viernes, 2 de diciembre de 2011

La Europa de Merkel.

Merkel anuncia "años de dificultades" en Europa
La canciller defiende ante el Bundestag la reforma de los tratados de la UE
La jefa del Gobierno alemán coincide con Sarkozy en la necesidad de una unión fiscal
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Más de lo mismo, pero con premura. La canciller Angela Merkel insistió el viernes de nuevo en la necesidad de cambiar los tratados europeos. Tras advertir al pleno del Parlamento alemán (Bundestag) de que la solución a la crisis “no llegará con un solo golpe de efecto” sino solo tras “años de dificultades”, Merkel señaló que, más que a una crisis de deuda, Europa se enfrenta a una crisis de confianza. La democristiana compareció por la mañana vestida de negro riguroso y con un semblante preocupado. Puso énfasis en los “logros” alcanzados en dirección a una “unión fiscal” europea basada en la estabilidad. Dijo que los logros en ese sentido ya han sido notables. Merkel expresó también su reconocimiento a los esfuerzos de los ciudadanos de los países más afectados por la crisis, como España e Italia.

Fue un discurso con escaso énfasis y poco relieve. De la imprecisión de su contenido puede inferirse que Alemania y Francia siguen negociando a toda máquina antes de la presentación de sus planes conjuntos, que será el 5 de diciembre en París. Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, aspiran a fundar una “unión de estabilidad” para los Diecisiete. La canciller ha propuesto de nuevo que Europa aplique sanciones más rigurosas a los países que se salten los criterios de estabilidad. Merkel quiere que los incumplidores del pacto tengan que responder ante el Tribunal de Luxemburgo.

Para la canciller, que no improvisó una sola línea de su discurso, la crisis vino provocada por un fracaso “de la política”. Por eso dijo que se abstendrá de opinar sobre las decisiones del Banco Central Europeo (BCE) en la crisis de la deuda. Una de las propuestas más extendidas para mitigar los efectos de la crisis es la compra de bonos a gran escala por parte del BCE. Sin oponerse a ello abiertamente, Merkel recordó que “el mandato del BCE no es el mismo de la Reserva Federal de Estados Unidos”, sino que fija la vigilancia sobre los precios y la estabilidad monetaria como prioridad más alta.

Eurobonos
El Gobierno alemán se había opuesto a la compra sin límite de bonos de los países más afectados por la deuda. Sin embargo, los avances hacia la “unión fiscal” que expuso el viernes ante los diputados alemanes podrían servir de explicación para un cambio de parecer a este respecto. Su alusión en la “independencia” del BCE puede valorarse en es mismo sentido: si el BCE comprara deuda soberana de los países en crisis, Merkel podría aducir que el banco emisor ha tomado la decisión de forma independiente.

Para que esto suceda, es crucial la colaboración del Consejo de Gobierno del BCE y en particular la de su presidente, el italiano Mario Draghi. Francia presiona desde hace meses para que el Eurobanco saque el bazuca para neutralizar el encarecimiento de los créditos a España e Italia. No es de esperar que el BCE anuncie a bombo y platillo la posible decisión de ampliar el programa de compra de bonos europeos, en marcha desde mayo de 2010, para adquirir deuda ilimitadamente. Pero los analistas esperan que esta sea la consecuencia de los esfuerzos negociadores en pos de una mayor integridad y disciplina fiscal entre los 17.Se espera que el primer ministro italiano Mario Monti anuncie en los próximos días un ambicioso plan de austeridad que facilite un acuerdo.

Fondo de estabilidad
Otro pilar de las negociaciones es el fondo de estabilidad europeo. Los ministros de Hacienda de la Unión acordaron reforzar su capacidad operativa, que al principio fue de 440.000 millones de euros. Ahora toca, según dijo Merkel en Berlín, “hacer todo lo que se pueda” para ampliar su potencia. La canciller ha descartado de nuevo la emisión de deuda conjunta en Europa, los llamados eurobonos. Mientras no haya una institución común que decida los presupuestos de los socios, esta medida es impensable para Merkel. Según dijo, ahora no hay planes para cambiar Europa de forma tan fundamental. Además, añadió, cuando los acuerdos logren su objetivo de equipara las políticas fiscales de los socios, “los eurobonos no serán necesarios”. Merkel prometió a los diputados que el Gobierno no recortará la soberanía del Parlamento.

Al final, la canciller volvió a vincular el futuro del euro con el futuro de Europa. Recordó a los ciudadanos los “enormes beneficios” obtenidos por Alemania de la moneda común: “Nos estamos jugando mucho, especialmente los alemanes, pero estamos “en el buen camino". El lunes lo revelará con Sarkozy.

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