen socialista. El corrió bajo regímenes dictatoriales; era un modelo, un ejemplo, pero también un rehén. En general la vida cotidiana estaba dominada por el miedo, especialmente en Checoslovaquia; el miedo que aparece en todas las dictaduras.
–¿Cree que la manera que tenía de correr Zátopek era una forma de sentirse libre y también de exorcizar ese miedo?
–Todo el tiempo me hice esa pregunta, si era una doble manera de escapar de esa situación de ciudadano de un régimen autoritario o tal vez de evadirse de manera más imaginaria. Aparentemente era una manera de liberarse, pero no estoy seguro de que eso fuera para él así. Al comienzo, detestaba el deporte. Pero de pronto descubrió que tenía una especie de don, de genio. Y era paradójico ese don porque no hacía las cosas de la misma manera que los otros corredores. Tenía un estilo más bien feo, y sin embargo era más fuerte que todos los demás.
Echenoz tiene unos ojos azules muy intensos y curiosos. Enciende el primer cigarrillo y con un tono cálido insiste en que escribir constituye el centro de su vida. “No pensé en ningún escritor que se pudiera parecer a Zátopek en cuanto al estilo ‘impuro’ –advierte–. Me acuerdo de lo que contaba Flaubert en su correspondencia, su sufrimiento permanente, que sin dudas es una exageración; se quejaba del dolor que le causaba llegar a dar con la frase perfecta, hablaba mucho de ese dolor en su correspondencia. De la literatura francesa, Flaubert es el autor que releo todo el tiempo.”
–¿Sería su mayor influencia?
–No sé si la palabra es influencia, pero es el autor que necesito releer.
–¿Un estímulo?
–Sí, o un modelo, una especie de gran tío imaginario (risas). No digo abuelo, sería demasiado pretencioso. Flaubert sería como un tío lejano.
–Ya que lo plantea en términos de filiación, ¿quiénes serían sus padres literarios?
–Tengo muchos padres literarios imaginarios; podrían ser Nabokov, Dashiell Hammett, tal vez...
“No se vaya a pensar que Emil es un oportunista –dice el narrador de Correr–. Que cree en las virtudes del socialismo es algo indiscutible, pero no menos discutible es que, en la situación en la que se halla, resulta difícil obrar de otro modo. Sabe que está en el punto de mira y que ya, en las esferas pensantes del poder, dan en preguntarse con toda lógica si la situación de gran deportista popular no dimana del individualismo burgués, toda vez que la adoración malsana de un atleta desvirtúa gravemente el ideal estajanovista.”
–Cuando era joven, ¿simpatizaba con el socialismo? Quizás entonces no hubiera podido escribir una novela como Correr, tan ácida respecto de los regímenes socialistas de la Europa del Este...
–Sí, es curioso que me haga esta pregunta, pero es así. Yo estaba a favor de los países socialistas y del ideal comunista, incluso en una época llegué a ser algo estalinista, como lo era el Partido Comunista francés en los años ’60.
–¿Cuándo llegó el desencanto? ¿Cuáles fueron los hechos puntuales que eclipsaron esa simpatía?
–Son preguntas complicadas... sabíamos muy bien que la vida en los países socialistas no eran un paraíso. Sabíamos, pero al mismo tiempo no queríamos saber. Recuerdo que tenía 18 o 20 años y tenía amigos un poco mayores que eran muy militantes del Partido Comunista; jóvenes universitarios e intelectuales, muy inteligentes, que viajaron a la Unión Soviética y cuando volvieron me dijeron que las mujeres no envejecían bajo el socialismo real... (risas).
–Es una ironía suya, un chiste, ¿no?
–No, es en serio; eran pavadas que se decían, y sin embargo todo el mundo estaba un poco enceguecido. Había una fe verdadera en el comunismo, una esperanza legítima, pero a veces delirante. En cuanto al desencanto, pasaron muchas cosas, como la lenta toma de conciencia de que esos países eran dictaduras, algo que nosotros no queríamos creer. No queríamos saberlo, aunque paulatinamente se fue instalando como algo evidente.
–¿Militó en algún partido de la izquierda?
–Simpatizaba con grupos de extrema izquierda, pero nunca fui un militante. Eso sí: era buen pegador de afiches contra la guerra de Vietnam.
–¿Qué recuerdos tiene de esa época?
–Leía textos marxistas-leninistas, lo que hacían todos; y decía muchas tonterías, pero fue un período de mi vida muy vivo, muy estimulante, en un momento en que esa Francia burguesa era muy aburrida, pero al mismo tiempo muy próspera. En los años ’70, las cosas cambiaron. Es difícil hablar de esa época porque es una constelación de referencias históricas, políticas y también ideológicas un tanto lejanas, pero afectivas.
–¿Ya tocaba el contrabajo?
–Sí, un poco. No soy ni un músico ni un militante serio. A mí lo que me interesaba era la literatura, pero no quería estudiar letras porque no me imaginaba a profesores que me explicaran la literatura. Para mí era un asunto personal. Estudié etnografía, sociología... esas cosas que en realidad nunca me sirvieron para nada.
–¿Cómo se siente con la Francia actual, presidida por Sarkozy?
–No soy un analista político y no quiero serlo. Dije muchas tonterías en el pasado y no quisiera ahora caer en algo parecido. Evidentemente me siento muy diferente de como me sentía en el país de mi juventud. No me gusta lo que está pasando en Francia y en Italia, tampoco lo que pasa en el mundo en general. El auge de la extrema derecha en Europa no me alegra.
* Jean Echenoz dialogará con Damián Tabarovsky el próximo lunes a las 18.30 en la sala Leopoldo Lugones.
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Argentina entera despidió a Sábato.
El fallecimiento se produjo en su casa de Santos Lugares. Notable autor y ensayista, escribió "El túnel" y "Sobre héroes y tumbas", entre otras obras clave. Fue titular de la Conadep tras el regreso de la democracia. En 1984 había recibido el Premio Cervantes, el más importante de la literatura en español.
Ernesto Sabato La literatura argentina despide a uno de sus íconos populares. El escritor Ernesto Sábado murió esta madrugada a los 99 años en su casa de Santos Lugares. Autor de "El túnel", "Sobre héroes y tumbas" y "Abaddón el exterminador", entre otras obras, también fue uno de los rostros emblemáticos del regreso democrático, al encabezar la Conadep.
El fallecimiento fue confirmado por su colaboradora, Elvira González Fraga. "Hace quince días tuvo una bronquitis", contó en diálogo con Radio Mitre. "Estaba sufriendo hace tiempo, pero todavía pasaba algunos momentos buenos, principalmente cuando escuchaba música", le contó al canal de cable Todo Noticias.
Según informaron allegados, el velatorio se realizará a partir de las 17 en el club Defensores de Santos Lugares. Allí, Sabato disfrutaba por las mañanas de encendidas partidas de dominó.
Testigo y paradigma de su tiempo, la figura de Sabato adquirió una dimensión diferente luego de la dictadura militar con su labor al frente de la Conadep (Comisión Nacional de Desaparición de Personas).
Lejos de asumir un rol incontrastable, el autor de la trilogía de novelas "El Túnel" (1948), "Sobre héroes y tumbas" (1961) y "Abbadón el exterminador" (1974) fue un escritor y un ser humano polémico, cruzado por sus propias contradicciones, presentes en algunos de sus personajes literarios.
"Nunca me he considerado un escritor profesional, de los que publican una novela al año. Por el contrario, a menudo, en la tarde quemaba lo que había escrito a la mañana", declaró una y otra vez para referirse a esa obra que marcó las generaciones del 60 y 70 y se desdibujó cuando sus ojos comenzaron a fallar, para ser reemplazada por la pintura.
Sus escritos finales, que incluyen memorias y crónicas de la vejez, constituyen su postrera despedida con la escritura, más allá de algún destello vital como la conmovedora confesión de amor a su colaboradora Elvira Fernández Fraga, hoy al frente de la fundación que lleva su nombre.
Su figura recobró fuerza como portavoz de valores añorados por una sociedad atravesada primero por la dictadura militar y luego por el neoliberalismo de los 90. Su mensaje se concentró en los jóvenes: "Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía -dijo- serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido".
Sabato había nacido el 24 de junio de 1911 en la ciudad bonaerense de Rojas. Iba a ser homenajeado mañana en la Feria del Libro por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, ya que este año iba a cumplir 100 años.
Durante su larga trayectoria, por solicitud del entonces presidente Raúl Alfonsín presidió entre 1983 y 1984 la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación, plasmada en el libro Nunca Más, abrió las puertas para el juicio a las juntas militares.
Sabato en 1984 recibió el premio Miguel de Cervantes, máximo galardón literario concedido a los escritores de habla hispana, por lo cual fue el segundo escritor argentino en recibir este premio, luego de Jorge Luis Borges en 1979.
En 1975, Sabato obtuvo el premio de Consagración Nacional de la Argentina y un año más tarde se le concedió el premio a la Mejor Novela Extranjera en Francia, por Abaddón el exterminador.
Luego, en 1977 Italia le otorgó el premio Medici y al año siguiente le otorgaron la Gran Cruz al mérito civil en España, y en 1979 fue distinguido en Francia como Comandante de la Legión de Honor.
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Ernesto Sabato La literatura argentina despide a uno de sus íconos populares. El escritor Ernesto Sábado murió esta madrugada a los 99 años en su casa de Santos Lugares. Autor de "El túnel", "Sobre héroes y tumbas" y "Abaddón el exterminador", entre otras obras, también fue uno de los rostros emblemáticos del regreso democrático, al encabezar la Conadep.
El fallecimiento fue confirmado por su colaboradora, Elvira González Fraga. "Hace quince días tuvo una bronquitis", contó en diálogo con Radio Mitre. "Estaba sufriendo hace tiempo, pero todavía pasaba algunos momentos buenos, principalmente cuando escuchaba música", le contó al canal de cable Todo Noticias.
Según informaron allegados, el velatorio se realizará a partir de las 17 en el club Defensores de Santos Lugares. Allí, Sabato disfrutaba por las mañanas de encendidas partidas de dominó.
Testigo y paradigma de su tiempo, la figura de Sabato adquirió una dimensión diferente luego de la dictadura militar con su labor al frente de la Conadep (Comisión Nacional de Desaparición de Personas).
Lejos de asumir un rol incontrastable, el autor de la trilogía de novelas "El Túnel" (1948), "Sobre héroes y tumbas" (1961) y "Abbadón el exterminador" (1974) fue un escritor y un ser humano polémico, cruzado por sus propias contradicciones, presentes en algunos de sus personajes literarios.
"Nunca me he considerado un escritor profesional, de los que publican una novela al año. Por el contrario, a menudo, en la tarde quemaba lo que había escrito a la mañana", declaró una y otra vez para referirse a esa obra que marcó las generaciones del 60 y 70 y se desdibujó cuando sus ojos comenzaron a fallar, para ser reemplazada por la pintura.
Sus escritos finales, que incluyen memorias y crónicas de la vejez, constituyen su postrera despedida con la escritura, más allá de algún destello vital como la conmovedora confesión de amor a su colaboradora Elvira Fernández Fraga, hoy al frente de la fundación que lleva su nombre.
Su figura recobró fuerza como portavoz de valores añorados por una sociedad atravesada primero por la dictadura militar y luego por el neoliberalismo de los 90. Su mensaje se concentró en los jóvenes: "Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía -dijo- serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido".
Sabato había nacido el 24 de junio de 1911 en la ciudad bonaerense de Rojas. Iba a ser homenajeado mañana en la Feria del Libro por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, ya que este año iba a cumplir 100 años.
Durante su larga trayectoria, por solicitud del entonces presidente Raúl Alfonsín presidió entre 1983 y 1984 la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación, plasmada en el libro Nunca Más, abrió las puertas para el juicio a las juntas militares.
Sabato en 1984 recibió el premio Miguel de Cervantes, máximo galardón literario concedido a los escritores de habla hispana, por lo cual fue el segundo escritor argentino en recibir este premio, luego de Jorge Luis Borges en 1979.
En 1975, Sabato obtuvo el premio de Consagración Nacional de la Argentina y un año más tarde se le concedió el premio a la Mejor Novela Extranjera en Francia, por Abaddón el exterminador.
Luego, en 1977 Italia le otorgó el premio Medici y al año siguiente le otorgaron la Gran Cruz al mérito civil en España, y en 1979 fue distinguido en Francia como Comandante de la Legión de Honor.
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Jóvenes varones con anorexia y bulimia.
El 10% de los adolescentes varones, con bulimia o anorexia
Son datos de ALUBA sobre 100 mil chicos de escuelas secundarias. Según expertos, esos trastornos dejaron de afectar sólo a las mujeres. Es porque ellos ahora también están muy pendientes de su físico. En los últimos 10 años se triplicaron los casos
anorexia, bulimia, adolescentes Hace ya un tiempo que la estética dejó de ser una cuestión netamente femenina para convertirse en un tema de todos. Los hombres comenzaron a preocuparse por el brillo del pelo, la tersura de la piel, los abdominales de la panza, la prolijidad de las uñas.
