J. K. Rowling se hace mayor a golpe de sátira social y política
El debú en la novela adulta de la madre de Harry Potter llega hoy a las librerías
El mayor acontecimiento editorial del año en el Reino Unido, al menos
en cuanto a sus réditos comerciales, vuelve a llevar la firma de J. K.
Rowling, cuyo nuevo libro ya ha sido encargado por un millón de lectores
en la antesala de su salida hoy a la venta. Tal es la expectación
generada por el título The Casual Vacancy que muchas librerías
han decidido anticipar la apertura de sus puertas a las ocho de la
mañana, en un ritual que viene replicándose desde hace tres lustros
cuando se trata de la “madre de Harry Potter”. El exitoso niño mago, sin
embargo, es por primera vez el ingrediente ausente de esa ecuación,
porque la autora británica se estrena con una novela para adultos que va
a poner a prueba el toque mágico de su talla literaria.
El éxito de la saga de Harry Potter, de las siete entregas que han vendido 450 millones de copias en el mundo y de su traslación cinematográfica, puede ser un arma de doble filo. La atención suscitada por la primera incursión de Rowling fuera de los confines adolescentes y juveniles del colegio Hogwarts le augura la condición de superventas, aunque también un severo escrutinio de la crítica. “Estoy orgullosa del libro, me gusta mucho y eso es lo que cuenta”, ha zanjado en sendas entrevistas con el diario The Guardian y la BBC, enmarcadas en una estrategia publicitaria que mide al milímetro sus declaraciones públicas.
La editorial Little Brown solo permitió que se revelara lo justo antes de que los compradores se hicieran desde esta mañana con un ejemplar de The Casual Vacancy, la narración en clave de humor negro de las desavenencias que suscitan unas elecciones locales entre los vecinos de un pueblecito de la plácida Inglaterra rural. A resultas de ese secretismo, los empleados de los puntos de venta no han podido desplegar los ejemplares de la obra en estanterías y escaparates hasta apenas minutos antes de la entrada de los clientes, mientras un puñado de críticos tuvo que firmar los preceptivos documentos de confidencialidad para recibir el libro hace menos de una semana.
Frente al universo fantástico y potteriano que decidiera zanjar en 2007, convertida en una autora más rica que la propia reina Isabel II, J. K. Rowling recrea en The Casual Vacancy la realidad social y política de su país con una sátira que carga contra los prejuicios de clase y reivindica a quienes viven en sus márgenes. Como ella misma en su juventud, una madre divorciada que subsistió gracias a las ayudas sociales en Edimburgo, antes de que un editor le comprara el manuscrito de la primera entrega de Harry Potter (1997) por menos de 3.000 euros.
Una etapa menos conocida de su singladura es la difícil adolescencia vivida en un pueblo del condado de Gloucestershire (sudoeste de Inglaterra), Tutshill, un lugar del que siempre quiso huir (a su madre le diagnosticaron esclerosis múltiple, y nunca se entendió con su padre), y cuyo perfil es casi calcado al escenario de la novela, el enclave ficticio de Pagford. El argumento se centra en la súbita muerte de un concejal y las intrigas que suscitan los comicios para designar a su reemplazo, considerado por muchos de los residentes de clase media como una oportunidad para deshacerse de un sector del municipio habitado por seres marginados y receptores de la ayuda del Estado.
Militante laborista y multimillonaria que paga religiosamente sus impuestos en apoyo del estado del bienestar, la autora construye con su libro una metáfora del clasismo inherente en la sociedad británica y la ignorancia de unas élites “que creen saber lo que es mejor para todos los demás”. Empezó a escribirlo hace cinco años, cuando el gobierno conservador todavía no había arribado al poder (2010), pero considera que su temática es hoy, cuando David Cameron ejerce de primer ministro, “más relevante” que nunca.
