Mourinho se queja de que nadie se queje
Artículos de Alfredo Relaño
Alfredo Relaño | 25/11/2012
La cuenta sale sola: si el Barça gana esta noche (Canal +, no se lo
pierdan) en el campo del Levante, se acostará a once puntos. Cualquier
otro resultado sería un alivio para el Madrid, pero no dejaría de hacer
evidente que algo huele a habitación cerrada en ese club. El Betis le
ganó con poco. Con un estupendo gol de Beñat, que alivia en el alma
bética las cinco puñaladas del Sevilla, con la disposición general y con
la seguridad de Adrián, al que Mel mantuvo acertadamente pese a su
desparramo en el derbi. Pero no fue un buen Betis. Peleón, pero sin
juego. Lo que pasó fue que el Madrid fue muy malo.
Y eso que empezó bien, estupendamente bien. Hasta el gol del Betis, el Madrid estaba jugando con aplomo y seguridad, mandando y borrando al Betis del campo. Pero tras el gol de Beñat, en realidad uno de esos accidentes que a veces se producen en el fútbol, se ofuscó. Fue algo instantáneo. El Madrid se puso a hacerlo todo con una prisa loca, ese tipo de prisa que te invade cuando quedan cinco minutos y se escapa una final. Y atacó desordenadamente, a balonazos, sin criterio, descubriéndose atrás de una forma clamorosa que el Betis no supo aprovechar. Un verdadero descalzaperros.
Aún así pudo ganar, porque cuando el Madrid achucha pasan cosas. Pasó que una vez, una sola vez, Benzema no estuvo en fuera de juego y el linier creyó que sí. Pasó también que el último malón del Madrid acabó con el balón rebotando en la mano de Nosa, en el área del Betis. Por mucho menos hemos visto penaltis. Esas jugadas pudieron cambiar el partido, pero el Madrid tampoco está de suerte con los árbitros, aunque no me comparen esto con lo de Rocchi. Al menos, lo del árbitro, junto a lo del calendario, le sirvió a Mourinho para quejarse de que nadie se queja. Recadito al club. Ay, ay, ay...
Y eso que empezó bien, estupendamente bien. Hasta el gol del Betis, el Madrid estaba jugando con aplomo y seguridad, mandando y borrando al Betis del campo. Pero tras el gol de Beñat, en realidad uno de esos accidentes que a veces se producen en el fútbol, se ofuscó. Fue algo instantáneo. El Madrid se puso a hacerlo todo con una prisa loca, ese tipo de prisa que te invade cuando quedan cinco minutos y se escapa una final. Y atacó desordenadamente, a balonazos, sin criterio, descubriéndose atrás de una forma clamorosa que el Betis no supo aprovechar. Un verdadero descalzaperros.
Aún así pudo ganar, porque cuando el Madrid achucha pasan cosas. Pasó que una vez, una sola vez, Benzema no estuvo en fuera de juego y el linier creyó que sí. Pasó también que el último malón del Madrid acabó con el balón rebotando en la mano de Nosa, en el área del Betis. Por mucho menos hemos visto penaltis. Esas jugadas pudieron cambiar el partido, pero el Madrid tampoco está de suerte con los árbitros, aunque no me comparen esto con lo de Rocchi. Al menos, lo del árbitro, junto a lo del calendario, le sirvió a Mourinho para quejarse de que nadie se queja. Recadito al club. Ay, ay, ay...
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