domingo, 3 de abril de 2011

Los cuentistas trastocan todo.

En 5 metros de cuentos perversos, antología de formato expandible, convergen las creaciones pecaminosas de ocho autores hispanohablantes. El material editado por Textofilia, en la colección Lumía, fue presentado el jueves pasado en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica (FCE), donde se dieron cita los escritores Ana García Bergua y Fabricio Mejía Madrid, junto con el editor del ejemplar, David González Tolosa.

Creado con la premisa de rendir un homenaje al poeta peruano Carlos Oquendo de Amat (1905- 1936) y su obra 5 metros de poemas, el nuevo material de cuentos reúne trabajos de los autores mexicanos Valeria Luiceli, Paola Tinoco, Alfredo Núñez Lanz, Mejía Madrid y García Bergua, cuya narrativa convive con la de la ecuatoriana Gabriela Alemán, la argentina Samanta Schweblin y la del español Antonio Jiménez Morato.

González Tolosa explicó que “las letras de cada uno de los autores en esta antología ahondan en nuestras buenas costumbres sólo para trastocarlas y darle espacio a la imaginación… El escritor busca comprobar la fragilidad de nuestro orden. Cuando un escritor se fascina por lo perverso, se imagina su lógica, se proyecta en ésta y, por ende, nos pervierte desde la lengua”.

Cuestionado por el público sobre sus perversiones literarias, Mejía Madrid, habló sobre un libro pornográfico, lleno de erratas, que leyó de niño, encerrado en su habitación, y confesó haber robado libros de la Feria de Minería y de una librería del FCE, “donde en los años 80 me capturaron con un libro de Virginia Wolf, que pensaba regalarle a una chava que me gustaba”.

García Bergua sólo se confesó cómplice de hurtos literarios y recordó que un libro que tenía prohibido en su casa fue El amante de Lady Chatterley, el cual “leí en el interior de un clóset, hasta que me quedé dormida y me cacharon”.

Aficionada a colaborar en “propuestas locas” García Bergua explicó que “en este libro hay cuentos muy inquietantes de jóvenes que están labrando su camino. El tema de las perversiones da para mucho porque hasta el acto más inocente se puede convertir en una perversión… Desde hace unos años se han puesto de moda las antologías con temas y me han tocado unas muy interesantes, como la de canciones de José José, esa fue otra perversión”.

González consideró que el manejo de la perversión madura con la edad. “Los autores no tan jóvenes, creo que son más sutiles, es más elegante; al final percibes el sentido del texto; mientras que los autores jóvenes son más directos, se va descubriendo la intención casi al momento”.

García, la autora de “Edificio”, dijo que el cuento goza de buena salud. “No hay que rescatar al cuento, hay que rescatar a los lectores del cuento. Hasta hace poco la industria editorial se ha volcado a las novelas, cuando en México tenemos grandes cuentistas”.

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