“Mi relación personal con el presidente es inmejorable”
Mourinho dice que es normal que existan diferencias laborales con la directiva del Madrid y pide que se haga una valoración a final de temporada
Declarada la crisis de resultados con el Barça a 11 puntos y el
Atlético a ocho en la clasificación de la Liga, el mánager del Real
Madrid, José Mourinho, salió a escena esta mañana para responder a las
cuestiones que rondan su gestión. “¿Que cómo está mi relación con el
club? Está como siempre”, dijo, “no entiendo la pregunta. ¿Y que cómo
está mi relación con los jugadores? También, como siempre. La relación
también depende de la satisfacción, de los resultados, de la alegría, y
cuando ganas las cosas son mucho mejores que cuando pierdes. Es todo
normal”.
El lenguaje más bien críptico que envuelve al fútbol actual alcanza su máxima expresión en el Madrid. Para no iniciados, donde se dice club, léase Florentino Pérez. “¿Se encuentra usted respaldado al cien por cien por el club?”, le preguntaron a Mourinho en la conferencia de prensa que siguió al último entrenamiento de preparación del partido de Copa contra el Alcoyano, mañana en el Bernabéu. “Esa es otra pregunta que no quiero calificar”, replicó el mánager. “No estoy aquí para un juicio. Estoy aquí para hablar de un partido de Copa del Rey. Y como ya sabía que querían ir en otra dirección estoy yo y no Karanka. Porque cuando las ruedas de prensa son asequibles, pues tengo todo el placer en que venga mi asistente. Cuando las ruedas de prensa son como esta que queréis ahora, vengo yo”.
Coherente con su propia trayectoria, Mourinho ha vertido una larga serie de reclamaciones a Florentino Pérez en el último mes y medio. Las peticiones, tendentes a obtener más poder, han sido denegadas, al menos hasta que el mánager ponga sobre la mesa un gran trofeo. Entre las peticiones más insistentes se encuentra la contratación de un portavoz con atribuciones especiales, popular e institucionalmente legitimado para criticar con dureza a árbitros, jugadores, organismos, etc. El club ha trasladado a Mourinho que, después de realizar la pesquisa pertinente, ha llegado a la conclusión de que no existe nadie en el mercado que, gozando de cierto prestigio, esté dispuesto a asumir el desgaste que implica una función de esa naturaleza. Mourinho interpreta esta respuesta como otro rechazo. Otra desautorización.
“¡Yo no quiero que hable nadie!”, dijo Mourinho, cuando le preguntaron a qué portavoz querría nombrar. “El club es el club, el club es soberano, y yo en el club soy simplemente un empleado como los otros. Hago lo mejor que puedo y es el club el que tiene que decidir si está contento con esa línea y con lo que tenemos. Y punto. A final de temporada haremos tranquilamente una valoración para saber si el club está contento conmigo o no. A lo mejor no se trata de si yo me siento o no apoyado. Es posible que al final de la temporada sea el propio club el que no está contento con mi trabajo. Que sea el propio club el que piensa que hay cosas por mejorar y cambiar. No hay que ver las cosas en una sola dirección”.
“Yo doy mi máximo, como siempre”, insistió. “Merece la pena esperar y valorar al final de la temporada con todos los resultados en la mano. Como personas que tienen una buena relación personal. Eso queda fuera de duda. Lo diré muchas veces para que no queden dudas: yo tengo una relación personal muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy [sic] buena con el presidente, con José Ángel [Sánchez, el director general ejecutivo], y con otros elementos que son más cercanos de la junta directiva... a otros no los conozco muy bien... Con todos ellos tengo una relación personal inmejorable. Si después, a nivel profesional, tenemos divergencias y no pensamos cosas de un modo igual... ¡Es la vida! Pero lo más importante para mí... Y tengo el placer de decirlo... Hasta en el club del que me he marchado a mitad de temporada, que es el Chelsea, continúo teniendo una relación personal inmejorable con Abramovich, con Tenembaum, con toda la gente que trabajaba conmigo... ¡Y en el Inter lo mismo...! Mi relación personal es lo más importante. Y con el presi y la gente que trabaja conmigo la relación personal es fantástica. Al final de la temporada nos sentamos y analizamos la situación. Y con gente que se quiere, porque nos queremos, todo es muchísimo más fácil”.
Respecto al partido de vuelta con el Alcoyano, el mánager emitió un discurso de tono populista pidiendo apoyo para los niños del Castilla que él pondrá a jugar: “Mañana no nos vale con perder 1-0 y pasar a la fase siguiente, o empatar 1-1 y pasar. Obligatoriamente tendremos que ganar y hacer un buen partido. A pesar de que las entradas mañana serán mucho más asequibles, cualquier céntimo que la gente pague nosotros tendremos que dar una respuesta que justifique a la gente salir de casa con este frío a las nueve y media de la noche para ver un partido contra un Segunda B. Tendremos que justificar lo que la gente va a exigir, y a lo mejor vamos a tener que comprender lo que va a criticar y a pitar con todo el derecho. Yo pido que la gente tenga un cariño especial con los chicos que van a jugar, que son cuatro porque la legislación no permite que sean más. Morata, José Rodríguez, Nacho y Cheryshev van a jugar y espero que la gente tenga con ellos la tranquilidad que merecen. Y que conmigo y con los otros que sea como piensa que debe ser, que exijan y critiquen lo que crean conveniente. Lo aceptaré con total tranquilidad porque cuando pierdes es normal que la gente no esté contenta”.
El lenguaje más bien críptico que envuelve al fútbol actual alcanza su máxima expresión en el Madrid. Para no iniciados, donde se dice club, léase Florentino Pérez. “¿Se encuentra usted respaldado al cien por cien por el club?”, le preguntaron a Mourinho en la conferencia de prensa que siguió al último entrenamiento de preparación del partido de Copa contra el Alcoyano, mañana en el Bernabéu. “Esa es otra pregunta que no quiero calificar”, replicó el mánager. “No estoy aquí para un juicio. Estoy aquí para hablar de un partido de Copa del Rey. Y como ya sabía que querían ir en otra dirección estoy yo y no Karanka. Porque cuando las ruedas de prensa son asequibles, pues tengo todo el placer en que venga mi asistente. Cuando las ruedas de prensa son como esta que queréis ahora, vengo yo”.
Coherente con su propia trayectoria, Mourinho ha vertido una larga serie de reclamaciones a Florentino Pérez en el último mes y medio. Las peticiones, tendentes a obtener más poder, han sido denegadas, al menos hasta que el mánager ponga sobre la mesa un gran trofeo. Entre las peticiones más insistentes se encuentra la contratación de un portavoz con atribuciones especiales, popular e institucionalmente legitimado para criticar con dureza a árbitros, jugadores, organismos, etc. El club ha trasladado a Mourinho que, después de realizar la pesquisa pertinente, ha llegado a la conclusión de que no existe nadie en el mercado que, gozando de cierto prestigio, esté dispuesto a asumir el desgaste que implica una función de esa naturaleza. Mourinho interpreta esta respuesta como otro rechazo. Otra desautorización.
“¡Yo no quiero que hable nadie!”, dijo Mourinho, cuando le preguntaron a qué portavoz querría nombrar. “El club es el club, el club es soberano, y yo en el club soy simplemente un empleado como los otros. Hago lo mejor que puedo y es el club el que tiene que decidir si está contento con esa línea y con lo que tenemos. Y punto. A final de temporada haremos tranquilamente una valoración para saber si el club está contento conmigo o no. A lo mejor no se trata de si yo me siento o no apoyado. Es posible que al final de la temporada sea el propio club el que no está contento con mi trabajo. Que sea el propio club el que piensa que hay cosas por mejorar y cambiar. No hay que ver las cosas en una sola dirección”.
“Yo doy mi máximo, como siempre”, insistió. “Merece la pena esperar y valorar al final de la temporada con todos los resultados en la mano. Como personas que tienen una buena relación personal. Eso queda fuera de duda. Lo diré muchas veces para que no queden dudas: yo tengo una relación personal muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy [sic] buena con el presidente, con José Ángel [Sánchez, el director general ejecutivo], y con otros elementos que son más cercanos de la junta directiva... a otros no los conozco muy bien... Con todos ellos tengo una relación personal inmejorable. Si después, a nivel profesional, tenemos divergencias y no pensamos cosas de un modo igual... ¡Es la vida! Pero lo más importante para mí... Y tengo el placer de decirlo... Hasta en el club del que me he marchado a mitad de temporada, que es el Chelsea, continúo teniendo una relación personal inmejorable con Abramovich, con Tenembaum, con toda la gente que trabajaba conmigo... ¡Y en el Inter lo mismo...! Mi relación personal es lo más importante. Y con el presi y la gente que trabaja conmigo la relación personal es fantástica. Al final de la temporada nos sentamos y analizamos la situación. Y con gente que se quiere, porque nos queremos, todo es muchísimo más fácil”.
Respecto al partido de vuelta con el Alcoyano, el mánager emitió un discurso de tono populista pidiendo apoyo para los niños del Castilla que él pondrá a jugar: “Mañana no nos vale con perder 1-0 y pasar a la fase siguiente, o empatar 1-1 y pasar. Obligatoriamente tendremos que ganar y hacer un buen partido. A pesar de que las entradas mañana serán mucho más asequibles, cualquier céntimo que la gente pague nosotros tendremos que dar una respuesta que justifique a la gente salir de casa con este frío a las nueve y media de la noche para ver un partido contra un Segunda B. Tendremos que justificar lo que la gente va a exigir, y a lo mejor vamos a tener que comprender lo que va a criticar y a pitar con todo el derecho. Yo pido que la gente tenga un cariño especial con los chicos que van a jugar, que son cuatro porque la legislación no permite que sean más. Morata, José Rodríguez, Nacho y Cheryshev van a jugar y espero que la gente tenga con ellos la tranquilidad que merecen. Y que conmigo y con los otros que sea como piensa que debe ser, que exijan y critiquen lo que crean conveniente. Lo aceptaré con total tranquilidad porque cuando pierdes es normal que la gente no esté contenta”.
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