viernes, 9 de noviembre de 2012

Los zapatos nuevos/ cuento corto.



Los zapatos nuevos


 Por Juan José Lara

  
      Beverly pudo observar que igual a una moneda de poco valor, con el tiempo la pasión  de su esposo perdió brillo. Se durmió el amor y se despertó la costumbre.

     Las animadas conversaciones de sobremesa, las flores fragantes, las invitaciones sorpresivas y hasta el sexo se volvió esporádico.

     El comenzó a llegar tarde, a ausentarse inesperadamente, lo cuál le hizo percibir sin ser audaz, alguna infidelidad.

     Chapoteando en el abismo de la desesperación, en un esfuerzo de recuperar su ego se compró vestidos, zapatos y abalorios de moda. Necesitaba resurgir, porque las extenuantes jornadas de la oficina, la atención del hogar y ahora el desinterés de su esposo la deprimían.

   Su jefe reparó inmediatamente en el cambio experimentado, observándola con desparpajo, dándole más de una sonrisa de aprobación. No se resistía a mirarle con una dedicación perturbadora los pies.

     Finalmente después del trabajo cuando todos se habían marchado en medio de los recovecos de la conversación,  la sujetó con pasión y la besó; ella se dejó llevar entre la excitación y el asombro de que perdiera su compostura, él,  que siempre había sido tan serio y recatado.

     Prácticamente le arrancó la ropa hasta llegar a sus zapatos, en los cuáles se detuvo una eternidad mientras ella se derretía como copo de nieve.
Estuvo pletórica de placer, conducida a un mundo que ya extrañaba, con una única prenda  insignia que era su calzado.

     Después de aquella ocasión su jefe le obsequiaba con frecuencia vistosos zapatos; que  halagada  lucía quedándose en la oficina al terminar el trabajo. Se sentía como Imelda Marcos la  filipina que coleccionaba zapatos o talvez, la cenicienta del cuento de hadas.

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