Bajo el envoltorio color de rosa del amor, se esconde el interés y la conveniencia de toda relación sentimental. Aun en aquellos amores juveniles en donde todo es color de rosa, tiene su lado interesado poco visible. En los amores maduros, el planteamiento es claro, sin dobleces: "Yo quiero que me mantengas".
En La Red se habla mucho de amor, disimulando cualquier atisbo de conveniencia por parte de la seductora o seductor en turno. Pero pese a ese discurso amoroso la búsqueda de ese compañero anhelado en la Internet, se hace ahí de un modo pragmático y racional.
En realidad, la búsqueda es la unión de conveniencia, pero procurando que se parezca al gran amor, porque las uniones razonables se ofrecen como premios de consolación, una forma de planificar la propia vida muy alejada del sueño de la pasión amorosa que haría olvidar el caos de este mundo.
La elección de pareja en La Red se hacen según criterios racionales, prácticos e incluso cínicos. Lo que se busca es menos una complemetariedad afectiva y emocional que práctica y social.
Queremos fervientemente creer en un amor desinteresado, pero cualquier relación presenta un aspecto comercial. Aun cuando se antepongan los sentimientos, se trata de un intercambio tal cual, como antes lo era la alianza de una mujer en el hogar con un hombre protector y proveedor. Pero actualmente el mercado del intercambio ha cambiado y a las mujeres no siempre les salen bien las cuentas, porque los hombres son apenas proveedores y protectores.
La selección de pareja se hace entonces con criterios que se asemejan a la selección de personal en una empresa, hurgando hasta el fondo del currículum del prospecto. Como en la vida profesional, la enorme presión que se ejerce obliga a los individuos a venderse permanentemente, como productos estándar y sustituibles.
Uno no se presenta como un individuo único, sino como una mercancía que habrá que hacer valer mediante una atractiva presentación o un envoltorio seductor para encontrar un buen comprador.
Se pone así en marcha un despiadado "casting", donde se evalúan a los candidatos sin ninguna misericordia. Hay que presenta un aire dinámico para pasar la barrera del otro.
Existen hombres recién divorciados que se anuncian así: " busco mujer que se ocupe de mis hijos, cuya custodia he conseguido". Aquí se selecciona a la primera que se ofrezca, no hay más requisitos de belleza o de otras cualidades.
Al mismo tiempo, la vida se le ha puesto difícil a las representaciones e imágenes tradicionales de una pareja. las mujeres siguen buscando hombres viriles, fuertes, firmes, superiores, con todas las características del machismo, que sin embargo ellas dicen rechazar.
Los hombres se muestran muy precisos en lo que desean de una mujer acerca de sus atractivos físicos, además las quieren jóvenes aunque ellos tengas más de cincuenta años, con el deseo de fundar una nueva familia.
Al final todo se reduce inconscientemente a lo siguiente: "yo te doy esto y esto; ¿y tú que me das a mi?
El panorama de los encuentros en La Red y fuera de ella, es claro y práctico, es racional e interesado. La conveniencia material va primero que la creación de cualquier tipo de lazo afectivo, y así ha sido este asunto de las parejas a lo largo de los últimos tres siglos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario