martes, 20 de noviembre de 2012

la sentencia/ Cuento corto

La sentencia



Juan José Lara


     “Lo haría de nuevo, todo mal contigo y lo disfrutaría otra vez”, no era el ultraderechista noruego autor de la terrible matanza, se trataba del coronel López cuando escuchó la sentencia del tribunal que lo condenaba a cumplir cien años de cárcel por crímenes durante la guerra.

     Se lo dijo a su esposa al oído; ella de cincuenta y tantos años, con varias cirugías plásticas, lo había escuchado con displicencia.

     En la sala se encontraba al fondo una mujer de traje regional, quién escuchó el veredicto con un resplandor reivindicatorio en la mirada. Ella había narrado su historia en el curso del juicio. Su marido había sido capturado y conducido a un cuartel por los soldados a cargo del coronel. Apenas se enteró, desencajada caminó hasta la cabecera provincial para inquirir sobre su paradero; solo lo vio una vez, estaba gravemente golpeado tendido en el rincón de un calabozo maloliente.

     Regresó infructuosamente a buscar al detenido muchas veces, durante las cuales fue reiteradamente violada por el  oficial. La ayudaba a sobrellevar la repugnancia que le producía el acto, la esperanza de conseguir la prolongación de la vida de su pareja.

     Las expectativas de verlo se aplazaban siempre para otro día, enfriándose paulatinamente con el cansancio de sus idas y venidas agravado con los asaltos de aquél desalmado de uniforme. Hasta que se resignó a la ausencia del marido.

     Al dictarse la sentencia se sintió rehabilitada, pensó que por fin su esposo podría cerrar los ojos y descansar en paz.

     La esposa del oficial por su parte solo tuvo un pensamiento: su amante,  de quién el mismo coronel López sabía, tolerado con el tácito entendido que fuera discreta, por fin podría irse a vivir con ella.


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