En fin, por el físico. Pero con ese nuevo “cuidado” al físico apareció también su contracara: la obsesión, lo patológico. Y el resultado es que aumentaron significativamente los casos de bulimia y anorexia entre los más jóvenes . Según la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA), sólo en la última década subieron un 350% las patologías alimentarias entre los adolescentes varones.
El número surge de un relevamiento que hizo esta asociación durante los últimos tres años en colegios de nivel secundario tanto públicos como privados de todo el país, y en el que participaron algo más de 100 mil chicos. Esta asociación había hecho el mismo trabajo en el 2000, y en ese entonces se registró un nivel de patologías del 2 % en el total de adolescentes varones encuestados, en tanto en este último informe el índice llega casi al 10 % . Además, en el 2000 se había detectado un 12 % con desordenes alimentarios, en tanto que en el estudio más reciente alcanza el 21 %.
¿Cómo se explica este enorme crecimiento de casos en varones? “Porque ellos también están más estéticos. Se depilan, usan cremas. Y esto se junta con los problemas propios de la adolescencia, como el miedo a crecer, a fracasar. Así, piensan que si son lindos y tienen cuerpos perfectos, va a ser más fácil tener éxito ”, explica Mabel Bello, Fundadora de ALUBA.
La nutricionista Ana Jufe, asesora del Hospital de Clínicas, coincide en que la presión social por el físico y la estética también llegó a los varones. “Ahora, además, hay menos vergüenza para contar ciertas cosas, y por eso hay más hombres que consultan. Encima el adolescente es un niño que está saliendo del lugar de chiquito querido por sus padres para identificarse con sus pares, y cree que si es bonito y perfecto va a ser mejor aceptado”. Entonces, hasta ahora, el crecimiento se explica por la combinación adolescencia/presión social por el físico; sin embargo, no todos los chicos sufren patologías alimentarias. “ Hay factores predisponentes. La familia es fundamental, si es rígida, ausente.
Y hay desencadenantes. A veces es la adolescencia en sí misma, o una situación estresante como una mudanza, la separación de los padres, la identificación o definición sexual”, explica Jufe.
Edith Szlazer, psiquiatra de Bace, un centro de tratamiento integral de bulimia y anorexia, dice que si en los 90 la relación de trastornos en la alimentación en chicas y varones era de 95% y 5%, hoy es del 85% y 15%. “Ponen en el cuerpo situaciones de angustia. El varón siempre fue más de canalizar todo por la violencia, el alcohol, el gimnasio, pero ahora también lo está haciendo con la comida. Tiene que ver con que vivimos en una sociedad muy exigente, y a veces se pierde el control interno . Pero también influye la falta de autoestima, si hay una madre demasiado presente, un padre ausente. El aumento de estas patologías en varones también se explica por la imagen del padre, y ahora hay muchas más separaciones, padres menos presentes, padres que no están nunca en la cena familiar ”.
La especialista describe algunas señales de alerta. La más evidente: la pérdida de peso (si bajó el 15% del peso corporal en tres meses), si se aísla, si cambia de estado de ánimo, si tiene bajo rendimiento escolar, si después de comer va al baño. “Los padres o familiares deben estar atentos a: si dejan de realizar las comidas, o dicen que ya comieron en otro lado o que van a comer en otro lado, si cuando los ven comer desmenuzan la comida en el plato y la separan y desparraman por el plato, si están más selectivos especialmente suprimiendo los dulces, las pastas, el pan y los hidratos de carbono y grasas en general.
En el caso de la bulimia, si faltan grandes cantidades de comida, a veces dejan restos de los vómitos en el baño, o si se van a bañar inmediatamente y siempre después de comer”, dice Jufe. Y agrega: “ Si estas patologías se dan antes de los 15 años, puede haber retraso en el crecimiento y el desarrollo . Lo fundamental es tratarlos antes de los 19 años, que es cuando comienzan a cerrarse los cartílagos”.
Son datos de ALUBA sobre 100 mil chicos de escuelas secundarias. Según expertos, esos trastornos dejaron de afectar sólo a las mujeres. Es porque ellos ahora también están muy pendientes de su físico. En los últimos 10 años se triplicaron los casos
anorexia, bulimia, adolescentes Hace ya un tiempo que la estética dejó de ser una cuestión netamente femenina para convertirse en un tema de todos. Los hombres comenzaron a preocuparse por el brillo del pelo, la tersura de la piel, los abdominales de la panza, la prolijidad de las uñas.
En fin, por el físico. Pero con ese nuevo “cuidado” al físico apareció también su contracara: la obsesión, lo patológico. Y el resultado es que aumentaron significativamente los casos de bulimia y anorexia entre los más jóvenes . Según la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA), sólo en la última década subieron un 350% las patologías alimentarias entre los adolescentes varones.
El número surge de un relevamiento que hizo esta asociación durante los últimos tres años en colegios de nivel secundario tanto públicos como privados de todo el país, y en el que participaron algo más de 100 mil chicos. Esta asociación había hecho el mismo trabajo en el 2000, y en ese entonces se registró un nivel de patologías del 2 % en el total de adolescentes varones encuestados, en tanto en este último informe el índice llega casi al 10 % . Además, en el 2000 se había detectado un 12 % con desordenes alimentarios, en tanto que en el estudio más reciente alcanza el 21 %.
¿Cómo se explica este enorme crecimiento de casos en varones? “Porque ellos también están más estéticos. Se depilan, usan cremas. Y esto se junta con los problemas propios de la adolescencia, como el miedo a crecer, a fracasar. Así, piensan que si son lindos y tienen cuerpos perfectos, va a ser más fácil tener éxito ”, explica Mabel Bello, Fundadora de ALUBA.
La nutricionista Ana Jufe, asesora del Hospital de Clínicas, coincide en que la presión social por el físico y la estética también llegó a los varones. “Ahora, además, hay menos vergüenza para contar ciertas cosas, y por eso hay más hombres que consultan. Encima el adolescente es un niño que está saliendo del lugar de chiquito querido por sus padres para identificarse con sus pares, y cree que si es bonito y perfecto va a ser mejor aceptado”. Entonces, hasta ahora, el crecimiento se explica por la combinación adolescencia/presión social por el físico; sin embargo, no todos los chicos sufren patologías alimentarias. “ Hay factores predisponentes. La familia es fundamental, si es rígida, ausente.
Y hay desencadenantes. A veces es la adolescencia en sí misma, o una situación estresante como una mudanza, la separación de los padres, la identificación o definición sexual”, explica Jufe.
Edith Szlazer, psiquiatra de Bace, un centro de tratamiento integral de bulimia y anorexia, dice que si en los 90 la relación de trastornos en la alimentación en chicas y varones era de 95% y 5%, hoy es del 85% y 15%. “Ponen en el cuerpo situaciones de angustia. El varón siempre fue más de canalizar todo por la violencia, el alcohol, el gimnasio, pero ahora también lo está haciendo con la comida. Tiene que ver con que vivimos en una sociedad muy exigente, y a veces se pierde el control interno . Pero también influye la falta de autoestima, si hay una madre demasiado presente, un padre ausente. El aumento de estas patologías en varones también se explica por la imagen del padre, y ahora hay muchas más separaciones, padres menos presentes, padres que no están nunca en la cena familiar ”.
La especialista describe algunas señales de alerta. La más evidente: la pérdida de peso (si bajó el 15% del peso corporal en tres meses), si se aísla, si cambia de estado de ánimo, si tiene bajo rendimiento escolar, si después de comer va al baño. “Los padres o familiares deben estar atentos a: si dejan de realizar las comidas, o dicen que ya comieron en otro lado o que van a comer en otro lado, si cuando los ven comer desmenuzan la comida en el plato y la separan y desparraman por el plato, si están más selectivos especialmente suprimiendo los dulces, las pastas, el pan y los hidratos de carbono y grasas en general.
En el caso de la bulimia, si faltan grandes cantidades de comida, a veces dejan restos de los vómitos en el baño, o si se van a bañar inmediatamente y siempre después de comer”, dice Jufe. Y agrega: “ Si estas patologías se dan antes de los 15 años, puede haber retraso en el crecimiento y el desarrollo . Lo fundamental es tratarlos antes de los 19 años, que es cuando comienzan a cerrarse los cartílagos”.
Sábato, un icono de la democracia argentina.
Una figura que sobrepasó la literatura para convertirse en ícono del regreso democrático
Autores, políticos y personalidades resaltaron la obra de Sabato. Pero también destacaron su rol al frente de la Conadep. "Fue una personalidad emblemática", dijo Ricardo Gil Lavedra, integrante del Tribunal que juzgó a las juntas militares.
Escritores, figuras de la política y distintas personalidades resaltaron la figura de Ernesto Sabato, tanto en el ámbito literario como en su participación al frente de la Conadep tras el regreso de la democracia.
"Cuando se acabó la dictadura nadie creía que definitivamente a las Fuerzas Armadas se le iba a ir la ambición de dejar el poder político", expresó Graciela Fernández Meijide, en declaraciones al canal de cable Todo Noticias.
"Se enojaba fácilmente con las cosas que sentía que eran injustas", contó Meijide, quien destacó la labor del escritor en el prólogo del libro Nunca Más, donde repudió el accionar terrorista del Estado y compiló la situación de miles de personas desaparecidas durante la dictadura.
Ricardo Gil Lavedra, camarista del juicio a las Juntas, también destacó al escritor. "Tengo un dolor muy profundo, lo conocí luego de su tarea en la Conadep. Es una figura emblemática, con una fuerte figura paradigmática. Era un hombre profundamente vinculado a valores y principios", expresó.
Por su parte, León Arslanian aseguró que “fue muy importante el aporte que hizo la Conadep y su influencia. Tiempo después, tuvimos la oportunidad de dialogar, su visión siempre fue trágica, reproducía el horror que de algún modo a él le tocaba comentar. Aportó un cúmulo de pruebas interesantes”.
Julia Constenla, biógrafa de Sabato, dijo que “hay que hacer lo que uno sabe, ese es el ejemplo que él no deja.” Y agregó: “Conocí a Sabato cuando tenía 20 años. Lo llamé para decirle que lo admiraba y me propuso encontrarnos. Crecí, como buenas parte de mi generación, a la sombra de las novelas de Sábato” “Sus novelas se editan en todo el mundo. Le daba importancia a las cosas serias. Nos va a faltar Ernesto Sabato”, concluyó.
Autores, políticos y personalidades resaltaron la obra de Sabato. Pero también destacaron su rol al frente de la Conadep. "Fue una personalidad emblemática", dijo Ricardo Gil Lavedra, integrante del Tribunal que juzgó a las juntas militares.
Escritores, figuras de la política y distintas personalidades resaltaron la figura de Ernesto Sabato, tanto en el ámbito literario como en su participación al frente de la Conadep tras el regreso de la democracia.
"Cuando se acabó la dictadura nadie creía que definitivamente a las Fuerzas Armadas se le iba a ir la ambición de dejar el poder político", expresó Graciela Fernández Meijide, en declaraciones al canal de cable Todo Noticias.
"Se enojaba fácilmente con las cosas que sentía que eran injustas", contó Meijide, quien destacó la labor del escritor en el prólogo del libro Nunca Más, donde repudió el accionar terrorista del Estado y compiló la situación de miles de personas desaparecidas durante la dictadura.
Ricardo Gil Lavedra, camarista del juicio a las Juntas, también destacó al escritor. "Tengo un dolor muy profundo, lo conocí luego de su tarea en la Conadep. Es una figura emblemática, con una fuerte figura paradigmática. Era un hombre profundamente vinculado a valores y principios", expresó.
Por su parte, León Arslanian aseguró que “fue muy importante el aporte que hizo la Conadep y su influencia. Tiempo después, tuvimos la oportunidad de dialogar, su visión siempre fue trágica, reproducía el horror que de algún modo a él le tocaba comentar. Aportó un cúmulo de pruebas interesantes”.
Julia Constenla, biógrafa de Sabato, dijo que “hay que hacer lo que uno sabe, ese es el ejemplo que él no deja.” Y agregó: “Conocí a Sabato cuando tenía 20 años. Lo llamé para decirle que lo admiraba y me propuso encontrarnos. Crecí, como buenas parte de mi generación, a la sombra de las novelas de Sábato” “Sus novelas se editan en todo el mundo. Le daba importancia a las cosas serias. Nos va a faltar Ernesto Sabato”, concluyó.
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Era enojón con causa.
El origen secreto de Nueva York.
