Alcaldesa, que no te enteras
Pese al cambio de jefes, las escaramuzas continúan entre la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid
En el Partido Popular de Madrid, las escaramuzas son tan antiguas
como famosas. Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón vivían una
relación política a base de mandobles, matizados por algunos besos de
circunstancias, durante el tiempo en que mandaron en la Comunidad y en
el Ayuntamiento de Madrid, respectivamente. Ahora resulta que sus
herederos les imitan, con menos fineza todavía. Porque, ¿cómo se le
queda el cuerpo a los cientos de miles de votantes madrileños del PP
cuando escuchan decir a Ignacio González, presidente de la Comunidad,
que Ana Botella “no se entera” de lo que está pasando y que le dará
explicaciones “si le llama”? Parece que no quiere tomar él la
iniciativa, a ver qué se ha creído esta señora, por muy esposa que sea
de José María Aznar... Un ejemplo de cómo van las cosas en el seno de
esa clase política tan preocupante para los ciudadanos, a juzgar por las
encuestas.
Lo peor es que los últimos episodios arrancan de una tragedia, la del estadio Madrid Arena. Hubo críticas desde la Comunidad hacia el Ayuntamiento, seguidas de artillería mediática contra la alcaldesa por haberse marchado a una celebración familiar en los días siguientes. Salió a la palestra Esperanza Aguirre, mentora de Ignacio González, exhortando a descubrir toda la verdad del Madrid Arena “caiga quien caiga”. Y la alcaldesa ha contestado atizando su firma contra el plan de la Comunidad de Madrid para desmantelar —dicen unos— o cambiar de uso —afirma la Comunidad— el hospital de la Princesa. Botella tiene razones para el gesto que ha realizado: ese centro sanitario atiende a distritos céntricos de la capital. Y aunque el mundo de los seguros médicos privados ha avanzado mucho, no todos disponen de esa vía alternativa y siempre viene muy bien tener a mano el hospital público de toda la vida. Otros ven en el gesto de Botella una defensa contra presuntas intenciones de los de Aguirre para conquistar la alcaldía.
Mientras, las tropas asisten atónitas a la nueva pelea de jefes en el PP. No hay como tener controlado el voto frente a otros partidos para que florezcan cien guerras intestinas.
Lo peor es que los últimos episodios arrancan de una tragedia, la del estadio Madrid Arena. Hubo críticas desde la Comunidad hacia el Ayuntamiento, seguidas de artillería mediática contra la alcaldesa por haberse marchado a una celebración familiar en los días siguientes. Salió a la palestra Esperanza Aguirre, mentora de Ignacio González, exhortando a descubrir toda la verdad del Madrid Arena “caiga quien caiga”. Y la alcaldesa ha contestado atizando su firma contra el plan de la Comunidad de Madrid para desmantelar —dicen unos— o cambiar de uso —afirma la Comunidad— el hospital de la Princesa. Botella tiene razones para el gesto que ha realizado: ese centro sanitario atiende a distritos céntricos de la capital. Y aunque el mundo de los seguros médicos privados ha avanzado mucho, no todos disponen de esa vía alternativa y siempre viene muy bien tener a mano el hospital público de toda la vida. Otros ven en el gesto de Botella una defensa contra presuntas intenciones de los de Aguirre para conquistar la alcaldía.
Mientras, las tropas asisten atónitas a la nueva pelea de jefes en el PP. No hay como tener controlado el voto frente a otros partidos para que florezcan cien guerras intestinas.
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