Guatemala es un país mayoritariamente indígena y diverso en étnias mayas. Los indígenas se ven, se sienten por todos los rincones del país, inclusive en el Oriente de la república, que es la parte predominantemente mestiza. No hay modo de ignorarlos o fingir que no existen y borrarlos de un plumazo, como muchos guatemaltecos desearían hacerlo; las clases medias y altas son por excelencia racistas.
Pueden asumir su racismo en forma velada o abierta, eso depende de las personas y sus experiencias con los contactos que han tenido con los indígenas, sus compratriotas.
Un fenómeno que yo atribuyo a la modernidad de este país, es el hecho novedoso que se ha venido observando en los últimos años, que los indígenas que radican en la capital de la república haciendo labores de servidumbre, han tomado un Mall o centro comercial como sitio de reunión los domingos, que es su día de asueto. Antiguamente este centro comercial estuvo de moda entre las clases medias.
Lo hermoso de esta historia es que ese famoso centro comercial, o mall como gustan decir ahora algunos, se denomina TIKAL FUTURA.
Tikal fue un importante centro ceremonial de la población maya prehispánica, sitio localizado en la selva del Petén. Es un ícono de la cultura maya clásica en mesoamérica.
Que los indígenas guatemaltecos actuales hayan dejado el Parque Central como el viejo lugar de encuentro dominical entre ellos, para posicionarse de un lugar ideado para otras clases sociales y otras étnias mestizas, es algo sorprendente pero explicable.
Los indios han entrado de lleno a la posmodernidad también, la globalización es inevitable. Así como me sorpendió que en las aldeas pobrísimas del país, donde habitan los indígenas guatemaltecos, había seguidores del equipo de fútbol catalán: El Barsa, pero no de los equipos locales. No hay que olvidar que muchos de estos compatriotas han radicado en los Estados Unidos, como trabajadores ilegales muchos de ellos, que luego regresan deportados al país, y eso trae consecuencias culturales en sus lugares de origen.
Es interesante observar a la multitud, sobre todo, de mujeres indígenas provenientes de diversas étnias mayas, reunidas en ese centro comercial llamado TIKAL FUTURA, todos los domingos para escandalo de muchos capitalinos racistas.
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