Las empresas publicas y privadas, privilegian la individualización a la hora de evaluar, por lo que se han destruidos la solidaridad y la convivencia. Si uno se hunde, nadie hace nada por salvarlo. El entorno laboral prefiere a menudo ponerse al lado del más fuerte y tomar partido por la autoridad, sabiendo que en el fondo hay injusticia.
El empleado vive acosado y pierde la confianza en sí mismo y acaba desconfiando de todo el mundo. El individuo desestabilizado acaba por dudar de sus competencias personales y de sus habilidades,a veces hasta de su salud mental. (¿Me estaré volviendo loco?)
Un testimonio al respecto:
"Me siento cansado y desengañado. Para disimular su vacío se ha entregado a actividades sociales y caritativas, pero es consciente de que solo son remiendos a su vida, simples parches. Lo que le falta es un reconocimiento profesional. Dice tener miedo del vacío, de la carencia afectiva e intelectual. A veces tiene ganas de dejarlo todo, de renunciar y buscar otra cosa qué hacer, e, incluso, dejar de ver a sus amigos y conocidos".
Por si fuera poco lo que significan las nuevas estructuras laborale, el trabajo está repartido de manera desigual: están los excluidos del trabajo que tienen mucho tiempo libre, y los que trabajan demasiado y ya no tienen tiempo para la vida privada.
Una paciente dice al respecto:
"Mi papel laboral me aisla. Siempre se me pide más y cada vez doy más. como soy un soldadito disciplinado, aumento día a día mi capacidad de trabajo y mis competencias, en ese sentido soy irreprochable ante los ojos de mis jefes. Al trabajar demasiado, mitigo mi falta de confianza en mí misma en todos los demás ámbitos, porque en la relación con el otro, ya sea de amistad o amorosa, nunca tuve ganas de ir más lejos, me conforme con poquito".
El sentimiento de soledad de los asalariados, en particular de los "cincuentones", proviene de una pérdida de confianza en el porvenir y de un sentimiento de vacío interior. En efecto, un individuo, para realizarse, tiene necesidad de vínculos afectivos, pero también de una suficiente consideración social.
Una paciente se queja:
"Tengo el sentimiento de no existir en tanto que persona con sus debilidades y fortalezas. En el trabajo se me utiliza como peón destinada a producir cada vez más, en casa se me considera una máquina de hacer billetes para mis hijos y un objeto sexual para mi esposo".
Algunas empresas tomaron conciencia de la falta de cohesión entre sus empleadosy, para ponerle remedio a esa situación, inventarn cierto tipo de reuniones sociales y festivas para unir a todos. Pero los empleados desconfían de este tipo de agasajos y festejos rituales, y a veces se niegan a participar en ellos.
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