El origen secreto de Nueva York
ABEL GRAU
La épica fundación de la ciudad de los rascacielos resurge en una ambiciosa crónica del periodista e historiador Russell Shorto. Los archivos olvidados de la colonia holandesa del siglo XVII muestran cómo aquella comunidad tolerante y mercantil plantó la semilla del carácter neoyorquino
En los libros de historia de Nueva York existe un vacío. Son los primeros cuarenta años de la ciudad. Los que van del asentamiento holandés original, en 1625, a la conquista por los ingleses, en 1664. Entonces se llamaba Nueva Ámsterdam y ocupaba la punta sur de Manhattan, donde se alzan hoy los rascacielos de Wall Street. Su recuerdo no suele ocupar más que un par de líneas en los manuales, aunque aquella comunidad forjó el carácter de la ciudad. Compuesta por "empresarios, exploradores, piratas, prostitutas y pícaros" de toda Europa, fundó la esencia comercial y multiétnica de la urbe. Toda una anomalía en el origen de Estados Unidos, tal y como resurge en el ensayo Manhattan, la historia secreta de Nueva York (Duomo), del historiador Russell Shorto, que rescata un pasado casi ignorado durante tres siglos. Es la crónica de la épica fundación de Nueva York.
El líder local Adriaen van der Donck intuía que la colonia, codiciada por Inglaterra y Holanda, superaría a la metrópoli
"La diferencia entre la colonia holandesa y la británica explica las dos Américas, la urbana y la rural", señala el autor
Del tiempo anterior a la dominación inglesa se desconocía hasta ahora casi todo. Hace una década, Shorto (Pensilvania, 1959) se puso a seguir la pista. "En el East Village, ante la tumba de Peter Stuyvesant, me di cuenta de que no sabía casi nada de aquel pasado", recuerda Shorto, por teléfono, desde Ámsterdam, donde dirige el Instituto John Adams, que difunde la cultura de EE UU en los Países Bajos. Ni lo sabía él ni los historiadores con los que consultó. Quedaban algunos topónimos (Brooklyn, Harlem, Yonkers, Staten...) y la novela Historia de Nueva York (1809), de Washington Irving, que satirizaba aquel pasado. Pero poco más había. "No se debe a ningún silenciamiento. La historia la escriben los vencedores, y los ingleses solo se fijaron en la suya". Así, la colonia seguía siendo una incógnita.
Hasta que dio con el erudito Charles Gehring, de la Biblioteca del Estado de Nueva York. Él le descubrió un tesoro de archivos inéditos de la colonia: unas 12.000 páginas de cartas, sentencias, escrituras, diarios... Como director del New Netherland Project, Gehring lleva 30 años traduciéndolos. Con esa materia prima, Shorto da cuerpo narrativo a la epopeya del nacimiento de Nueva York, en una ambiciosa crónica fiel a los hechos y escrita con el nervio y el ingenio de un guionista de la HBO. Atenta tanto a los grandes movimientos históricos y culturales como a las hazañas individuales de los primeros manhatanitas. Publicada en 2004, llega ahora a España.
La colonia de Nuevos Países Bajos, capital Nueva Ámsterdam, vivió medio siglo escaso, pero muy convulso. Asentada en el confín del mundo como avanzada comercial de la poderosa Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, sus colonos se rebelaron contra el tiránico gobierno de la empresa, señala Shorto. Fue la batalla judicial de un puñado de empleados por convertirse en ciudadanos de pleno derecho. De entre los archivos, Shorto rescata la inédita historia de su líder, Adriaen van der Donck, un joven abogado que quería un gobierno representativo para la colonia. Estaba convencido de que un día aquel enclave superaría a la metrópoli, Holanda, la potencia mercantil mundial. Así que cruzó el Atlántico y presentó la demanda ante el Gobierno holandés. Llegó a tocar su sueño americano, pero el estallido de la guerra anglo-holandesa (1652) lo truncó. La estratégica colonia, que a través del río Hudson daba entrada al continente, se convirtió en la presa de dos imperios mundiales.
Shorto da voz al descontento de los colonos ante la draconiana compañía, que los implicó en una desastrosa guerra contra los indígenas. En 1647, la empresa impuso un director general más firme: el adusto militar Peter Stuyvesant. Ante él se alzó Van der Donck, que administraba el latifundio de un comerciante, y se convirtió en su némesis. De película. "Sí", admite Shorto, "de hecho, una productora de cine se ha interesado por el libro". ¿Preferencias? "Russell Crowe sería un buen Stuyvesant, y mi sobrina dice que para Van der Donck ve a Ryan Gosling". Aquel letrado encabezó un consejo local y recopiló las quejas de los colonos. Con ellas "construyó el que acaso es el documento más famoso de la colonia, la Reconvención de los Nuevos Países Bajos, una queja formal de 83 páginas" que presentó ante el Gobierno de La Haya en 1650 y que, "con el tiempo, consolidaría la estructura de la colonia de Manhattan en el derecho holandés y conferiría a la ciudad de Nueva York una forma y un carácter únicos".
La singularidad de Nuevos Países Bajos procedía de la metrópoli. "La colonia era una sociedad multiétnica y comercial porque la República Holandesa lo era y lo incentivaba". Era un Estado de burgueses comerciantes recién liberado del yugo del imperio español, que resplandecía con su Siglo de Oro: potencia hegemónica del comercio mundial y excepción liberal en una Europa de monarquías y fundamentalismos. Allí bullían las revolucionarias ideas de Descartes, Spinoza y Grocio, padre del derecho internacional. Atrajo a inmigrantes de todo el continente. "Era el crisol de culturas de Europa".
Ese espíritu fluyó a Nuevos Países Bajos y de allí hacia el futuro Estados Unidos. "Es lo que hace a Nueva York tan diferente del resto de colonias inglesas, cuya historia es una sola y se remonta al mito de los peregrinos puritanos, con su religión única. La de Nueva York es más compleja; reúne muchas historias de varias procedencias". El descubrimiento de los archivos de la colonia supone un cambio en la forma de enseñar la historia de Estados Unidos, subraya Shorto. "Cuesta renovar algo que está tan arraigado, pero se va modificando poco a poco". Un cambio que, junto a la herencia inglesa, añade la holandesa y revela así la heterogeneidad original del país.
Los registros, además, recuperan muchas pequeñas historias. Como la de Harmen van de Bogaert, cirujano homosexual y pionero explorador del territorio de los mohawk de Albany. Acusado de sodomía, huyó junto a su compañero esclavo y falleció ahogado mientras intentaba cruzar un río helado. Son relatos rescatados del olvido con los que Shorto muestra que Nueva Ámsterdam era una ciudad que oscilaba entre la tiranía y la anarquía. Permitía, por ejemplo, que algunos esclavos negros se establecieran por libre como herreros, granjeros o barberos. "Las colonias inglesas y holandesas representaban los extremos conservadores y liberales del XVII". A ellas -añade- se remontan las dos Américas de hoy, la urbana y la rural, la republicana, unitaria, y la demócrata, formada por muchos grupos. "Es una generalización útil para entender el país".
La batalla de Van der Donck por conseguir un autogobierno era un trabajo hercúleo porque desafiaba a la Compañía, un organismo imbricado en la República. Shorto contextualiza magistralmente aquel momento clave. En una Europa estable tras la paz de Westfalia, La Haya aprobó el proyecto. Convertiría la colonia en ciudad, como centro de un gran territorio de ultramar. Pero justo en 1652, Inglaterra lanzó una guerra comercial contra Holanda. La Haya rechazó probaturas y revocó el plan. Derrotado, el letrado regresó a América y, al parecer, murió en 1655, durante un ataque indio. "Pero, en un giro irónico, serían los ingleses quienes llevarían a cabo su sueño", añade.
Aquel obstinado picapleitos lo había logrado. En 1653, Nueva Ámsterdam consiguió el estatuto de ciudad. Luego los pragmáticos ingleses respetaron cierto autogobierno, el comercio libre y la libertad de culto. "Unos privilegios sin precedentes". Funcionaba, ¿por qué cambiarlo? Y la ciudad despegó. "Estos cimientos sobre los que se construyó Nueva York", concluye Shorto, "teñirían y modelarían el continente y el carácter estadounidenses". Algo de ello vislumbró el propio Van der Donck. En su apasionante y exitosa Descripción de la colonia, escrita para atraer inmigrantes, interpelaba al lector: "Un territorio como Nuevos Países Bajos, ¿no debería, con las iniciativas y la dirección apropiadas, acabar prosperando? Juzgue usted mismo". -
ABEL GRAU
La épica fundación de la ciudad de los rascacielos resurge en una ambiciosa crónica del periodista e historiador Russell Shorto. Los archivos olvidados de la colonia holandesa del siglo XVII muestran cómo aquella comunidad tolerante y mercantil plantó la semilla del carácter neoyorquino
En los libros de historia de Nueva York existe un vacío. Son los primeros cuarenta años de la ciudad. Los que van del asentamiento holandés original, en 1625, a la conquista por los ingleses, en 1664. Entonces se llamaba Nueva Ámsterdam y ocupaba la punta sur de Manhattan, donde se alzan hoy los rascacielos de Wall Street. Su recuerdo no suele ocupar más que un par de líneas en los manuales, aunque aquella comunidad forjó el carácter de la ciudad. Compuesta por "empresarios, exploradores, piratas, prostitutas y pícaros" de toda Europa, fundó la esencia comercial y multiétnica de la urbe. Toda una anomalía en el origen de Estados Unidos, tal y como resurge en el ensayo Manhattan, la historia secreta de Nueva York (Duomo), del historiador Russell Shorto, que rescata un pasado casi ignorado durante tres siglos. Es la crónica de la épica fundación de Nueva York.
El líder local Adriaen van der Donck intuía que la colonia, codiciada por Inglaterra y Holanda, superaría a la metrópoli
"La diferencia entre la colonia holandesa y la británica explica las dos Américas, la urbana y la rural", señala el autor
Del tiempo anterior a la dominación inglesa se desconocía hasta ahora casi todo. Hace una década, Shorto (Pensilvania, 1959) se puso a seguir la pista. "En el East Village, ante la tumba de Peter Stuyvesant, me di cuenta de que no sabía casi nada de aquel pasado", recuerda Shorto, por teléfono, desde Ámsterdam, donde dirige el Instituto John Adams, que difunde la cultura de EE UU en los Países Bajos. Ni lo sabía él ni los historiadores con los que consultó. Quedaban algunos topónimos (Brooklyn, Harlem, Yonkers, Staten...) y la novela Historia de Nueva York (1809), de Washington Irving, que satirizaba aquel pasado. Pero poco más había. "No se debe a ningún silenciamiento. La historia la escriben los vencedores, y los ingleses solo se fijaron en la suya". Así, la colonia seguía siendo una incógnita.
Hasta que dio con el erudito Charles Gehring, de la Biblioteca del Estado de Nueva York. Él le descubrió un tesoro de archivos inéditos de la colonia: unas 12.000 páginas de cartas, sentencias, escrituras, diarios... Como director del New Netherland Project, Gehring lleva 30 años traduciéndolos. Con esa materia prima, Shorto da cuerpo narrativo a la epopeya del nacimiento de Nueva York, en una ambiciosa crónica fiel a los hechos y escrita con el nervio y el ingenio de un guionista de la HBO. Atenta tanto a los grandes movimientos históricos y culturales como a las hazañas individuales de los primeros manhatanitas. Publicada en 2004, llega ahora a España.
La colonia de Nuevos Países Bajos, capital Nueva Ámsterdam, vivió medio siglo escaso, pero muy convulso. Asentada en el confín del mundo como avanzada comercial de la poderosa Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, sus colonos se rebelaron contra el tiránico gobierno de la empresa, señala Shorto. Fue la batalla judicial de un puñado de empleados por convertirse en ciudadanos de pleno derecho. De entre los archivos, Shorto rescata la inédita historia de su líder, Adriaen van der Donck, un joven abogado que quería un gobierno representativo para la colonia. Estaba convencido de que un día aquel enclave superaría a la metrópoli, Holanda, la potencia mercantil mundial. Así que cruzó el Atlántico y presentó la demanda ante el Gobierno holandés. Llegó a tocar su sueño americano, pero el estallido de la guerra anglo-holandesa (1652) lo truncó. La estratégica colonia, que a través del río Hudson daba entrada al continente, se convirtió en la presa de dos imperios mundiales.
Shorto da voz al descontento de los colonos ante la draconiana compañía, que los implicó en una desastrosa guerra contra los indígenas. En 1647, la empresa impuso un director general más firme: el adusto militar Peter Stuyvesant. Ante él se alzó Van der Donck, que administraba el latifundio de un comerciante, y se convirtió en su némesis. De película. "Sí", admite Shorto, "de hecho, una productora de cine se ha interesado por el libro". ¿Preferencias? "Russell Crowe sería un buen Stuyvesant, y mi sobrina dice que para Van der Donck ve a Ryan Gosling". Aquel letrado encabezó un consejo local y recopiló las quejas de los colonos. Con ellas "construyó el que acaso es el documento más famoso de la colonia, la Reconvención de los Nuevos Países Bajos, una queja formal de 83 páginas" que presentó ante el Gobierno de La Haya en 1650 y que, "con el tiempo, consolidaría la estructura de la colonia de Manhattan en el derecho holandés y conferiría a la ciudad de Nueva York una forma y un carácter únicos".
