Ahora que vuelve el PRI tendremos muchos temas de los que escribir”
El joven autor mexicano Tryno Maldonado publica la novela 'Teoría de las catástrofes', ambientada en la ciudad de Oaxaca
Un cartel que señalaba el “fin de la carretera federal” a Oaxaca
(México) se convirtió en unos segundos y a golpe de espray en el anuncio
del “inicio a la revolución”. Corría el año 2006 y la tranquila ciudad
mexicana se preparaba para vivir los meses más convulsos de su historia reciente, con el enfrentamiento entre los maestros y las autoridades. Tryno Maldonado
(Zacatecas, 1977) desembarcó esos días en la ciudad y la escena de un
joven escribiendo a espray en la señal vial se le quedó grabada a través
de la ventanilla del autobús en el que viajaba. “Así llegué a Oaxaca”,
dice.
La novela Teoría de las catástrofes (Editorial Algafuara) ve la luz seis años después de aquello. El conflicto actúa como escenario en el que se desarrolla la catástrofe central de la novela, ya que pese al ambiente casi bélico que se respira en las calles por las que transitan los personajes, Maldonado asegura que trató de “hacer una historia de amor y una ruptura”. La historia de Anselmo y Mariana que, como las demandas de los maestros acampados en el Zócalo de Oaxaca, acaba en fracaso.
Al sentarse ante un escritor tras leer su último libro parece imponerse la pregunta de cuánto de autobiográfico tienen sus páginas, aunque eso ni aporte ni quite a la novela. Más bien una cuestión de morbo. Sin preguntarlo, las experiencias que cuenta el autor encuentran su sitio en el libro y dotan de vida a Anselmo, el protagonista de la novela. Anselmo, el matemático frustrado, frente a Maldonado, que “durante toda la Prepa” suspendió los números. Anselmo, el que se quita la chaqueta y se planta bajo los palos de una portería, frente a Maldonado, el hijo del entrenador de Los Leones Negros de Guadalajuara que cambió los balones por los libros.
Desde aquella revolucionaria entrada en Oaxaca, el autor cambió su Zacatecas natal por la ciudad de los tamales. A sus 35 años, se siente ante su “novela más ambiciosa”, pero su trayectoria no es corta. Empezó publicando un libro de cuentos, aunque a los 18 años escribió una novela que se perdió, dice que “afortunadamente”, al estropearse los disquetes en los que la guardó. “Había estado leyendo a Joyce y a Cortázar y había partes donde escribía al revés, había crucigramas… Cosas muy raras”, recuerda de su primer intento. Su primera novela llegó en 2005, Viena Roja, y en 2009 publicó Temporada de caza para el león negro
Maldonado también tiene experiencia como editor. Grandes hits vol.1, una compilación de 19 relatos de escritores nacidos entre 1970 y 1979, es uno de sus frutos de aquellos días. Se esperaba un volumen 2, pero no llegó por algo tan simple como que se “acabó la historia con la editorial”. “Yo no quiero hacer carrera como editor, es el medio que tengo para sobrevivir y lo hago cuando falta el dinero. Lo que me gustaba de ser editor es decirle al lector ‘mira, esto es lo que yo creo que podría interesarte y lo que para mí es literatura interesante en este momento”.
El autor, nombrado uno de los mejores escritores jóvenes latinoamericanos en 2006 por la revista Gatopardo, asegura que ser escritor en México es “muy difícil”, salvo para escritores de best-sellers o de libros de superación personal. “En México no reconocemos al escritor como un oficio o como una vocación porque no genera dinero. Siendo escritor estas fuera del sistema del mercado y eso te vuelve marginal en cierto sentido”. Maldonado de hecho vive de “lo satélite a la literatura” haciendo colaboraciones o correcciones. “Es difícil porque es un lugar interesante para hacer literatura y ahora, que vuelve el PRI, desgraciadamente vamos a tener muchos temas”, dice sin ocultar su regocijo.
La novela Teoría de las catástrofes (Editorial Algafuara) ve la luz seis años después de aquello. El conflicto actúa como escenario en el que se desarrolla la catástrofe central de la novela, ya que pese al ambiente casi bélico que se respira en las calles por las que transitan los personajes, Maldonado asegura que trató de “hacer una historia de amor y una ruptura”. La historia de Anselmo y Mariana que, como las demandas de los maestros acampados en el Zócalo de Oaxaca, acaba en fracaso.
Al sentarse ante un escritor tras leer su último libro parece imponerse la pregunta de cuánto de autobiográfico tienen sus páginas, aunque eso ni aporte ni quite a la novela. Más bien una cuestión de morbo. Sin preguntarlo, las experiencias que cuenta el autor encuentran su sitio en el libro y dotan de vida a Anselmo, el protagonista de la novela. Anselmo, el matemático frustrado, frente a Maldonado, que “durante toda la Prepa” suspendió los números. Anselmo, el que se quita la chaqueta y se planta bajo los palos de una portería, frente a Maldonado, el hijo del entrenador de Los Leones Negros de Guadalajuara que cambió los balones por los libros.
Desde aquella revolucionaria entrada en Oaxaca, el autor cambió su Zacatecas natal por la ciudad de los tamales. A sus 35 años, se siente ante su “novela más ambiciosa”, pero su trayectoria no es corta. Empezó publicando un libro de cuentos, aunque a los 18 años escribió una novela que se perdió, dice que “afortunadamente”, al estropearse los disquetes en los que la guardó. “Había estado leyendo a Joyce y a Cortázar y había partes donde escribía al revés, había crucigramas… Cosas muy raras”, recuerda de su primer intento. Su primera novela llegó en 2005, Viena Roja, y en 2009 publicó Temporada de caza para el león negro
Maldonado también tiene experiencia como editor. Grandes hits vol.1, una compilación de 19 relatos de escritores nacidos entre 1970 y 1979, es uno de sus frutos de aquellos días. Se esperaba un volumen 2, pero no llegó por algo tan simple como que se “acabó la historia con la editorial”. “Yo no quiero hacer carrera como editor, es el medio que tengo para sobrevivir y lo hago cuando falta el dinero. Lo que me gustaba de ser editor es decirle al lector ‘mira, esto es lo que yo creo que podría interesarte y lo que para mí es literatura interesante en este momento”.
El autor, nombrado uno de los mejores escritores jóvenes latinoamericanos en 2006 por la revista Gatopardo, asegura que ser escritor en México es “muy difícil”, salvo para escritores de best-sellers o de libros de superación personal. “En México no reconocemos al escritor como un oficio o como una vocación porque no genera dinero. Siendo escritor estas fuera del sistema del mercado y eso te vuelve marginal en cierto sentido”. Maldonado de hecho vive de “lo satélite a la literatura” haciendo colaboraciones o correcciones. “Es difícil porque es un lugar interesante para hacer literatura y ahora, que vuelve el PRI, desgraciadamente vamos a tener muchos temas”, dice sin ocultar su regocijo.
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