Antonio Banderas. Actor. Interpreta a Robert Ledgard, un cirujano plástico psicópata, en ‘La piel que habito’.
El actor, ayer, en la presentación del filme. -G.PECOTAntonio Banderas (Málaga, 1960) es un torbellino: mientras la periodista está en la mesa de charla con Elena Anaya, él pasa por allí y, arrebatado, le planta a la actriz un beso en la frente. Al rato reaperece, se sienta, pide un cigarro -"Pero de los míos, que son más naturales"- y empieza a hablar, apasionado, como si alguien le hubiera abierto algún grifo.
Morenísimo, el actor se refiere a su papel en La piel que habito, donde interpreta a un cirujano plástico psicópata, frío y cruel, que somete a una mujer a un tratamiento para implantarle la piel de su esposa fallecida como uno de los más importantes de su vida. Se emociona al contar su regreso con el director de Átame, y sus proyectos como productor, director y actor. Pasadas dos décadas desde su última colaboración con quien impulsó su carrera, Banderas sigue creyendo que lo de Almodóvar es "un planeta aparte".
Parece ser que no todo fue fácil entre Almodóvar y usted al inicio de los ensayos, porque usted venía con unas ideas del personaje que el director tiró por la borda. ¿Qué ha aprendido de este reencuentro? ¿Le ha cambiado este papel?
Uno no sabe si ha cambiado o no hasta que pasa el tiempo, pero sí sospecho que esta película ha abierto la puerta a mi madurez, a la economía interpretativa, a la austeridad frente a la cámara. He dejado de verme como un chiquillo para verme ante mi madurez: hacer un personaje que se deja leer, que se convierte en transparente. Al ser un personaje tan austero genera mucha inquietud en el público, que es quien se va a meter en la piel que yo habito y va a llenar a mi personaje.
Es un poco, de una forma burda, lo que ocurría en una película como Alien, en la que nunca veías al monstruo. Es más una amenaza que un contacto directo. Almodóvar me mostró que no era necesario remarcar con mi interpretación lo que ya estaba contado con la narrativa de la película. Y esto me abre una puerta a una reflexión para el futuro sobre cómo atacar ciertos personajes, porque es muy interesante lo que pasa cuando uno entra en ese estado de austeridad interpretativa.
"Esta película ha abierto la puerta a mi madurez interpretativa, he dejado de verme como un chiquillo"
Es curioso que haya sido Almodóvar, el director que le formó en una actuación extrovertida y hacia fuera, el que ahora, 20 años después, le haya pedido esa contención.
Eso ocurre por los personajes, que son distintos. Mi personaje en La ley del deseo, por ejemplo, estaba desaforado. Aún me acuerdo de la escena en el balcón en la que gritaba: "¡Estoy muy loco!". Eso me lo permitía la película. Era un loco hacia afuera. Este nuevo personaje es hacia adentro. Mucha gente me comenta que esta película tiene algo de Átame y yo no estoy de acuerdo. En Átame, los dos personajes eran víctimas. Eran dos seres que vivían en el mismo mundo. En esta hay otros principios y es, además, una película más oscura.
En Valladolid, cuando le dieron la Espiga de Oro, usted dijo que aún no había hecho la película por la que será recordado, ¿puede ser ‘La piel que habito'?
Eso lo dije porque a veces uno se queda en blanco en las conferencias de prensa [ríe]. Pero si lo pienso bien, creo que, cuando muera, en la Wikipedia de lo que se hablará es de que fui actor fetiche de Pedro Almodóvar, y por eso se me va a recordar. La verdad es que me produce un cierto placer, porque Pedro, al que muchos odiarán y otros amarán porque al ser tan radical en su expresión también lo son sus resultados y las opiniones que obtiene, ha hecho mucho por el cine nacional e internacional. Él se ha cargado las estructuras del cine mainstream y ha conseguido implantar un estilo muy propio.
Almodóvar es un género en sí mismo y el director más dificil con el que he trabajado. También el más genial. Es un planeta con una gran gravedad y hay que saber estar en su órbita. Dicen que cuando las naves espaciales entran en la órbita de la Tierra, tienen que hacerlo con un ángulo preciso. Pues aquí es igual, hay que buscar el ángulo de la atmósfera de Almodóvar, para entrar ardiendo pero sin quemarte.
"He aplazado ‘Solo’ para septiembre de 2012 y estoy escribiendo una película para Melanie"
¿Cómo ve ‘La piel que habito' y a Pedro Almodóvar 20 años después de su última colaboración?
Las películas de Pedro necesitan un tiempo, precisan ser digeridas y metabolizadas, y pasado este proceso, el público lo reconoce. Lo que antes era sucio y oscuro o lo que no se entendía acaba convirtiéndose en un adjetivo de uso común: lo almodovariano. Pedro sigue teniendo la valentía de seguir en el camino del riesgo y, aun sabiendo qué es lo que el público podría adorar de lo que hace, sigue dándole vueltas a la manivela de la experimentación.
Eso en un mundo como este, globalizado, es una Coca-Cola en el desierto. Se lo agradezco como espectador, pero también como actor y como persona. A los que les guste Almodóvar, se van a dar un banquete con esta película, porque creo que, aunque se ha dicho que este es un paso en otra dirección, me parece que es más un salto hacia su interior.
Creo que Elena Anaya hizo de madrina de uno de sus próximos proyectos en España, ‘Autómata'. Ella fue quien le entregó el guión del director Gabe Ibáñez. ¿Cómo va ese proyecto?
Gabe se ha convertido para mí en una apuesta total, que viene de la mano de Elena. Autómata es una película de ciencia ficción, pero no de Holywood, sino de autor, y yo voy a tratar de darle a Gabe todo lo que necesite porque, además de ser actor, soy el productor. Además, estoy con mi película Solo, que hemos aplazado para septiembre de 2012, y estoy escribiendo una película para Melanie, y desarrollando otra de un debutante, Nestor Denis.
Quiero darle a mi productora Green Moon un impulso y producir películas baratas, de millón y medio, que unas veces dirigiré yo, y otras, nuevos talentos. Es hora de hacer lo que nos piden en España: generar productividad y empleo. También estoy con un proyecto de una serie en EEUU, que protagonizará Melanie. Iba a dirigirla, pero es probable que finalmente se ocupe Rodrigo García. Lo bueno es que todo esto no me quita concentración de mi carrera de actor. Eso sí, ahora soy más obediente con los directores.
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