Rajoy rechaza el 25-S y alaba “a la mayoría silenciosa que no se manifiesta”
Carga en Nueva York contra Mas por anteponer “intereses de vuelo corto” al bien común
Alaba a los ciudadanos "que no salen en las portadas de la prensa y ni abren los telediarios"
A Rajoy no le ha gustado que su campaña en Nueva York para recuperar la credibilidad de España se haya visto arruinada por las imágenes de las cargas policiales contra los manifestantes que rodearon el martes el Congreso y que la apuesta soberanista del presidente catalán Artur Mas haya eclipsado el respiro que los mercados dieron al bono español.
El presidente ha aprovechado esta tarde su conferencia en la Americas Society/Council of the Americas, un club dedicado a fomentar las relaciones con el mundo hispano, para contraponer a quienes se manifiestan contra los recortes con la mayoría silenciosa que, a su juicio, asume los sacrificios sin quejarse. Y ha criticado también a los que anteponen sus “intereses de vuelo corto” al empeño común por salir de la crisis.
“Permítanme que haga aquí en Nueva York un reconocimiento a la mayoría de españoles que no se manifiestan, que no salen en las portadas de la prensa y que no abren los telediarios. No se les ven, pero están ahí, son la mayoría de los 47 millones de personas que viven en España. Esa inmensa mayoría está trabajando, el que puede, dando lo mejor de sí para lograr ese objetivo nacional que nos compete a todos, que es salir de esta crisis”, ha declarado, en referencia a las imágenes de los “indignados” españoles que proliferan en los medios de comunicación internacionales.
Pero su diatriba no se ha limitado a los manifestantes. “Si ellos [la mayoría silenciosa] están a la altura de la gravedad del momento que vivimos, creo que quienes ocupamos el espacio público, el Gobierno, el resto de las administraciones, los partidos políticos, el que apoya al Gobierno y la oposición, los medios de comunicación y los sindicatos deben estar a la altura de la sociedad y no estropear con intereses de vuelo corto la grandeza del comportamiento de nuestros compatriotas”, ha añadido, en alusión apenas velada a Mas.
La crisis española, la económica y la política, han perseguido a Rajoy en EE UU. Poco importa que el presidente solo haya admitido dos preguntas de los periodistas, el domingo a su llegada al hotel. The New York Times publicó un sombrío reportaje obre la situación social española —con mendigos rebuscando comida en la basura y familias desahuciadas— al día siguiente de que el Rey visitara su redacción; mientras que el presidente estaba en la sede de The Wall Street Journal mientras Madrid era escenario de una batalla campal. Incluso se topó con dos decenas de manifestantes independentistas a su llegada a la conferencia. En esas condiciones, poco importa que, como subrayó, su Gobierno disfrute de una holgada mayoría absoluta o que empresas españolas acometan proyectos de la envergadura del AVE a la Meca o la ampliación del Canal de Panamá. “La percepción de la imagen de España no se corresponde con la realidad”, se lamenta. Y la culpa la tienen los demás.
El presidente ha aprovechado esta tarde su conferencia en la Americas Society/Council of the Americas, un club dedicado a fomentar las relaciones con el mundo hispano, para contraponer a quienes se manifiestan contra los recortes con la mayoría silenciosa que, a su juicio, asume los sacrificios sin quejarse. Y ha criticado también a los que anteponen sus “intereses de vuelo corto” al empeño común por salir de la crisis.
“Permítanme que haga aquí en Nueva York un reconocimiento a la mayoría de españoles que no se manifiestan, que no salen en las portadas de la prensa y que no abren los telediarios. No se les ven, pero están ahí, son la mayoría de los 47 millones de personas que viven en España. Esa inmensa mayoría está trabajando, el que puede, dando lo mejor de sí para lograr ese objetivo nacional que nos compete a todos, que es salir de esta crisis”, ha declarado, en referencia a las imágenes de los “indignados” españoles que proliferan en los medios de comunicación internacionales.
Pero su diatriba no se ha limitado a los manifestantes. “Si ellos [la mayoría silenciosa] están a la altura de la gravedad del momento que vivimos, creo que quienes ocupamos el espacio público, el Gobierno, el resto de las administraciones, los partidos políticos, el que apoya al Gobierno y la oposición, los medios de comunicación y los sindicatos deben estar a la altura de la sociedad y no estropear con intereses de vuelo corto la grandeza del comportamiento de nuestros compatriotas”, ha añadido, en alusión apenas velada a Mas.
La crisis española, la económica y la política, han perseguido a Rajoy en EE UU. Poco importa que el presidente solo haya admitido dos preguntas de los periodistas, el domingo a su llegada al hotel. The New York Times publicó un sombrío reportaje obre la situación social española —con mendigos rebuscando comida en la basura y familias desahuciadas— al día siguiente de que el Rey visitara su redacción; mientras que el presidente estaba en la sede de The Wall Street Journal mientras Madrid era escenario de una batalla campal. Incluso se topó con dos decenas de manifestantes independentistas a su llegada a la conferencia. En esas condiciones, poco importa que, como subrayó, su Gobierno disfrute de una holgada mayoría absoluta o que empresas españolas acometan proyectos de la envergadura del AVE a la Meca o la ampliación del Canal de Panamá. “La percepción de la imagen de España no se corresponde con la realidad”, se lamenta. Y la culpa la tienen los demás.
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