La singularidad de Nuevos Países Bajos procedía de la metrópoli. "La colonia era una sociedad multiétnica y comercial porque la República Holandesa lo era y lo incentivaba". Era un Estado de burgueses comerciantes recién liberado del yugo del imperio español, que resplandecía con su Siglo de Oro: potencia hegemónica del comercio mundial y excepción liberal en una Europa de monarquías y fundamentalismos. Allí bullían las revolucionarias ideas de Descartes, Spinoza y Grocio, padre del derecho internacional. Atrajo a inmigrantes de todo el continente. "Era el crisol de culturas de Europa".
Ese espíritu fluyó a Nuevos Países Bajos y de allí hacia el futuro Estados Unidos. "Es lo que hace a Nueva York tan diferente del resto de colonias inglesas, cuya historia es una sola y se remonta al mito de los peregrinos puritanos, con su religión única. La de Nueva York es más compleja; reúne muchas historias de varias procedencias". El descubrimiento de los archivos de la colonia supone un cambio en la forma de enseñar la historia de Estados Unidos, subraya Shorto. "Cuesta renovar algo que está tan arraigado, pero se va modificando poco a poco". Un cambio que, junto a la herencia inglesa, añade la holandesa y revela así la heterogeneidad original del país.
Los registros, además, recuperan muchas pequeñas historias. Como la de Harmen van de Bogaert, cirujano homosexual y pionero explorador del territorio de los mohawk de Albany. Acusado de sodomía, huyó junto a su compañero esclavo y falleció ahogado mientras intentaba cruzar un río helado. Son relatos rescatados del olvido con los que Shorto muestra que Nueva Ámsterdam era una ciudad que oscilaba entre la tiranía y la anarquía. Permitía, por ejemplo, que algunos esclavos negros se establecieran por libre como herreros, granjeros o barberos. "Las colonias inglesas y holandesas representaban los extremos conservadores y liberales del XVII". A ellas -añade- se remontan las dos Américas de hoy, la urbana y la rural, la republicana, unitaria, y la demócrata, formada por muchos grupos. "Es una generalización útil para entender el país".
La batalla de Van der Donck por conseguir un autogobierno era un trabajo hercúleo porque desafiaba a la Compañía, un organismo imbricado en la República. Shorto contextualiza magistralmente aquel momento clave. En una Europa estable tras la paz de Westfalia, La Haya aprobó el proyecto. Convertiría la colonia en ciudad, como centro de un gran territorio de ultramar. Pero justo en 1652, Inglaterra lanzó una guerra comercial contra Holanda. La Haya rechazó probaturas y revocó el plan. Derrotado, el letrado regresó a América y, al parecer, murió en 1655, durante un ataque indio. "Pero, en un giro irónico, serían los ingleses quienes llevarían a cabo su sueño", añade.
Aquel obstinado picapleitos lo había logrado. En 1653, Nueva Ámsterdam consiguió el estatuto de ciudad. Luego los pragmáticos ingleses respetaron cierto autogobierno, el comercio libre y la libertad de culto. "Unos privilegios sin precedentes". Funcionaba, ¿por qué cambiarlo? Y la ciudad despegó. "Estos cimientos sobre los que se construyó Nueva York", concluye Shorto, "teñirían y modelarían el continente y el carácter estadounidenses". Algo de ello vislumbró el propio Van der Donck. En su apasionante y exitosa Descripción de la colonia, escrita para atraer inmigrantes, interpelaba al lector: "Un territorio como Nuevos Países Bajos, ¿no debería, con las iniciativas y la dirección apropiadas, acabar prosperando? Juzgue usted mismo". -
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Holanda y sus derechos
Primero de Mayo: ¿Qué exigir?
Qué priorizar el Primero de Mayo?
Por: Javier Ayuso
Como todos los años, los sindicatos mayoritarios de España, CCOO y UGT, han convocado las manifestaciones “reglamentarias” para celebrar el Primero de Mayo. Los líderes de ambos sindicatos, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, han elegido Valencia para marchar juntos y hay convocadas manifestaciones en todas las grandes ciudades españolas. Lo mismo sucederá en la mayoría de las capitales europeas.
Surgen varias preguntas en estos momentos: ¿Qué reivindicaciones deberían ser prioritarias en los tiempos de corren? ¿Cuál debe de ser el papel de los sindicatos en el siglo XXI? Y la respuesta que han dado UGT y CCOO se resume en el lema que presidirá los actos del Día de los Trabajadores: “Empleo con derechos contra los recortes sociales”.
En el manifiesto de convocatoria del Primero de Mayo, los sindicatos afirman que “celebramos el Día Internacional del Trabajo inmersos en un contexto de continuas tensiones financieras, económicas y políticas que provocan en los países más vulnerables mayores destrucciones de empleo, disminución de las rentas salariales, deterioro de las condiciones de trabajo y recortes significativos en las prestaciones sociales y los servicios públicos, a los que hay que hacer frente con la movilización social, reclamando para salir de la crisis otras políticas de mayor equidad y equilibrio en el reparto de los ajustes”.
Así, sobre el papel, las reivindicaciones sindicales pueden parecer razonables. Tiene sentido que los representantes de los trabajadores se opongan a los recortes sociales derivados de las políticas de ajuste y defiendan el mantenimiento del estado del bienestar conseguido tras largos años de lucha. No hay que olvidar que la fiesta del Primero de Mayo es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas ejecutados en Estados Unidos en 1888, por su participación en las huelgas iniciadas el 1 de mayo de 1886, para consolidar la jornada de ocho horas en ese país.
El problema es que, en la situación actual, los sindicatos (y también las organizaciones empresariales, de las que hablaremos otro día) quizá deberían replantearse sus políticas y adecuarlas a los nuevos tiempos. Muchas veces, el peso de la historia nos impide asumir la evolución de la sociedad en donde vivimos y se puede acabar perdiendo la perspectiva real de las cosas.
El ejemplo más claro es la pérdida de poder real de los sindicatos, medido en términos de afiliación sindical. En España, tan solo el 15% de los trabajadores están afiliados a un sindicato, dos puntos porcentuales menos de los que lo estaban en el año 2000. Y en el conjunto de la Unión Europea, la tasa de afiliación sindical ha caído del 27,8% en 2000, al 23,4% actual. Tan solo Francia, Estonia y Letonia están por debajo de nuestro país.
Otro dato a tener en cuenta lo pudimos leer el pasado 19 de abril en este periódico, dentro de la opinión pública de los españoles respecto a las principales instituciones o grupos sociales. Los sindicatos ocupaban el tercer lugar empezando por la cola de entre los grupos menos valorados, con una nota de 3,6 sobre 10, tan solo superado en negativo por las multinacionales y los partidos políticos.
Y todo ello sin olvidar la enorme brecha abierta en toda Europa entre los sindicatos y los partidos políticos de orientación socialista o socialdemócrata en los últimos años. La crisis iniciada en 2008 ha llevado a la Unión Europea, a los gobiernos de sus países miembros y a la mayoría de sus partidos políticos, a asumir políticas económicas basadas en duros ajustes fiscales para mejorar la competitividad y que llevan consigo recortes de prestaciones sociales y servicios públicos.
El caso de España es, probablemente, uno de los más claros de distanciamiento entre el Gobierno socialista y los sindicatos, a pesar de los intentos realizados por uno y otro lado para evitarlo. Después de una legislatura y media de “luna de miel” entre el Ejecutivo y los sindicatos, las relaciones se dieron la vuelta en mayo de 2010, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cambio de rumbo económico y emprendió una política de ajustes que provocó un enfrentamiento frontal con los líderes sindicales.
Esa relación tortuosa llevó a la convocatoria de una huelga general el 29 de septiembre de 2010, que abrió una herida profunda entre el PSOE y UGT y CCOO. El llamado Acuerdo Económico y Social firmado el pasado 2 de febrero parece más una tregua, que se podría volver a romper en las próximas semanas cuando el Gobierno tenga que legislar sobre negociación colectiva, una vez que patronal y sindicatos reconozcan la imposibilidad de llegar a un acuerdo, cuyo plazo venció ya hace semanas.
El dilema con que se encontrarán los sindicatos españoles en las próximas semanas es qué hacer cuando el Gobierno presente un nuevo marco de negociación colectiva en el que se ponga en tela de juicio la indexación a la inflación de las subidas salariales y se planteen criterios de productividad, cláusulas de descuelgue y arbitraje forzoso que quiten poder a la ya famosa ultraactividad (extensión de los convenios más allá de la fecha acordada sin haberse llegado a nuevos acuerdos).
Mientras tanto, los países de la UE se levantarán el Primero de Mayo con 23 millones de parados, de los que 4,9 corresponden a España. Y, lo que es peor, esta misma semana el Ministerio de Economía ha augurado que hasta 2014 solo se generará la mitad de los puestos de trabajo perdidos desde que se inició la crisis.
Por todo ello, a la pregunta de cuáles deberían ser las prioridades el Primero de Mayo, creo que la respuesta es que todos (partidos políticos, empresarios y trabajadores) deberían colaborar en el establecimiento de un marco que ayude a la creación de empleo sostenido en España a medio y largo plazo.
Por: Javier Ayuso
Como todos los años, los sindicatos mayoritarios de España, CCOO y UGT, han convocado las manifestaciones “reglamentarias” para celebrar el Primero de Mayo. Los líderes de ambos sindicatos, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, han elegido Valencia para marchar juntos y hay convocadas manifestaciones en todas las grandes ciudades españolas. Lo mismo sucederá en la mayoría de las capitales europeas.
Surgen varias preguntas en estos momentos: ¿Qué reivindicaciones deberían ser prioritarias en los tiempos de corren? ¿Cuál debe de ser el papel de los sindicatos en el siglo XXI? Y la respuesta que han dado UGT y CCOO se resume en el lema que presidirá los actos del Día de los Trabajadores: “Empleo con derechos contra los recortes sociales”.
En el manifiesto de convocatoria del Primero de Mayo, los sindicatos afirman que “celebramos el Día Internacional del Trabajo inmersos en un contexto de continuas tensiones financieras, económicas y políticas que provocan en los países más vulnerables mayores destrucciones de empleo, disminución de las rentas salariales, deterioro de las condiciones de trabajo y recortes significativos en las prestaciones sociales y los servicios públicos, a los que hay que hacer frente con la movilización social, reclamando para salir de la crisis otras políticas de mayor equidad y equilibrio en el reparto de los ajustes”.
Así, sobre el papel, las reivindicaciones sindicales pueden parecer razonables. Tiene sentido que los representantes de los trabajadores se opongan a los recortes sociales derivados de las políticas de ajuste y defiendan el mantenimiento del estado del bienestar conseguido tras largos años de lucha. No hay que olvidar que la fiesta del Primero de Mayo es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas ejecutados en Estados Unidos en 1888, por su participación en las huelgas iniciadas el 1 de mayo de 1886, para consolidar la jornada de ocho horas en ese país.
El problema es que, en la situación actual, los sindicatos (y también las organizaciones empresariales, de las que hablaremos otro día) quizá deberían replantearse sus políticas y adecuarlas a los nuevos tiempos. Muchas veces, el peso de la historia nos impide asumir la evolución de la sociedad en donde vivimos y se puede acabar perdiendo la perspectiva real de las cosas.
El ejemplo más claro es la pérdida de poder real de los sindicatos, medido en términos de afiliación sindical. En España, tan solo el 15% de los trabajadores están afiliados a un sindicato, dos puntos porcentuales menos de los que lo estaban en el año 2000. Y en el conjunto de la Unión Europea, la tasa de afiliación sindical ha caído del 27,8% en 2000, al 23,4% actual. Tan solo Francia, Estonia y Letonia están por debajo de nuestro país.
Otro dato a tener en cuenta lo pudimos leer el pasado 19 de abril en este periódico, dentro de la opinión pública de los españoles respecto a las principales instituciones o grupos sociales. Los sindicatos ocupaban el tercer lugar empezando por la cola de entre los grupos menos valorados, con una nota de 3,6 sobre 10, tan solo superado en negativo por las multinacionales y los partidos políticos.
Y todo ello sin olvidar la enorme brecha abierta en toda Europa entre los sindicatos y los partidos políticos de orientación socialista o socialdemócrata en los últimos años. La crisis iniciada en 2008 ha llevado a la Unión Europea, a los gobiernos de sus países miembros y a la mayoría de sus partidos políticos, a asumir políticas económicas basadas en duros ajustes fiscales para mejorar la competitividad y que llevan consigo recortes de prestaciones sociales y servicios públicos.
El caso de España es, probablemente, uno de los más claros de distanciamiento entre el Gobierno socialista y los sindicatos, a pesar de los intentos realizados por uno y otro lado para evitarlo. Después de una legislatura y media de “luna de miel” entre el Ejecutivo y los sindicatos, las relaciones se dieron la vuelta en mayo de 2010, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cambio de rumbo económico y emprendió una política de ajustes que provocó un enfrentamiento frontal con los líderes sindicales.
