ENTREVISTA: PHILIP PULLMAN Escritor
"Ningún credo tiene derecho a sentirse ofendido"
PATRICIA TUBELLA
El buen Jesús y Cristo el malvado (Mondadori) es el provocador título de una fábula que desdobla la figura de Jesucristo en dos gemelos nacidos en Belén. El primero, sincero y carismático, abraza un mensaje social y moral, frente a un hermano manipulador que reescribe su vida para crear el armazón de una Iglesia poderosa. La crítica hacia las religiones organizadas es constante en la obra de Philip Pullman (Norwich, Inglaterra, 1946), erigido por jóvenes lectores en superventas gracias a la trilogía fantástica La materia oscura. Bestia negra de ciertos sectores religiosos que le acusan de promover el ateísmo, Pullman es también reconocido como uno de los grandes autores británicos de la posguerra. El dominical conservador Mail on Sunday llegó a calificarlo como "el autor más peligroso del Reino Unido", pero este escritor afincado en Oxford cuenta entre sus seguidores con el jefe espiritual de la Iglesia Anglicana, el arzobispo Rowan Williams. Jesús, según su nuevo libro, es un "humanista" despojado de rasgos divinos.
"No critico a la Iglesia porque mienta sino por buscar el poder"
Pregunta. ¿Mera ficción o un evangelio alternativo?
Respuesta. No, en absoluto. Se trata de una novela de ficción, con elementos alegóricos. Los evangelios están escritos para dictar a la gente lo que debe creer, y yo quiero hacer reflexionar al lector, porque la historia de Cristo no es la de Jesús.
P. ¿De dónde surge esa dualidad entre Jesús y Cristo?
R. La idea de que sean dos personas diferentes me permite mostrar lo que es y no es valioso en los evangelios. El Jesús de la Biblia es más interesante que el de la Iglesia, un hombre dulce y afable, no brusco y lleno de ira. Me parece trágico que la Iglesia intentara durante siglos evitar que la Biblia fuera leída, haciéndola solo accesible en latín para evitar que la gente se planteara preguntas.
P. Se ha jactado de la publicidad que le procuraron grupos como la Liga Católica de EE UU al promover el boicot de sus novelas por su "mensaje subliminal ateo".
R. Me complace, quiero que la gente se agite y piense. Nadie, ningún credo tiene el derecho a sentirse ofendido, por el bien de la libertad de expresión. Y también me refiero a la inmigración procedente de países musulmanes: deben aceptar que pueden ser ofendidos, esa es nuestra democracia. Mi consejo a cualquier escritor sería que no lea una crítica si no es capaz de aceptarla.
P. ¿Por qué arrastran una legión de seguidores novelas que, independientemente de sus cualidades literarias, cargan contra la Iglesia, como El código Da Vinci?
R. No se trata de un fenómeno nuevo. La gente busca en esos libros teorías conspirativas, códigos secretos, les atrae la idea de una verdad escondida.
P. Ha conseguido fama como autor de literatura juvenil. ¿A quién se dirige esta nueva obra?
R. No es un libro para niños. El lector ideal sería alguien que haya leído la Biblia y conozca la cristiandad (algunas referencias resultarían incomprensibles a lectores de otras confesiones), un cristiano abierto de mente.
P. Aunque se declara ateo desde la adolescencia, en su libro inserta elementos sobrenaturales, como los ángeles.
R. Los ángeles o demonios no existen, pero son útiles para el narrador. Mi crítica a la Iglesia no reside en que sostenga algo que no es cierto, sino en que busca con ello gran poder político.
P. Esa crítica no solo es aplicable a las iglesias.
R. Y la Rusia soviética es un buen ejemplo de ello. Ese absolutismo, la idea de que su verdad es la única. Mi crítica no se dirige solo a la Iglesia cristiana sino a todas las iglesias y a los sistemas políticos totalitarios.
P. Su Cristo constata una contradicción: sin la historia no habría Iglesia, y sin la Iglesia, Jesús sería olvidado. A pesar de todo, ¿la Iglesia es necesaria?
R. Es una paradoja difícil de reconciliar. ¿Es necesaria la religión? Debemos pensar en ello, y quizá concluyamos que la necesitamos. Pero cuando el clero tiene tanto poder se ve tentado a todo tipo de abusos, mire los escándalos en la Iglesia de Irlanda...
P. ¿Quién es el Jesús de su libro?
R. Un gran humanista. Le admiro como un hombre, porque eso es lo que era. Tenía un increíble poder con el lenguaje y era un genio como creador de metáforas. Pero una vez muerto, el resto fue inventado.
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