jueves, 21 de abril de 2011

México homenajea a Octavio Paz.

Ensayista, filósofo, diplomático, escéptico y, sobre todo, poeta, el mexicano más universal, Octavio Paz. Un hombre que jugaba con el lenguaje porque con él era capaz de disolver los significados y de vaciar los nombres de contenido. Para Paz, la poesía sugería "lo que tenemos en la punta de la lengua y se desvanece antes de ser dicho". Y la escritura era su gran resignación, eso que llamaba, sin lamentarse, el "residuo verbal".

El único Nobel de Literatura mexicano murió hace 13 años, a los 84. En este aniversario, México lo recuerda convocando a un escuadrón de escritores, poetas y artistas plásticos a que lean un fragmento de su obra en 11 estados del país. "Para nosotros es fundamental volver a escuchar las palabras de Paz porque nos llenan de esperanza y belleza nuestra vida cotidiana. Y en estos tiempos que corren hay que recuperar su afán por encontrar en las palabras una vida posible, una vida mejor", explicó Socorro Venegas, directora de las Salas de Lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, institución que quiere que los actos lo acerquen a lectores nuevos, especialmente a los jóvenes.

El homenaje en la Ciudad de México fue austero, una ceremonia entre amigos en el barrio de Mixcoac, donde pasó su infancia. Él y su madre se refugiaron allí, mientras su padre combatía con Emiliano Zapata en la Revolución, y gracias a ello descubrió la poesía junto a su abuelo paterno. Sus intereses literarios se manifestaron de manera precoz y publicó su primer poema a los 17 años. Paz no echó raíces en ningún movimiento y siempre experimentó. Su poesía se adentró en los terrenos del erotismo, la experimentación y la reflexión sobre el destino del hombre.

Lucidez y memoria
También es esencial su contribución ensayística. Sus discípulos y amigos, como el escritor Álvaro Enrigue, aseguran que una de las mayores pérdidas con su muerte fue su lucidez. "Falta una voz que piense en términos cosmopolitas y con la memoria poética e histórica que él tenía. Alguien que nos ayude a ver dónde estamos y a articular la situación en la que está México ahora", explica Enrigue sobre el hombre que desempeñó un papel muy importante en la modernización de la cultura mexicana y en la apertura del país a las corrientes internacionales en el pensamiento y la estética.

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