Esa relación tortuosa llevó a la convocatoria de una huelga general el 29 de septiembre de 2010, que abrió una herida profunda entre el PSOE y UGT y CCOO. El llamado Acuerdo Económico y Social firmado el pasado 2 de febrero parece más una tregua, que se podría volver a romper en las próximas semanas cuando el Gobierno tenga que legislar sobre negociación colectiva, una vez que patronal y sindicatos reconozcan la imposibilidad de llegar a un acuerdo, cuyo plazo venció ya hace semanas.
El dilema con que se encontrarán los sindicatos españoles en las próximas semanas es qué hacer cuando el Gobierno presente un nuevo marco de negociación colectiva en el que se ponga en tela de juicio la indexación a la inflación de las subidas salariales y se planteen criterios de productividad, cláusulas de descuelgue y arbitraje forzoso que quiten poder a la ya famosa ultraactividad (extensión de los convenios más allá de la fecha acordada sin haberse llegado a nuevos acuerdos).
Mientras tanto, los países de la UE se levantarán el Primero de Mayo con 23 millones de parados, de los que 4,9 corresponden a España. Y, lo que es peor, esta misma semana el Ministerio de Economía ha augurado que hasta 2014 solo se generará la mitad de los puestos de trabajo perdidos desde que se inició la crisis.
Por todo ello, a la pregunta de cuáles deberían ser las prioridades el Primero de Mayo, creo que la respuesta es que todos (partidos políticos, empresarios y trabajadores) deberían colaborar en el establecimiento de un marco que ayude a la creación de empleo sostenido en España a medio y largo plazo.
Ancianos que mueres solos en casa.
El lado oscuro de la soledad
Más de un centenar de ancianos han muerto solos en sus casas durante el último año
JUAN D. QUESADA / P. ÁLVAREZ
101 ancianos han muerto en soledad en la capital desde enero de 2010. Este drama, que nadie logra parar, ocupa hoy esta serie dedicada a los problemas que, gobierne quien gobierne, deben resolverse
Carmen García, una octogenaria que vivía en la calle Fuencarral, solía enfrascarse con facilidad en discusiones políticas, le gustaba desayunar en la mesa de la esquina del bar, donde tomaba también un vinito con un aperitivo si se alargaba el café hasta mediodía. "Del barato, yo vino tinto del barato, que el caro me marea mucho", pedía siempre. Se lo servían gratis y ella a cambio limpiaba algunas mesas. "Carmen, que nos vas a dejar sin trabajo", le reñían las camareras de broma. Y ella, con sus labios siempre muy pintados, sus bonitos trajes de colores y los ojos verdes perfilados, se reía.
Carmen hacía frente a la vida con una pensión mensual de 350 euros
El anciano César permaneció tres días tirado en el suelo de su casa
"La soledad es tremenda a esta edad", reflexiona un anciano
María del Rosario fue descuidando poco a poco el piso en el que vivía sola
De joven fue matrona y peluquera. Residió en Francia. En Madrid vivía más sola que la una y así, sin nadie a su lado, murió la Nochebuena pasada. No llegó a celebrar su última Navidad.
En la ciudad de Madrid han muerto en soledad 101 ancianos entre enero de 2010 y abril de este año, según los datos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Las cifras antes eran públicas y se facilitaban año a año hasta que el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón accedió al cargo en 2003 y decidió que los servicios de emergencia dejaran de informar de manera expresa a los medios de comunicación de las personas que eran halladas muertas en soledad en sus domicilios. Los miembros de su equipo no han querido valorar el asunto para este reportaje.
En la época pre-Gallardón, un hombre llamado Vicente falleció en soledad en su piso de la calle Duquesa de Parcent. Era diciembre de 2002. Los vecinos de escalera llevaban días sin verle salir a comprar el pan y el periódico como hacía cada día. Uno de sus hijos se alarmó al ver que no le devolvía las llamadas. No disponía de ningún servicio de teleasistencia. Su muerte, la número 68, fue la última que se produjo ese año. Esas historias son casi inaccesibles ahora que el Ayuntamiento de Madrid no facilita ningún tipo de información al respecto. Pero la realidad es que siguen muriendo ancianos sin nadie a su lado y los datos demuestran que este trágico fenómeno no ha descendido.
Según las cifras oficiales, 135.590 personas mayores de 65 años viven solas en la ciudad de Madrid. Son el 22% del total. Y de ellos, 58.809 tienen más de 80 años y afrontan la vida sin nadie con quien compartir el hogar.
La octagenaria Carmen García Carvajal, sindicalista de pro de UGT, nunca se quejaba de su soledad. Hablaba a veces de un antiguo amor y dedicaba pocas palabras a su hijo, que residía en Canarias. El piso de Fuencarral lo tenía a medias con un hermano que marchó a Brasil, donde murió. Nunca pudo venderlo y hacía frente a la vida con una mísera pensión de 350 euros. No cotizó en sus años de trabajadora en Francia, según recuerdan en el sindicato, donde está el bar al que siempre iba a desayunar y a discutir de política. El pasado 24 de diciembre la encontró muerta el trabajador del servicio de ayuda a domicilio que le llevaba la comida a casa cada día.
Tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento de la capital tienen servicios para atender a estos mayores, como la teleasistencia, con 130.000 usuarios regionales, la mayoría personas mayores de 65 años que viven solas. El servicio funciona los 365 días al año. Los usuarios llevan un medallón al cuello que se activa al ser pulsado. Hay también servicios de acompañamiento de voluntarios y programas de acogimiento o pisos tutelados.
En el caso municipal, el alcalde Alberto Ruiz Gallardón se comprometió a principios de semana a reforzar la ayuda a domicilio y extender la teleasistencia a todos los mayores de 80 años. Ahora el servicio cubre al 40% de estos mayores, según datos municipales. El alcalde destacó entonces que hay 113 mil madrileños en la capital con dispositivos de teleasistencia, lo que significa multiplicar por siete el número de atendidos que había cuando llegó a la alcaldía en 2003.
La sensibilidad y los programas han aumentado, pero la oposición le pide más esfuerzo, máxime en un año en el que los presupuestos tanto regionales como municipales destinados a los servicios sociales han caído. La Concejalía de Familia y Asuntos Sociales perdió un 10,41% (233 millones de euros). La Consejería regional recortó un 2,41%, con 1.257 millones.
Jaime Lissavetzky, candidato socialista a la alcaldía, reclama más trabajadores sociales y un aumento de las medidas preventivas para que estas personas "estén seguras y atendidas". "Necesitamos programas de prevención, atención presencial y a distancia realizados por profesionales que complementen la solidaridad de familiares y vecinos", reclama el candidato.
El abogado César Delgado Ruiz votaba en contra de los presupuestos de su comunidad de vecinos casi por sistema. Golpeaba con un bastón el techo de su apartamento, en la sexta planta del bloque, al más mínimo movimiento de sillas de los vecinos de arriba. El conserje de su edificio, en la calle Evaristo San Miguel (distrito Centro), se acostumbró a que este jubilado de 77 años, bajito y de pelo cano, no le diese los buenos días. Quizá por eso nadie reparó en él cuando desapareció durante tres días seguidos a mediados del pasado febrero.
Una vecina que pegó la oreja en su puerta escuchó los golpes de su bastón. César llevaba todo ese tiempo tirado en el suelo sin poder moverse hasta que fue rescatado. No quiso la ayuda de los servicios sociales, se quejó de la insolencia de un médico que le tildó de testarudo y cerró de un portazo la entrada que habían echado abajo ese día los bomberos. Murió al día siguiente sin nadie a su lado. Los bomberos tuvieron que volver para abrir una vez más la puerta. "No consintió en salir de su casa y allí se murió, en el suelo", recordaba ayer Miguel, el conserje, en la entrada del portal de hierro en el que aún sigue la tarjeta en el buzón con el nombre del abogado.
El anciano, que tenía varias hermanas, vivía solo pero no sufría penurias. Sindicatos y asociaciones de mayores alertan de que, en otros casos, a la soledad se le suma la precariedad de pensiones míseras con las que a duras penas se llega a fin de mes.
"Las administraciones intentan ocultar la realidad de Madrid, que tiene muchos contrastes. Hay mucha gente mayor que lo pasa mal, pero no existe gran alarma social porque es gente acostumbrada a una vida muy dura, que no denuncia y que se esfuerza en gastar lo menos posible", explica Ana Sánchez, secretaria de Políticas Sociales de UGT.
La concejal socialista Carmen Sánchez Carazo también denuncia que es una realidad que el Ayuntamiento de Madrid "pretende ocultar". "Existe, es un hecho. Esas son las cifras que manejamos nosotros también. No se puede ignorar que hay una población de mayores que fallece sin nadie al lado, lo que es un drama y debería ser impensable en una ciudad como Madrid en pleno siglo XXI", asegura.
Vicente LLopiz, miembro de una asociación de mayores ecologistas de Ciudad Lineal, de 85 años, habla de primera mano. El hombre se ha topado más de una vez con gente de su quinta buscando en la basura comida desechada por los supermercados. "La mayoría de los ancianos tienen una pensión muy baja, por debajo del salario mínimo interprofesional, entre los que me encuentro. Están al borde de la pobreza y la exclusión social", cuenta.
"La soledad es tremenda en esta edad, sobre todo para viudos y solteros. No tienen dinero para frecuentar bares, les da vergüenza enseñar su casa que a veces está en malas condiciones. Una cosa muy común es que adopten una mascota, como un perro por ejemplo, supongo que para obligarse a salir a la calle", añade el veterano, bastón en mano.
María del Rosario Fernández Marcote, una anciana de 91 años, había sido voluntaria de enfermería, voluntaria de una biblioteca de mayores, bailarina y quizá una espía republicana, aunque esa parte de su biografía permanece aún a oscuras. Durante la vejez se aficionó al senderismo, pero llegó un momento en el que no podía seguir el ritmo de los abuelos con más vitalidad. "¡Fascistas, eso es lo que sois todos, unos malditos fascistas!", fue lo que ella les contestó cuando le insinuaron que no podía acompañarles más en las excursiones.
María del Rosario tenía una hermana pero vivía sola en un piso de Ciudad Lineal que poco a poco fue descuidando, a lo que se unió su manía de adoptar a todo gato callejero que encontraba. Dejó de invitar a las amigas a tomar café y no abría la puerta a nadie, salvo que fuese uno de sus vecinos. A principios año pasado era fácil encontrarla dando paseos por la Gran Vía con un gracioso sombrero que había decorado con un clavel. Sus amigos le avisaron que no podía cruzar las calles como si todavía fuese el Madrid de los años 20. El 24 de febrero, en la avenida Donostiarra, cerca de su casa, María del Rosario no se amilanó ante un semáforo en rojo y salió directa. "¡Que paren!", dijo con esa seguridad que le daba saberse una mujer hermosa. El primer conductor logró frenar a tiempo pero otro que venía por el segundo carril se llevó a la anciana por delante.
Vicente Llopiz recuerda ahora aferrado a su bastón cómo vio poco a poco como María del Rosario se fue quedando sola y excluida hasta que el coche le arrolló, culpa del delirio que le hacía creerse en una ciudad de mulas y carretas.
LO QUE OPINAN LOS POLÍTICOS. "Hay que saldar la deuda moral con nuestros mayores"
EL PAÍS ha solicitado a los candidatos de los tres principales partidos políticos que optan a la presidencia de la Comunidad de Madrid una opinión sobre qué hacer para evitar que haya mayores en la región que vivan y mueran solos y en situación de desamparo. La presidenta Esperanza Aguirre (Partido Popular) ha declinado ofrecer su versión sobre este asunto. "El programa se va a presentar a los ciudadanos a partir del 6 de mayo", señaló una portavoz de su equipo. Estas son las respuestas ofrecidas por los otros dos candidatos:
Amparo Valcarce (Número 2 PSM). Es inmoral que la generación de madrileños que ha tenido una vida más difícil, que ha sufrido la guerra, la posguerra, la dictadura, no reciba la atención que necesita. Hay que saldar esa deuda moral. No se les puede dejar solos sin ningún tipo de amparo. Esa no es la sociedad que queremos.
La Ley de Dependencia les garantiza una plaza de calidad en una residencia, en un centro de día pero, también, bienestar si optan por vivir en su propia casa. Para ello, nos comprometemos a garantizar el acceso universal a la teleasistencia y a la ayuda a domicilio, para todos los ciudadanos mayores de 80 años. No es una utopía, es su derecho.
Entre los mayores, los más vulnerables son los que reciben una pensión no contributiva, por ello también planteamos que puedan contar con una nueva paga, la decimoquinta.
Pero no es suficiente, muchas personas mayores a veces se sienten solas y vulnerables y hasta pueden sufrir situaciones de abuso, por eso proponemos la creación del Defensor de la Persona Mayor y Dependiente. Porque una sociedad digna se mide también por el respeto y cuidado hacia sus mayores.
- Gregorio Gordo (IU). La soledad es una realidad creciente entre nuestros mayores y ello es debido, en buena parte, al cambio de modelo de familia y otros factores sociales. En ocasiones, la pérdida de un ser querido y en otras el aislamiento social, favorecido por la dificultad para salir de casa, incrementa este sentimiento que en ocasiones puede desembocar en una enfermedad. Por ello es tarea de todos, administraciones públicas y sociedad civil, combatir esta situación.
Desde Izquierda Unida queremos garantizar que los mayores vivan con unos niveles de calidad que, además, tienen sobradamente merecidos. Por ello, es imprescindible la correcta aplicación de la Ley de Dependencia, la creación de más plazas en residencias públicas, y aumentar la ayuda a domicilio para que esta prestación llegue a un mayor número de personas y con un mínimo de ocho horas semanales.
Junto a ello queremos garantizar la seguridad de las personas mayores que viven solas o con otras de su edad y, por ello, proponemos que, en la próxima legislatura, la teleasistencia llegue al 20% de la población y, por otra parte, que en cada municipio o ámbito de más de 5.000 personas haya un servicio de comida a domicilio y lavandería. En definitiva, queremos que nuestros mayores ejerzan su derecho a envejecer, y que lo hacen dignamente.
MAYORES
- 616.319 PERSONAS MAYORES DE 65 AÑOS VIVEN EN MADRID. EL 22% DE ELLAS RESIDEN SOLAS.
- EL 31% DE LAS 189.705 PERSONAS MAYORES DE 80 AÑOS DE LA CAPITAL TAMBIÉN VIVEN SIN COMPAÑÍA.
- MÁS DE 130 mil MAYORES RECIBEN EL SERVICIO DE TELEASISTENCIA REGIONAL, UN DISPOSITIVO QUE LLEVAN LOS ANCIANOS Y QUE LES TIENE PERMANENTEMENTE CONECTADOS A UN CENTRO DE COORDINACIÓN. EN LA CAPITAL SON 113 mil.
- EL SERVICIO DE AYUDA A DOMICILIO, CON TRABAJADORES QUE AYUDAN EN TAREAS DEL HOGAR Y ASEO, TIENE 80 mil USUARIOS EN LA REGIÓN. EN MADRID CAPITAL SON 50 mil
- LA COMUNIDAD DE MADRID OFRECE TAMBIÉN SERVICIOS DE ACOMPAÑAMIENTO DE VOLUNTARIOS A MAYORES SOLOS Y ESTANCIAS TEMPORALES EN RESIDENCIAS, PARA AQUELLOS QUE SUFREN ALGUNA CAÍDA O ENFERMEDAD Y NECESITAN AYUDA HASTA QUE MEJOREN.
- EL 18% DE LOS MAYORES DE 65 AÑOS Y EL 40% DE LOS QUE TIENEN MÁS DE 80 ESTÁN CUBIERTOS POR ALGÚN TIPO DE SERVICIO MUNICIPAL, SEGÚN DATOS DEL AYUNTAMIENTO
Más de un centenar de ancianos han muerto solos en sus casas durante el último año
JUAN D. QUESADA / P. ÁLVAREZ
101 ancianos han muerto en soledad en la capital desde enero de 2010. Este drama, que nadie logra parar, ocupa hoy esta serie dedicada a los problemas que, gobierne quien gobierne, deben resolverse
Carmen García, una octogenaria que vivía en la calle Fuencarral, solía enfrascarse con facilidad en discusiones políticas, le gustaba desayunar en la mesa de la esquina del bar, donde tomaba también un vinito con un aperitivo si se alargaba el café hasta mediodía. "Del barato, yo vino tinto del barato, que el caro me marea mucho", pedía siempre. Se lo servían gratis y ella a cambio limpiaba algunas mesas. "Carmen, que nos vas a dejar sin trabajo", le reñían las camareras de broma. Y ella, con sus labios siempre muy pintados, sus bonitos trajes de colores y los ojos verdes perfilados, se reía.
Carmen hacía frente a la vida con una pensión mensual de 350 euros
El anciano César permaneció tres días tirado en el suelo de su casa
"La soledad es tremenda a esta edad", reflexiona un anciano
María del Rosario fue descuidando poco a poco el piso en el que vivía sola
De joven fue matrona y peluquera. Residió en Francia. En Madrid vivía más sola que la una y así, sin nadie a su lado, murió la Nochebuena pasada. No llegó a celebrar su última Navidad.
En la ciudad de Madrid han muerto en soledad 101 ancianos entre enero de 2010 y abril de este año, según los datos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Las cifras antes eran públicas y se facilitaban año a año hasta que el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón accedió al cargo en 2003 y decidió que los servicios de emergencia dejaran de informar de manera expresa a los medios de comunicación de las personas que eran halladas muertas en soledad en sus domicilios. Los miembros de su equipo no han querido valorar el asunto para este reportaje.
En la época pre-Gallardón, un hombre llamado Vicente falleció en soledad en su piso de la calle Duquesa de Parcent. Era diciembre de 2002. Los vecinos de escalera llevaban días sin verle salir a comprar el pan y el periódico como hacía cada día. Uno de sus hijos se alarmó al ver que no le devolvía las llamadas. No disponía de ningún servicio de teleasistencia. Su muerte, la número 68, fue la última que se produjo ese año. Esas historias son casi inaccesibles ahora que el Ayuntamiento de Madrid no facilita ningún tipo de información al respecto. Pero la realidad es que siguen muriendo ancianos sin nadie a su lado y los datos demuestran que este trágico fenómeno no ha descendido.
Según las cifras oficiales, 135.590 personas mayores de 65 años viven solas en la ciudad de Madrid. Son el 22% del total. Y de ellos, 58.809 tienen más de 80 años y afrontan la vida sin nadie con quien compartir el hogar.
La octagenaria Carmen García Carvajal, sindicalista de pro de UGT, nunca se quejaba de su soledad. Hablaba a veces de un antiguo amor y dedicaba pocas palabras a su hijo, que residía en Canarias. El piso de Fuencarral lo tenía a medias con un hermano que marchó a Brasil, donde murió. Nunca pudo venderlo y hacía frente a la vida con una mísera pensión de 350 euros. No cotizó en sus años de trabajadora en Francia, según recuerdan en el sindicato, donde está el bar al que siempre iba a desayunar y a discutir de política. El pasado 24 de diciembre la encontró muerta el trabajador del servicio de ayuda a domicilio que le llevaba la comida a casa cada día.
Tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento de la capital tienen servicios para atender a estos mayores, como la teleasistencia, con 130.000 usuarios regionales, la mayoría personas mayores de 65 años que viven solas. El servicio funciona los 365 días al año. Los usuarios llevan un medallón al cuello que se activa al ser pulsado. Hay también servicios de acompañamiento de voluntarios y programas de acogimiento o pisos tutelados.
En el caso municipal, el alcalde Alberto Ruiz Gallardón se comprometió a principios de semana a reforzar la ayuda a domicilio y extender la teleasistencia a todos los mayores de 80 años. Ahora el servicio cubre al 40% de estos mayores, según datos municipales. El alcalde destacó entonces que hay 113 mil madrileños en la capital con dispositivos de teleasistencia, lo que significa multiplicar por siete el número de atendidos que había cuando llegó a la alcaldía en 2003.
La sensibilidad y los programas han aumentado, pero la oposición le pide más esfuerzo, máxime en un año en el que los presupuestos tanto regionales como municipales destinados a los servicios sociales han caído. La Concejalía de Familia y Asuntos Sociales perdió un 10,41% (233 millones de euros). La Consejería regional recortó un 2,41%, con 1.257 millones.
Jaime Lissavetzky, candidato socialista a la alcaldía, reclama más trabajadores sociales y un aumento de las medidas preventivas para que estas personas "estén seguras y atendidas". "Necesitamos programas de prevención, atención presencial y a distancia realizados por profesionales que complementen la solidaridad de familiares y vecinos", reclama el candidato.
El abogado César Delgado Ruiz votaba en contra de los presupuestos de su comunidad de vecinos casi por sistema. Golpeaba con un bastón el techo de su apartamento, en la sexta planta del bloque, al más mínimo movimiento de sillas de los vecinos de arriba. El conserje de su edificio, en la calle Evaristo San Miguel (distrito Centro), se acostumbró a que este jubilado de 77 años, bajito y de pelo cano, no le diese los buenos días. Quizá por eso nadie reparó en él cuando desapareció durante tres días seguidos a mediados del pasado febrero.
Una vecina que pegó la oreja en su puerta escuchó los golpes de su bastón. César llevaba todo ese tiempo tirado en el suelo sin poder moverse hasta que fue rescatado. No quiso la ayuda de los servicios sociales, se quejó de la insolencia de un médico que le tildó de testarudo y cerró de un portazo la entrada que habían echado abajo ese día los bomberos. Murió al día siguiente sin nadie a su lado. Los bomberos tuvieron que volver para abrir una vez más la puerta. "No consintió en salir de su casa y allí se murió, en el suelo", recordaba ayer Miguel, el conserje, en la entrada del portal de hierro en el que aún sigue la tarjeta en el buzón con el nombre del abogado.
El anciano, que tenía varias hermanas, vivía solo pero no sufría penurias. Sindicatos y asociaciones de mayores alertan de que, en otros casos, a la soledad se le suma la precariedad de pensiones míseras con las que a duras penas se llega a fin de mes.
"Las administraciones intentan ocultar la realidad de Madrid, que tiene muchos contrastes. Hay mucha gente mayor que lo pasa mal, pero no existe gran alarma social porque es gente acostumbrada a una vida muy dura, que no denuncia y que se esfuerza en gastar lo menos posible", explica Ana Sánchez, secretaria de Políticas Sociales de UGT.
La concejal socialista Carmen Sánchez Carazo también denuncia que es una realidad que el Ayuntamiento de Madrid "pretende ocultar". "Existe, es un hecho. Esas son las cifras que manejamos nosotros también. No se puede ignorar que hay una población de mayores que fallece sin nadie al lado, lo que es un drama y debería ser impensable en una ciudad como Madrid en pleno siglo XXI", asegura.
Vicente LLopiz, miembro de una asociación de mayores ecologistas de Ciudad Lineal, de 85 años, habla de primera mano. El hombre se ha topado más de una vez con gente de su quinta buscando en la basura comida desechada por los supermercados. "La mayoría de los ancianos tienen una pensión muy baja, por debajo del salario mínimo interprofesional, entre los que me encuentro. Están al borde de la pobreza y la exclusión social", cuenta.
"La soledad es tremenda en esta edad, sobre todo para viudos y solteros. No tienen dinero para frecuentar bares, les da vergüenza enseñar su casa que a veces está en malas condiciones. Una cosa muy común es que adopten una mascota, como un perro por ejemplo, supongo que para obligarse a salir a la calle", añade el veterano, bastón en mano.
María del Rosario Fernández Marcote, una anciana de 91 años, había sido voluntaria de enfermería, voluntaria de una biblioteca de mayores, bailarina y quizá una espía republicana, aunque esa parte de su biografía permanece aún a oscuras. Durante la vejez se aficionó al senderismo, pero llegó un momento en el que no podía seguir el ritmo de los abuelos con más vitalidad. "¡Fascistas, eso es lo que sois todos, unos malditos fascistas!", fue lo que ella les contestó cuando le insinuaron que no podía acompañarles más en las excursiones.
María del Rosario tenía una hermana pero vivía sola en un piso de Ciudad Lineal que poco a poco fue descuidando, a lo que se unió su manía de adoptar a todo gato callejero que encontraba. Dejó de invitar a las amigas a tomar café y no abría la puerta a nadie, salvo que fuese uno de sus vecinos. A principios año pasado era fácil encontrarla dando paseos por la Gran Vía con un gracioso sombrero que había decorado con un clavel. Sus amigos le avisaron que no podía cruzar las calles como si todavía fuese el Madrid de los años 20. El 24 de febrero, en la avenida Donostiarra, cerca de su casa, María del Rosario no se amilanó ante un semáforo en rojo y salió directa. "¡Que paren!", dijo con esa seguridad que le daba saberse una mujer hermosa. El primer conductor logró frenar a tiempo pero otro que venía por el segundo carril se llevó a la anciana por delante.
Vicente Llopiz recuerda ahora aferrado a su bastón cómo vio poco a poco como María del Rosario se fue quedando sola y excluida hasta que el coche le arrolló, culpa del delirio que le hacía creerse en una ciudad de mulas y carretas.
