Por Bolívar Hernández.
Cuento corto. Hace más de 30 años me fui a vivir una larga temporada a la selva chiapaneca, en una zona muy próxima a la frontera con Guatemala, lo que me permitía ver a la distancia la Sierra Madre, Los Cuchumatanes guatemaltecos. Mi nostalgia por la tierra de mi juventud y de mis primero amores, me hacía suspirar y añorar el volver. Varias veces transpuse la frontera de manera clandestina provoc...ándome un gran gozo interior. En esa región todo es igual de un lado y otro de la frontera: el paisaje y la gente, y sus costumbres. En esa dura estancia por la selva, era frecuente el encuentro con los 'chapines', indígenas guatemaltecos dedicados a un comercio ambulante binacional. Los encontraba en los poderosos ríos Usumacinta y Grijalva, cargados de mercancías en balsas pequeñas.
Mi emoción y alegrías eran notorias para ellos, a los que interrogaba largamente acerca de lo que sucedía en Guatemala con relación al conflicto armado, entre las guerrillas y el Ejército. Por ellos supe de primera mano de las masacres a las comunidades indígenas, del exterminio de algunas étnias quichés, que siempre se les ha calificado de genocidio. Hoy que he vuelto al país después de una ausencia física de 45 años, me encuentro con la noticia de que en Guatemala nunca hubo genocidio por parte del Ejercito, es una simple leyenda rural. No sé si estoy soñando o la historia la borraron los asesinos.ue no existió
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