De Shakespeare a los Beatles
La ceremonia inaugural recorrerá las grandes cumbres de la cultura británica
El espectáculo principal arrancará con imágenes de James Bond en Buckingham
La pelota ya rueda por los campos de fútbol pero los Juegos Olímpicos
arrancarán de verdad este viernes, cuando a las 20.12 horas (una hora
más en la España peninsular), es decir, las 2012, empiecen a tañer las
campanas de todo Londres, desde el Big Ben al HMS Ocean —el buque de la
armada británica fondeado en Greenwich— o la gigantesca campana fundida
en Whitechapel para este ceremonia inaugural.
Tras un aperitivo de 45 minutos, a las nueve empezará el verdadero espectáculo de la ceremonia inaugural, que aparentemente arrancará con imágenes de una película de James Bond en el palacio de Buckingham y la llegada en helicóptero al estadio olímpico del actor Daniel Craig encarnando al personaje.
Arrancarán así tres horas de espectáculo ideadas no sin cierta polémica por el director de cine Danny Boyle, que se convirtió en mito con la película Trainspotting y se hizo famoso al ganar el Oscar de Hollywood con Slumdog Millionaire. Tres horas que Boyle aprovechará para recrearse en la historia de Reino Unido a partir de La Tempestad de Shakespeare y dando un paseo por la campiña inglesa, por la revolución industrial o por mitos nacionales como el NHS, el servicio de salud pública.
En los diversos ensayos generales celebrados estos días, Boyle le ha
pedido un voto de secreto y silencio al público que ha tenido la fortuna
de asistir como extras llenando las gradas del estadio. Un voto “para
no estropear la sorpresa”. Aunque durante unos minutos ha habido unas
imágenes clandestinas colgadas en Internet, el secreto se ha guardado
bastante bien. La organización ha difundido una filmación que dura unos
pocos segundos en la que se ve a unas enfermeras y varios enfermos
saltando de forma frenética encima de camas de hospital, dos escenas de
danza y unos ciclistas pedaleando mientras a la espalda van agitando
unas alas de mariposa. No demasiadas pistas, en realidad.
Se espera mucha música y mucha danza, con 15.000 voluntarios enfrentándose al reto de competir con la espectacular apertura de Pekín hace cuatro años. Se espera a sir Paul McCartney, como casi siempre. Al actor Kenneth Branagh leyendo a Shakespeare. La música de tantos y tantos grupos y solistas que ha dado Reino Unido, desde los Rolling Stones, a los Who, David Bowie, Blur, Duran Duran, The Clash o Amy Winehouse.
Se espera también el canto siempre emocionante del poema Jerusalén, de William Blake. No faltará —no podía faltar— David Beckham, el acaramelado futbolista ya entrado en años cuya imagen tanto hizo para que Londres ganara contra pronóstico la organización de estos Juegos y cuya ausencia del equipo olímpico de Gran Bretaña solo es entendida por el entrenador que le dejó fuera y unos pocos puristas que están de acuerdo con él.
No faltará la reina Isabel II, en quien recaerá al final la tarea de dar por inaugurados los Juegos de la trigésima Olimpiada. Antes se habrá desarrollado el ritual de todos los Juegos: la cabalgata de deportistas; el discurso del presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge; la entrada de la bandera olímpica, que será izada al son de los acordes del himno olímpico; el juramento de fidelidad al espíritu olímpico; el encendido de la antorcha.
A la ceremonia inaugural se espera que asistan una cuarentena de jefes de Estado o de Gobierno y que más de 100 comparezcan en un momento u otro a lo largo de los Juegos. A la apertura está confirmada públicamente la asistencia de la reina Sofía de España; la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; el presidente italiano Georgio Napolitano; el francés François Hollande, entre otros.
Se espera también a la canciller alemana, Angela Merkel. La primera dama, Michelle Obama, encabezará la representación de Estados Unidos. Estará también el candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, que antes de su llegada a Londres ha armado un pequeño revuelo al cuestionar en una televisión de su país que Londres esté en condiciones de organizar los Juegos. Tras entrevistarse en Downing Street con el primer ministro británico, David Cameron, Romney ha intentado deshacer el entuerto.
