lunes, 4 de abril de 2011

Un recuerdo de Huda Sharawi.

El mundo está dominado por los medios de información occidentales que nos dicen sólo lo que nos quieren decir. Verdades tal vez o verdades manipuladas, pero no la totalidad de ellas que podrían darnos una visión más cercana a la verdad. Algo que ocurre sobre todo en política pero que desde el principio de los tiempos han sufrido las mujeres que han querido transmitir sus creaciones o su compromiso pero que se han visto censuradas hasta el punto de pasar completamente inadvertidas ellas y lo que querían compartir y transmitir.

Es de razón pues buscar información en los infinitos canales de la red que nos obligará a comparar e investigar para conocer si merece nuestra aceptación, lo que no necesariamente hacemos con los medios de comunicación tradicionales. Hoy, pues, recojo de Internet la historia de una mujer que merece reconocimiento especial cuando su país, Egipto, se ha sublevado contra la dictadura. No estoy segura de que el ejército del dictador que ha tomado el relevo del poder cumpla sus expectativa

s de libertad pero aún así es pertinente recordar hoy la historia de la primera feminista de Egipto, para convencernos a través de ella que las ideas progresistas han tenido siempre un público en un país del que apenas conocemos más que su desdichada y cruenta relación con el mundo occidental.

Huda Sharawi nació en 1879 de una familia muy acomodada. Fue educada por tutores en el hogar que le enseñaron sobre todo economía y filosofía. No había escuelas para niñas entonces ni se consideraba necesario que las hubiera. De ahí que en 1910 Huda fundara la primera escuela de niñas instando a las madres, pobres o ricas, a que se ocuparan de la educación de sus hijas, del mismo modo que luchó para que entendieran la importancia de la creatividad que promocionó en un país y un mundo donde estaba reservada a los hombres.

En 1919 encabezó una manifestación en El Cairo al frente de trescientas mujeres que denunciaban la muerte de una mujer egipcia a manos de las fuerzas policiales y un año después creó el Comité de Mujeres Wafdistas, el partido del que acabó siendo presidenta y desde donde impulsó una serie de reivindicaciones femeninas como la ley que pasaba de los 13 a los 16 años la edad de casarse de las mujeres.

Fue la primera que se arrancó el velo en un gesto que fue admirado e imitado. Y en 1924 fundó el Sindicato de Mujeres que luchó por la fundación de orfanatos, la abolición de la prostitución y creó un centro de trabajo para las mujeres en paro.

Gracias a Huda han sido muchos los países árabes que han tomado conciencia del derecho al voto de las mujeres y su participación en la vida política. Un primer paso que ha ido avanzando en el mundo árabe, y que la llevó del feminismo al pacifismo y a defender para todos un mundo sin armas.

Huda Sharawi murió en 1947 dejando una estela de persona comprometida con lo que más tarde iniciaría la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

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