LO QUE OPINAN LOS POLÍTICOS. "Hay que saldar la deuda moral con nuestros mayores"
EL PAÍS ha solicitado a los candidatos de los tres principales partidos políticos que optan a la presidencia de la Comunidad de Madrid una opinión sobre qué hacer para evitar que haya mayores en la región que vivan y mueran solos y en situación de desamparo. La presidenta Esperanza Aguirre (Partido Popular) ha declinado ofrecer su versión sobre este asunto. "El programa se va a presentar a los ciudadanos a partir del 6 de mayo", señaló una portavoz de su equipo. Estas son las respuestas ofrecidas por los otros dos candidatos:
Amparo Valcarce (Número 2 PSM). Es inmoral que la generación de madrileños que ha tenido una vida más difícil, que ha sufrido la guerra, la posguerra, la dictadura, no reciba la atención que necesita. Hay que saldar esa deuda moral. No se les puede dejar solos sin ningún tipo de amparo. Esa no es la sociedad que queremos.
La Ley de Dependencia les garantiza una plaza de calidad en una residencia, en un centro de día pero, también, bienestar si optan por vivir en su propia casa. Para ello, nos comprometemos a garantizar el acceso universal a la teleasistencia y a la ayuda a domicilio, para todos los ciudadanos mayores de 80 años. No es una utopía, es su derecho.
Entre los mayores, los más vulnerables son los que reciben una pensión no contributiva, por ello también planteamos que puedan contar con una nueva paga, la decimoquinta.
Pero no es suficiente, muchas personas mayores a veces se sienten solas y vulnerables y hasta pueden sufrir situaciones de abuso, por eso proponemos la creación del Defensor de la Persona Mayor y Dependiente. Porque una sociedad digna se mide también por el respeto y cuidado hacia sus mayores.
- Gregorio Gordo (IU). La soledad es una realidad creciente entre nuestros mayores y ello es debido, en buena parte, al cambio de modelo de familia y otros factores sociales. En ocasiones, la pérdida de un ser querido y en otras el aislamiento social, favorecido por la dificultad para salir de casa, incrementa este sentimiento que en ocasiones puede desembocar en una enfermedad. Por ello es tarea de todos, administraciones públicas y sociedad civil, combatir esta situación.
Desde Izquierda Unida queremos garantizar que los mayores vivan con unos niveles de calidad que, además, tienen sobradamente merecidos. Por ello, es imprescindible la correcta aplicación de la Ley de Dependencia, la creación de más plazas en residencias públicas, y aumentar la ayuda a domicilio para que esta prestación llegue a un mayor número de personas y con un mínimo de ocho horas semanales.
Junto a ello queremos garantizar la seguridad de las personas mayores que viven solas o con otras de su edad y, por ello, proponemos que, en la próxima legislatura, la teleasistencia llegue al 20% de la población y, por otra parte, que en cada municipio o ámbito de más de 5.000 personas haya un servicio de comida a domicilio y lavandería. En definitiva, queremos que nuestros mayores ejerzan su derecho a envejecer, y que lo hacen dignamente.
MAYORES
- 616.319 PERSONAS MAYORES DE 65 AÑOS VIVEN EN MADRID. EL 22% DE ELLAS RESIDEN SOLAS.
- EL 31% DE LAS 189.705 PERSONAS MAYORES DE 80 AÑOS DE LA CAPITAL TAMBIÉN VIVEN SIN COMPAÑÍA.
- MÁS DE 130 mil MAYORES RECIBEN EL SERVICIO DE TELEASISTENCIA REGIONAL, UN DISPOSITIVO QUE LLEVAN LOS ANCIANOS Y QUE LES TIENE PERMANENTEMENTE CONECTADOS A UN CENTRO DE COORDINACIÓN. EN LA CAPITAL SON 113 mil.
- EL SERVICIO DE AYUDA A DOMICILIO, CON TRABAJADORES QUE AYUDAN EN TAREAS DEL HOGAR Y ASEO, TIENE 80 mil USUARIOS EN LA REGIÓN. EN MADRID CAPITAL SON 50 mil
- LA COMUNIDAD DE MADRID OFRECE TAMBIÉN SERVICIOS DE ACOMPAÑAMIENTO DE VOLUNTARIOS A MAYORES SOLOS Y ESTANCIAS TEMPORALES EN RESIDENCIAS, PARA AQUELLOS QUE SUFREN ALGUNA CAÍDA O ENFERMEDAD Y NECESITAN AYUDA HASTA QUE MEJOREN.
- EL 18% DE LOS MAYORES DE 65 AÑOS Y EL 40% DE LOS QUE TIENEN MÁS DE 80 ESTÁN CUBIERTOS POR ALGÚN TIPO DE SERVICIO MUNICIPAL, SEGÚN DATOS DEL AYUNTAMIENTO
Terapía de masas para la Iglesia.
Terapia de masas para la Iglesia
La rápida elevación a los altares de Karol Wojtyla, ocasión para elevar la autoestima del catolicismo - El proceso reabre el debate sobre su carisma y sobre sus escándalos
MIGUEL MORA
Ya está todo listo en Roma para el mayor evento mediático que el Vaticano haya vivido desde la muerte de Juan Pablo II hace seis años y 29 días. La beatificación, el domingo, del carismático Papa polaco (la más rápida de la era moderna, desbancando por dos semanas a la de Teresa de Calcuta), convocará, según las estimaciones del Vaticano, a unos 300 mil peregrinos. El Vaticano informó ayer de que había abierto la sepultura de Karol Wojtyla: el ataúd se colocó ante la tumba de San Pedro, en las grutas vaticanas.
El acto de mañana es el más popular vivido en el Vaticano desde su muerte
Con él cambió la percepción del catolicismo en la globalización
El Papa hiperactivo viajó 104 veces al exterior y nombró 1.300 beatos
"¿Cómo puede ser santo si no pudo proteger a niños inocentes?"
No es aún beato y el Vaticano avanza en el paso sucesivo: el proceso para convertirlo en santo ha empezado ya. El prefecto de la Congregación para las causas de los santos, Angelo Amato, dijo a La Repubblica que a Roma han llegado ya "muchas" indicaciones de nuevos milagros atribuidos a Juan Pablo II, "desde todas partes del mundo", y los promotores de la santidad están trabajando con los mismos criterios que han guiado la beatificación: "rapidez y rigor". "Bastaría uno solo", ha dicho el jefe del dicasterio vaticano.
No faltan las voces que afirman que tras esa subida relámpago a los altares se esconde un intento de levantar los ánimos de una Iglesia en crisis. Giancarlo Zizola, biógrafo de Wojtyla, dice: "Corren malos tiempos para la Iglesia romana, y la beatificación aparece como un intento de terapia urgente. Parecería que se busca reproducir la técnica del consenso masivo del papado anterior para cubrir la crisis actual". Zizola cree que hay un intento de movimientos como el Opus Dei y Comunión y Liberación "por apropiarse de la figura de Juan Pablo II para reforzar su papel actual".
"Esto lo veremos el domingo en el discurso de Benedicto XVI. Si apela a lo mejor del legado de Wojtyla, a su búsqueda de la paz, el diálogo con otras culturas y la apertura a Asia y a África querrá decir que la beatificación es una forma de calmar al integrismo religioso que en Hungría, España, Francia, Irlanda o Italia fomenta la indisciplina social dentro de la Iglesia. Si no lo hace, querrá decir que Benedicto XVI no tiene la fuerza suficiente para vencerles", concluye Zizola.
Son días de balance: las muchas luces y no pocas sombras legadas a la historia por un pontífice tan popular, hiperactivo y paradójico han sido resumidas por una avalancha de libros, monografías, documentales y reportajes. Todos tratan de acometer una misión casi imposible: resumir un pontificado que duró 26 años y medio, desde la inesperada fumata bianca del 16 de octubre de 1978 hasta la atroz (y para muchos, ejemplar) agonía de la que solo descansó (y con él los espectadores que lo siguieron por televisión) la noche de su muerte, el 2 de abril de 2005.
Si nos atenemos al volumen, el legado es, si no otra cosa, monumental. La tarea pastoral y política de Wojtyla incluyó 104 viajes al extranjero y elevó a los altares a más de 1.300 beatos y 482 santos; su obra teológica se resumió en 14 encíclicas, la mayoría destinadas a despertar del letargo a un catolicismo que parecía dormido tras un Concilio Vaticano II que puso todo en duda y desembocó en un papado tan ambiguo como el de Pablo VI.
Como presencia telegénica, Juan Pablo II fue un indiscutible triunfador, un personaje enormemente popular. Además del alma y el espíritu, expuso el cuerpo, su atractiva fisicidad y la piel en el envite. El 13 de mayo de 1981 sufrió un atentado a manos del turco Mehmet Ali Agca, que nunca se aclaró del todo (unos siguen la pista turca y otros la del KGB, pero Agca ha dado 51 versiones distintas) y del que se salvó de milagro (según señaló él mismo, gracias a la Virgen de Fátima).
Por si no bastara, Wojtyla es visto como uno de los grandes artífices de la caída del bloque comunista. Sus éxitos se achacan tanto a su empuje espiritual como a la potencia financiera del Opus Dei y de los Legionarios de Cristo (sus dos principales sostenes y beneficiarios). Según libros como Vaticano S.A., de Gianluigi Nuzzi, también la mafia mantuvo relaciones privilegiadas con la banca vaticana en los tiempos de Andreotti, el arzobispo Joseph Marcinkus y los banqueros Roberto Calvi y Michele Sindona,
El vaticanista Filippo di Giacomo cree que Wojtyla tuvo sobre todo una virtud: "Cambió la percepción del catolicismo. Con él, la Iglesia pasó de ser vista como un pintoresco fenómeno italiano a ser entendida como una riqueza global. Wojtyla transformó Roma en un cruce de caminos: en 25 años, pasó de haber 70 embajadores ante la Santa Sede a 178. Desde México a África, las Filipinas o Nueva Guinea Papua, hizo entender a los católicos lo rica que era la realidad de la Iglesia. Dio a su época un nuevo sentido de la justicia y del derecho humanitario. Roma pasó a ser sede de numerosas citas de pobres y conferencias para la resolución de conflictos".
En el otro lado de la balanza, fue gestándose en la curia la famosa suciedad de la Iglesia, de la que tanto ha hablado Joseph Ratzinger en estos últimos seis años. La herencia legada por el Papa polaco a su amigo alemán, mano derecha y guardián de la fe, incluye necesariamente los escándalos de pederastia encubiertos durante décadas por la jerarquía vaticana, y el hecho de que Wojtyla dejara las parroquias históricas vacías de sacerdotes y de fieles.
Los análisis ocupan un infinito arco de opiniones, desde la hagiografía comunicada por sus dos colaboradores más cercanos, el cardenal Stanislaw Dziwisz, que fue su secretario personal, y su portavoz, Joaquín Navarro-Valls, hasta las críticas más feroces. El premio a la claridad y la concisión se lo lleva la columnista de The New York Times Maureen Dowd, que ha escrito esta semana: "Santo, no tan deprisa. ¿Cómo puedes ser santo si no pudiste proteger a los niños inocentes?".
Misterios sin resolver quedan muchos. Di Giacomo no se explica "cómo los promotores han podido conservar la sangre del Papa para mostrarla ahora en una reliquia-ampolla como gran efecto especial, dado que está prohibido por la legislación canónica vigente". Y añade que "sería útil también que Dziwisz y Navarro explicaran cómo hizo Wojtyla en sus tres últimos días de vida, mientras estaba entubado y con la tráquea perforada, para nombrar 18 obispos, la mayor parte de los cuales se inscriben hoy entre las grandes vergüenzas de la Iglesia".
Las protestas contra la velocidad impresa por el Vaticano a la beatificación son numerosas. Los promotores han tratado de explicar que lo que está en juego son las virtudes heroicas del Papa, no su pontificado. Eso ha dicho el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos, cuando le han preguntado si la pederastia había sido tenida en cuenta en el proceso: "El pecado existe, nuestros pecados existen. Pero eso no impide la santidad de otros".
El monográfico de la revista de filosofía Micromega deja poco lugar a las dudas: "El gran oscurantista". Plumas como Hans Küng, Fernando Savater, Paolo Flores D'Arcais o Gianni Vattimo ponen el acento en la cercanía del papa polaco con el pederasta Maciel o el dictador Pinochet. El teólogo Küng dice que el milagro atribuido a él es cuando menos "controvertido, porque los médicos dudan que la monja sufriera verdaderamente esa enfermedad". Y denuncia "las lucrativas beatificaciones de masa" que impulsó Wojtyla, "a menudo con fines políticos ligados a las órdenes y a la Iglesia", entre ellas, la de Escribá, "hombre de dudosa santidad".
Desde una perspectiva opuesta, la de los tradicionalistas católicos, también han llovido críticas; los lefebvrianos de la Sociedad de San Pio X han afirmado que la beatificación será un serio obstáculo a su comunión con Roma, y han acusado a Juan Pablo II de ser un relativista por un encuentro ecuménico realizado en Asís en 1986.