Tras un aperitivo de 45 minutos, a las nueve empezará el verdadero espectáculo de la ceremonia inaugural, que aparentemente arrancará con imágenes de una película de James Bond en el palacio de Buckingham y la llegada en helicóptero al estadio olímpico del actor Daniel Craig encarnando al personaje.
Arrancarán así tres horas de espectáculo ideadas no sin cierta polémica por el director de cine Danny Boyle, que se convirtió en mito con la película Trainspotting y se hizo famoso al ganar el Oscar de Hollywood con Slumdog Millionaire. Tres horas que Boyle aprovechará para recrearse en la historia de Reino Unido a partir de La Tempestad de Shakespeare y dando un paseo por la campiña inglesa, por la revolución industrial o por mitos nacionales como el NHS, el servicio de salud pública.
A las nueve empezará la ceremonia, que parece
que arrancará con imágenes de una película de James Bond en el palacio
de Buckingham
Se espera mucha música y mucha danza, con 15.000 voluntarios enfrentándose al reto de competir con la espectacular apertura de Pekín hace cuatro años. Se espera a sir Paul McCartney, como casi siempre. Al actor Kenneth Branagh leyendo a Shakespeare. La música de tantos y tantos grupos y solistas que ha dado Reino Unido, desde los Rolling Stones, a los Who, David Bowie, Blur, Duran Duran, The Clash o Amy Winehouse.
Se espera también el canto siempre emocionante del poema Jerusalén, de William Blake. No faltará —no podía faltar— David Beckham, el acaramelado futbolista ya entrado en años cuya imagen tanto hizo para que Londres ganara contra pronóstico la organización de estos Juegos y cuya ausencia del equipo olímpico de Gran Bretaña solo es entendida por el entrenador que le dejó fuera y unos pocos puristas que están de acuerdo con él.
No faltará la reina Isabel II, en quien recaerá al final la tarea de dar por inaugurados los Juegos de la trigésima Olimpiada. Antes se habrá desarrollado el ritual de todos los Juegos: la cabalgata de deportistas; el discurso del presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge; la entrada de la bandera olímpica, que será izada al son de los acordes del himno olímpico; el juramento de fidelidad al espíritu olímpico; el encendido de la antorcha.
A la ceremonia inaugural se espera que asistan una cuarentena de jefes de Estado o de Gobierno y que más de 100 comparezcan en un momento u otro a lo largo de los Juegos. A la apertura está confirmada públicamente la asistencia de la reina Sofía de España; la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; el presidente italiano Georgio Napolitano; el francés François Hollande, entre otros.
Se espera también a la canciller alemana, Angela Merkel. La primera dama, Michelle Obama, encabezará la representación de Estados Unidos. Estará también el candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, que antes de su llegada a Londres ha armado un pequeño revuelo al cuestionar en una televisión de su país que Londres esté en condiciones de organizar los Juegos. Tras entrevistarse en Downing Street con el primer ministro británico, David Cameron, Romney ha intentado deshacer el entuerto.
Un estadio lleno de dirigentes
La inauguración reunirá a presidentes, primeros ministros, políticos y reyes. Estos serán los dirigentes presentes en la grada.- España: reina Sofía .
- Alemania: Angela Merkel (canciller).
- EE UU: Michelle Obama (esposa del presidente).
- Gran Bretaña: David Cameron (primer ministro) y miembros de la familia real como Isabel II y el príncipe Guillermo y su esposa, Catalina.
- Brasil: Dilma Rousseff (presidenta).
- Italia: Giorgio Napolitano (presidente).
- Francia: François Hollande (presidente).
- Japón: Yoshihiko Noda (primer ministro).
- Mónaco: príncipe Alberto.
- Rusia: Dimitri Medvedev (presidente).
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