La autora explicará en persona sus motivaciones durante una comparecencia pública esta tarde en una sala londinense, que incluirá la lectura de pasajes de su nueva obra, una rueda de preguntas y respuestas, y la firma de un único ejemplar por asistente. Las entradas se agotaron a las 48 horas de ponerse a la venta y desde entonces su precio (12 euros) se ha multiplicado en el portal eBay. Rowling ha admitido que “lo peor que puede pasar es que todo el mundo diga que debería haber seguido escribiendo para niños”, si bien apostilla que siendo “la escritora más libre del mundo”, y cuando “todo el mundo sabe que puedo pagar mis facturas”, en el fondo “puedo hacer lo que me plazca”. En su momento barajó firmar con un pseudónimo, pero acabó optando por dar la cara frente a la crítica, porque al fin y al cabo ha escrito la novela “exactamente como quería”.
El éxito de la saga de Harry Potter, de las siete entregas que han vendido 450 millones de copias en el mundo y de su traslación cinematográfica, puede ser un arma de doble filo. La atención suscitada por la primera incursión de Rowling fuera de los confines adolescentes y juveniles del colegio Hogwarts le augura la condición de superventas, aunque también un severo escrutinio de la crítica. “Estoy orgullosa del libro, me gusta mucho y eso es lo que cuenta”, ha zanjado en sendas entrevistas con el diario The Guardian y la BBC, enmarcadas en una estrategia publicitaria que mide al milímetro sus declaraciones públicas.
La editorial Little Brown solo permitió que se revelara lo justo antes de que los compradores se hicieran desde esta mañana con un ejemplar de The Casual Vacancy, la narración en clave de humor negro de las desavenencias que suscitan unas elecciones locales entre los vecinos de un pueblecito de la plácida Inglaterra rural. A resultas de ese secretismo, los empleados de los puntos de venta no han podido desplegar los ejemplares de la obra en estanterías y escaparates hasta apenas minutos antes de la entrada de los clientes, mientras un puñado de críticos tuvo que firmar los preceptivos documentos de confidencialidad para recibir el libro hace menos de una semana.
Frente al universo fantástico y potteriano que decidiera zanjar en 2007, convertida en una autora más rica que la propia reina Isabel II, J. K. Rowling recrea en The Casual Vacancy la realidad social y política de su país con una sátira que carga contra los prejuicios de clase y reivindica a quienes viven en sus márgenes. Como ella misma en su juventud, una madre divorciada que subsistió gracias a las ayudas sociales en Edimburgo, antes de que un editor le comprara el manuscrito de la primera entrega de Harry Potter (1997) por menos de 3.000 euros.
Una etapa menos conocida de su singladura es la difícil adolescencia vivida en un pueblo del condado de Gloucestershire (sudoeste de Inglaterra), Tutshill, un lugar del que siempre quiso huir (a su madre le diagnosticaron esclerosis múltiple, y nunca se entendió con su padre), y cuyo perfil es casi calcado al escenario de la novela, el enclave ficticio de Pagford. El argumento se centra en la súbita muerte de un concejal y las intrigas que suscitan los comicios para designar a su reemplazo, considerado por muchos de los residentes de clase media como una oportunidad para deshacerse de un sector del municipio habitado por seres marginados y receptores de la ayuda del Estado.
Militante laborista y multimillonaria que paga religiosamente sus impuestos en apoyo del estado del bienestar, la autora construye con su libro una metáfora del clasismo inherente en la sociedad británica y la ignorancia de unas élites “que creen saber lo que es mejor para todos los demás”. Empezó a escribirlo hace cinco años, cuando el gobierno conservador todavía no había arribado al poder (2010), pero considera que su temática es hoy, cuando David Cameron ejerce de primer ministro, “más relevante” que nunca.
La autora explicará en persona sus motivaciones durante una comparecencia pública esta tarde en una sala londinense, que incluirá la lectura de pasajes de su nueva obra, una rueda de preguntas y respuestas, y la firma de un único ejemplar por asistente. Las entradas se agotaron a las 48 horas de ponerse a la venta y desde entonces su precio (12 euros) se ha multiplicado en el portal eBay. Rowling ha admitido que “lo peor que puede pasar es que todo el mundo diga que debería haber seguido escribiendo para niños”, si bien apostilla que siendo “la escritora más libre del mundo”, y cuando “todo el mundo sabe que puedo pagar mis facturas”, en el fondo “puedo hacer lo que me plazca”. En su momento barajó firmar con un pseudónimo, pero acabó optando por dar la cara frente a la crítica, porque al fin y al cabo ha escrito la novela “exactamente como quería”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario