miércoles, 6 de abril de 2011

Somos más.

Escrito por: Ángeles Mastretta


Cuando uno de los muertos que nombramos en números, nos enseña su nombre en la voz de su padre, al que oímos hablar con un dolor que espanta, la tragedia en la que sobrevive nuestro país nos atraviesa de golpe, otra vez, con más pena que tantas otras veces.

No nombro a diario esta desgracia porque pienso que asustar a los otros con nuestro espanto no es hacer bien, es sólo hacer ruido. Sin embargo, tampoco se puede iluminar el mundo con la pura esperanza. Javier Sicilia nos pide que vayamos a las calles de todo el país a protestar, a encender velas, a pedir paz. Eso haremos, aunque no sepamos el nombre preciso de nuestros enemigos. Porque brotan a diario como espejos.

¿Quién nos oirá? ¿Alguien tendrá piedad o miedo de nuestras voces? No nos queda sino el tal vez, sino el deseo, sino la compasión. Ha pedido Javier Sicilia, con su hijo muerto y su último poema, que paremos el odio. Que pidamos tregua.

Eso estamos haciendo. Muchos desde hace mucho tiempo. Miles con las preguntas como heridas: sabemos tan poco. ¿Quiénes son estos que así matan? ¿En dónde están? ¿Por qué parece como si brotaran de nuevo, cada día? ¿Tienen mujer, hermanos, hijos? ¿Tienen padres? Sin duda tienen cómplices. Porque en alguna casa duermen quienes descansan su barbarie antes de volver sobre ella. Algo comen, con alguien beben. Se ha ido pudriendo el mundo a nuestro alrededor. Y somos tantos los que eso no queremos. Somos más. Somos más, hay que pensar mientras andamos, cuando tan impotentes nos sentimos. Somos más.

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