Leonardo Sandri, el cardenal argentino que fue la voz del Papa durante sus dos últimos años de enfermedad, ha dado una explicación plausible a la prisa, realmente inédita en el escrupuloso Papa actual: la afinidad intelectual entre Wojtyla y Ratzinger. Según Sandri, "Ratzinger fue el Cireneo di Wojtyla. Entre Juan Pablo II y Benedicto XVI hay un vínculo, una simbiosis, como de dos pontificados que se completan en la manifestación continua del Verbo, de la inteligencia y de la transmisión de la fe".
El poder del Vaticano sigue marcado hoy por aquella polémica curia que, mientras el Papa viajaba, fue organizada por su secretario personal, Stanislaw Dziwisz. Nombres como Camillo Ruini, Angelo Sodano o Castrillón Hoyos han desaparecido del mapa oficial, pero mantienen su influencia en la sombra en comunión con gente como Velasio de Paolis, Rino Fisichella o Angelo Scola, afines a movimientos como el Opus Dei, Comunión y Liberación, la Comunidad de San Egidio, los Focolares o los Kikos, que tanto alentó Wojtyla y que, según Di Giacomo, "representan las alcantarillas de la Iglesia".
Síntomas de ese conflicto interno serían, según el biógrafo Zizola, "las negativas de cardenales clave del papado anterior, como Sodano o Sandri, a testificar en el proceso, lo que sugiere que la beatificación es una decisión de Ratzinger debida a su personal relación".
Multitudes
Los actos de la beatificación de Juan Pablo II se desarrollarán entre el sábado y el domingo.
- Peregrinos. Las cifras más cautas son del Vaticano: prevé 300 mil visitantes. La policía espera un millón.
- Casas reales. Cinco monarquías enviarán representantes: España, Bélgica, Reino Unido, Liechtenstein y Luxemburgo.
- España. Los príncipes de Asturias presidirán la delegación. También irán el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui; el vicepresidente tercero del Congreso, Jorge Fernández Díaz; y la vicepresidenta de Cataluña, Joana Ortega, entre otros.
- Delegaciones. 87 países han anunciado su presencia. Las de mayor rango -encabezadas por presidentes o primeros ministros-, son: México, Italia, Polonia, Albania, Andorra, Bosnia, Camerún, Congo, Estonia, Honduras, Macedonia, San Marino, Eslovaquia, Montenegro, Togo, Zimbabue, Croacia, Francia, Lituania, Mónaco y Hungría.
La rápida elevación a los altares de Karol Wojtyla, ocasión para elevar la autoestima del catolicismo - El proceso reabre el debate sobre su carisma y sobre sus escándalos
MIGUEL MORA
Ya está todo listo en Roma para el mayor evento mediático que el Vaticano haya vivido desde la muerte de Juan Pablo II hace seis años y 29 días. La beatificación, el domingo, del carismático Papa polaco (la más rápida de la era moderna, desbancando por dos semanas a la de Teresa de Calcuta), convocará, según las estimaciones del Vaticano, a unos 300 mil peregrinos. El Vaticano informó ayer de que había abierto la sepultura de Karol Wojtyla: el ataúd se colocó ante la tumba de San Pedro, en las grutas vaticanas.
El acto de mañana es el más popular vivido en el Vaticano desde su muerte
Con él cambió la percepción del catolicismo en la globalización
El Papa hiperactivo viajó 104 veces al exterior y nombró 1.300 beatos
"¿Cómo puede ser santo si no pudo proteger a niños inocentes?"
No es aún beato y el Vaticano avanza en el paso sucesivo: el proceso para convertirlo en santo ha empezado ya. El prefecto de la Congregación para las causas de los santos, Angelo Amato, dijo a La Repubblica que a Roma han llegado ya "muchas" indicaciones de nuevos milagros atribuidos a Juan Pablo II, "desde todas partes del mundo", y los promotores de la santidad están trabajando con los mismos criterios que han guiado la beatificación: "rapidez y rigor". "Bastaría uno solo", ha dicho el jefe del dicasterio vaticano.
No faltan las voces que afirman que tras esa subida relámpago a los altares se esconde un intento de levantar los ánimos de una Iglesia en crisis. Giancarlo Zizola, biógrafo de Wojtyla, dice: "Corren malos tiempos para la Iglesia romana, y la beatificación aparece como un intento de terapia urgente. Parecería que se busca reproducir la técnica del consenso masivo del papado anterior para cubrir la crisis actual". Zizola cree que hay un intento de movimientos como el Opus Dei y Comunión y Liberación "por apropiarse de la figura de Juan Pablo II para reforzar su papel actual".
"Esto lo veremos el domingo en el discurso de Benedicto XVI. Si apela a lo mejor del legado de Wojtyla, a su búsqueda de la paz, el diálogo con otras culturas y la apertura a Asia y a África querrá decir que la beatificación es una forma de calmar al integrismo religioso que en Hungría, España, Francia, Irlanda o Italia fomenta la indisciplina social dentro de la Iglesia. Si no lo hace, querrá decir que Benedicto XVI no tiene la fuerza suficiente para vencerles", concluye Zizola.
Son días de balance: las muchas luces y no pocas sombras legadas a la historia por un pontífice tan popular, hiperactivo y paradójico han sido resumidas por una avalancha de libros, monografías, documentales y reportajes. Todos tratan de acometer una misión casi imposible: resumir un pontificado que duró 26 años y medio, desde la inesperada fumata bianca del 16 de octubre de 1978 hasta la atroz (y para muchos, ejemplar) agonía de la que solo descansó (y con él los espectadores que lo siguieron por televisión) la noche de su muerte, el 2 de abril de 2005.
Si nos atenemos al volumen, el legado es, si no otra cosa, monumental. La tarea pastoral y política de Wojtyla incluyó 104 viajes al extranjero y elevó a los altares a más de 1.300 beatos y 482 santos; su obra teológica se resumió en 14 encíclicas, la mayoría destinadas a despertar del letargo a un catolicismo que parecía dormido tras un Concilio Vaticano II que puso todo en duda y desembocó en un papado tan ambiguo como el de Pablo VI.
Como presencia telegénica, Juan Pablo II fue un indiscutible triunfador, un personaje enormemente popular. Además del alma y el espíritu, expuso el cuerpo, su atractiva fisicidad y la piel en el envite. El 13 de mayo de 1981 sufrió un atentado a manos del turco Mehmet Ali Agca, que nunca se aclaró del todo (unos siguen la pista turca y otros la del KGB, pero Agca ha dado 51 versiones distintas) y del que se salvó de milagro (según señaló él mismo, gracias a la Virgen de Fátima).
Por si no bastara, Wojtyla es visto como uno de los grandes artífices de la caída del bloque comunista. Sus éxitos se achacan tanto a su empuje espiritual como a la potencia financiera del Opus Dei y de los Legionarios de Cristo (sus dos principales sostenes y beneficiarios). Según libros como Vaticano S.A., de Gianluigi Nuzzi, también la mafia mantuvo relaciones privilegiadas con la banca vaticana en los tiempos de Andreotti, el arzobispo Joseph Marcinkus y los banqueros Roberto Calvi y Michele Sindona,
El vaticanista Filippo di Giacomo cree que Wojtyla tuvo sobre todo una virtud: "Cambió la percepción del catolicismo. Con él, la Iglesia pasó de ser vista como un pintoresco fenómeno italiano a ser entendida como una riqueza global. Wojtyla transformó Roma en un cruce de caminos: en 25 años, pasó de haber 70 embajadores ante la Santa Sede a 178. Desde México a África, las Filipinas o Nueva Guinea Papua, hizo entender a los católicos lo rica que era la realidad de la Iglesia. Dio a su época un nuevo sentido de la justicia y del derecho humanitario. Roma pasó a ser sede de numerosas citas de pobres y conferencias para la resolución de conflictos".
En el otro lado de la balanza, fue gestándose en la curia la famosa suciedad de la Iglesia, de la que tanto ha hablado Joseph Ratzinger en estos últimos seis años. La herencia legada por el Papa polaco a su amigo alemán, mano derecha y guardián de la fe, incluye necesariamente los escándalos de pederastia encubiertos durante décadas por la jerarquía vaticana, y el hecho de que Wojtyla dejara las parroquias históricas vacías de sacerdotes y de fieles.
Los análisis ocupan un infinito arco de opiniones, desde la hagiografía comunicada por sus dos colaboradores más cercanos, el cardenal Stanislaw Dziwisz, que fue su secretario personal, y su portavoz, Joaquín Navarro-Valls, hasta las críticas más feroces. El premio a la claridad y la concisión se lo lleva la columnista de The New York Times Maureen Dowd, que ha escrito esta semana: "Santo, no tan deprisa. ¿Cómo puedes ser santo si no pudiste proteger a los niños inocentes?".
Misterios sin resolver quedan muchos. Di Giacomo no se explica "cómo los promotores han podido conservar la sangre del Papa para mostrarla ahora en una reliquia-ampolla como gran efecto especial, dado que está prohibido por la legislación canónica vigente". Y añade que "sería útil también que Dziwisz y Navarro explicaran cómo hizo Wojtyla en sus tres últimos días de vida, mientras estaba entubado y con la tráquea perforada, para nombrar 18 obispos, la mayor parte de los cuales se inscriben hoy entre las grandes vergüenzas de la Iglesia".
Las protestas contra la velocidad impresa por el Vaticano a la beatificación son numerosas. Los promotores han tratado de explicar que lo que está en juego son las virtudes heroicas del Papa, no su pontificado. Eso ha dicho el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos, cuando le han preguntado si la pederastia había sido tenida en cuenta en el proceso: "El pecado existe, nuestros pecados existen. Pero eso no impide la santidad de otros".
El monográfico de la revista de filosofía Micromega deja poco lugar a las dudas: "El gran oscurantista". Plumas como Hans Küng, Fernando Savater, Paolo Flores D'Arcais o Gianni Vattimo ponen el acento en la cercanía del papa polaco con el pederasta Maciel o el dictador Pinochet. El teólogo Küng dice que el milagro atribuido a él es cuando menos "controvertido, porque los médicos dudan que la monja sufriera verdaderamente esa enfermedad". Y denuncia "las lucrativas beatificaciones de masa" que impulsó Wojtyla, "a menudo con fines políticos ligados a las órdenes y a la Iglesia", entre ellas, la de Escribá, "hombre de dudosa santidad".
Desde una perspectiva opuesta, la de los tradicionalistas católicos, también han llovido críticas; los lefebvrianos de la Sociedad de San Pio X han afirmado que la beatificación será un serio obstáculo a su comunión con Roma, y han acusado a Juan Pablo II de ser un relativista por un encuentro ecuménico realizado en Asís en 1986.
Leonardo Sandri, el cardenal argentino que fue la voz del Papa durante sus dos últimos años de enfermedad, ha dado una explicación plausible a la prisa, realmente inédita en el escrupuloso Papa actual: la afinidad intelectual entre Wojtyla y Ratzinger. Según Sandri, "Ratzinger fue el Cireneo di Wojtyla. Entre Juan Pablo II y Benedicto XVI hay un vínculo, una simbiosis, como de dos pontificados que se completan en la manifestación continua del Verbo, de la inteligencia y de la transmisión de la fe".
El poder del Vaticano sigue marcado hoy por aquella polémica curia que, mientras el Papa viajaba, fue organizada por su secretario personal, Stanislaw Dziwisz. Nombres como Camillo Ruini, Angelo Sodano o Castrillón Hoyos han desaparecido del mapa oficial, pero mantienen su influencia en la sombra en comunión con gente como Velasio de Paolis, Rino Fisichella o Angelo Scola, afines a movimientos como el Opus Dei, Comunión y Liberación, la Comunidad de San Egidio, los Focolares o los Kikos, que tanto alentó Wojtyla y que, según Di Giacomo, "representan las alcantarillas de la Iglesia".
Síntomas de ese conflicto interno serían, según el biógrafo Zizola, "las negativas de cardenales clave del papado anterior, como Sodano o Sandri, a testificar en el proceso, lo que sugiere que la beatificación es una decisión de Ratzinger debida a su personal relación".
Multitudes
Los actos de la beatificación de Juan Pablo II se desarrollarán entre el sábado y el domingo.
- Peregrinos. Las cifras más cautas son del Vaticano: prevé 300 mil visitantes. La policía espera un millón.
- Casas reales. Cinco monarquías enviarán representantes: España, Bélgica, Reino Unido, Liechtenstein y Luxemburgo.
- España. Los príncipes de Asturias presidirán la delegación. También irán el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui; el vicepresidente tercero del Congreso, Jorge Fernández Díaz; y la vicepresidenta de Cataluña, Joana Ortega, entre otros.
- Delegaciones. 87 países han anunciado su presencia. Las de mayor rango -encabezadas por presidentes o primeros ministros-, son: México, Italia, Polonia, Albania, Andorra, Bosnia, Camerún, Congo, Estonia, Honduras, Macedonia, San Marino, Eslovaquia, Montenegro, Togo, Zimbabue, Croacia, Francia, Lituania, Mónaco y Hungría.
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