Una chimenea, una pata de paloma y el más secreto de los mensajes secretos
Un funcionario jubilado británico encuentra un mensaje cifrado de la Segunda Guerra Mundial cuando limpiaba su chimenea
David Martin, un funcionario retirado del servicio de libertad
vigilada del Gobierno británico, estaba en agosto pasado limpiando la
chimenea de su casa de Bletchingley (Surrey), 35 kilómetros al sur de
Londres, cuando encontró los restos de una paloma. Pero no era una
paloma cualquiera: era una paloma mensajera y en una de las patas aún
llevaba engarzado un pequeño canuto metálico de color rojo que contenía
en su interior un mensaje cifrado. Expertos del cuartel general de
comunicaciones del Gobierno han tirado este viernes la toalla y han
reconocido que es casi imposible que se pueda conocer algún día el
contenido de ese mensaje.
Los expertos saben que es un mensaje de la II Guerra Mundial, que su destinatario era X02, nombre clave del alto mando de bombardeos, y creen que la paloma pudo empezar su vuelo en los días que rodearon el desembarco en las playas de Normandía y que su destino era Bletchley Park, el centro de comunicaciones durante la guerra, unos 100 kilómetros más al norte, al otro lado de Londres.
Saben más cosas. Saben que la firma del remitente, Searjeant W Stot, hace pensar que era un mensaje de la RAF, la fuerza aérea, porque utilizaban la letra jota en lugar de la ge que usaba el ejército de tierra en la palabra “serjeant”, sargento.
Pero no han conseguido saber qué dice el mensaje. No tienen ni idea de cuál es el código que permitiría descifrar el significado de esos 24 bloques de cinco letras cada uno y que a ojos del profano, pero también del experto, no pasan de ser una sopa de letras sin sentido aparente como las que forman la primera línea: AOAKN HVPKD FNFJW YIDDC.
“Ese tipo de códigos se utilizaban en operaciones y estaban diseñados para que solo pudieran ser leídos por los que lo mandaban y quienes lo recibían”, ha declarado al programa Today de BBC Radio Four un historiador identificado como Tony bajo las estrictas reglas de confidencialidad del centro de comunicaciones del Gobierno, con sede en Gloucestershire.
Tony explicó que hay dos posibilidades. Si el código se basaba en un libro de códigos diseñado específicamente para una única operación o misión, “es improbable” que algún día se pueda descifrar. “Si se utilizó solo una vez y es auténticamente aleatorio, y solo lo guardaban el que lo enviaba y el que lo recibía, entonces es indescifrable”, aseguró.
El código es impenetrable para los actuales expertos del Gobierno y el historiador aseguró que la única posibilidad de que se pueda arrojar alguna luz en con la colaboración de los expertos de la época, la gente que estaba durante la guerra en Bletchley Park y que ahora ronda los 90 años de edad.
El ejército británico adiestró 250.000 palomas mensajeras para utilizarlas en sus comunicaciones secretas durante la guerra. Fueron de especial utilidad durante el desembarco en Normandía porque Churchill había impuesto un bloqueo de las comunicaciones por radio para incrementar la seguridad y no dar pistas a los nazis. Las palomas podían volar a más de 125 kilómetros por hora y cubrir distancias de más de 1.500 kilómetros.
Percy, como ha sido bautizada la paloma encontrada por el señor Martin en la chimenea de su casa del siglo XVII, probablemente estaba desorientada y perdida debido al mal tiempo o simplemente exhausta después de haber cruzado el canal. Los entusiasta de las paloma mensajeras han propuesto que el Gobierno le otorgue a título póstumo la medalla Dickin, la más alta condecoración que se otorga a los animales por su valor.
Los expertos saben que es un mensaje de la II Guerra Mundial, que su destinatario era X02, nombre clave del alto mando de bombardeos, y creen que la paloma pudo empezar su vuelo en los días que rodearon el desembarco en las playas de Normandía y que su destino era Bletchley Park, el centro de comunicaciones durante la guerra, unos 100 kilómetros más al norte, al otro lado de Londres.
Saben más cosas. Saben que la firma del remitente, Searjeant W Stot, hace pensar que era un mensaje de la RAF, la fuerza aérea, porque utilizaban la letra jota en lugar de la ge que usaba el ejército de tierra en la palabra “serjeant”, sargento.
Pero no han conseguido saber qué dice el mensaje. No tienen ni idea de cuál es el código que permitiría descifrar el significado de esos 24 bloques de cinco letras cada uno y que a ojos del profano, pero también del experto, no pasan de ser una sopa de letras sin sentido aparente como las que forman la primera línea: AOAKN HVPKD FNFJW YIDDC.
“Ese tipo de códigos se utilizaban en operaciones y estaban diseñados para que solo pudieran ser leídos por los que lo mandaban y quienes lo recibían”, ha declarado al programa Today de BBC Radio Four un historiador identificado como Tony bajo las estrictas reglas de confidencialidad del centro de comunicaciones del Gobierno, con sede en Gloucestershire.
Tony explicó que hay dos posibilidades. Si el código se basaba en un libro de códigos diseñado específicamente para una única operación o misión, “es improbable” que algún día se pueda descifrar. “Si se utilizó solo una vez y es auténticamente aleatorio, y solo lo guardaban el que lo enviaba y el que lo recibía, entonces es indescifrable”, aseguró.
El código es impenetrable para los actuales expertos del Gobierno y el historiador aseguró que la única posibilidad de que se pueda arrojar alguna luz en con la colaboración de los expertos de la época, la gente que estaba durante la guerra en Bletchley Park y que ahora ronda los 90 años de edad.
El ejército británico adiestró 250.000 palomas mensajeras para utilizarlas en sus comunicaciones secretas durante la guerra. Fueron de especial utilidad durante el desembarco en Normandía porque Churchill había impuesto un bloqueo de las comunicaciones por radio para incrementar la seguridad y no dar pistas a los nazis. Las palomas podían volar a más de 125 kilómetros por hora y cubrir distancias de más de 1.500 kilómetros.
Percy, como ha sido bautizada la paloma encontrada por el señor Martin en la chimenea de su casa del siglo XVII, probablemente estaba desorientada y perdida debido al mal tiempo o simplemente exhausta después de haber cruzado el canal. Los entusiasta de las paloma mensajeras han propuesto que el Gobierno le otorgue a título póstumo la medalla Dickin, la más alta condecoración que se otorga a los animales por su valor.
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