Una Mostra en la encrucijada
Gran cartel artístico en la 68º edición del festival veneciano, marcada por las dudas acerca de la continuidad de su director
Marco Müller se va, Marco Müller se queda. La Mostra arranca hoy su 68ª edición y esa parece ser la gran incógnita, más allá de una programación impecable y las polémicas de andar por casa que tanto gustan a los medios locales. La prensa estadounidense afirma que el director de la Mostra desde 2004 estaría prestando atención a los cantos de sirena que llegan de Roma, un festival que compite por robar protagonismo a Venecia desde su creación y que se aseguraría un golpe de efecto notable con su fichaje.
La prensa italiana, sin embargo, no cree nada de nada y da por hecha la renovación de Müller gracias a su "idilio" con el director de la Biennale, Paolo Baratta. Sea como fuere esta edición del festival veneciano promete ser de las mejores de los últimos años, con un montón de nombres consagrados, buen cine de autor y una dosis tremenda de estrellas, algo que no puede faltar en cualquier festival que reclame la tan deseada atención mediática.
George Clooney dirige y actúa en el 'thriller' político 'The ides of March'
'Eva', de Kike Maíllo, la única presencia española en la sección oficial
Para empezar, ya está en la ciudad el actor favorito del festival, George Clooney, con nueva novia (se supone) y -lo realmente importante- otra vez en el ruedo del cine sociopolítico con un filme basado en Farraguth North, una pieza de Beau Willimon sobre el famoso batacazo del candidato demócrata Howard Dean en 2004.
La película, The ides of March, versa sobre un joven secretario de prensa metido en un lío de faldas que amenaza su carrera y la de su jefe, un político que no puede permitirse errores. Luego llegarán el nuevo y esperadísimo Polanski, Un dios salvaje, adaptación de la obra de Yasmina Reza, que promete clavar otra vez hasta el mango el delicado bisturí del director francopolaco con la inestimable ayuda de un cuarteto de campanillas como Jodie Foster, John C. Reilly, Christoph Waltz y Kate Winslet (en el certamen por triplicado, con dos películas y una serie de televisión).
Tampoco se quedará corto el realizador canadiense David Cronenberg, que en Un método peligroso mete en un cara a cara a Viggo Mortensen y Michael Fassbender, interpretando a Sigmund Freud y Carl Jung respectivamente, en una adaptación del libro de Christopher Hampton, The talking cure. También aparecerán por el Lido Steven Soderbergh, esta vez con una de virus, Contagion, donde sobresalen Matt Damon y Gwyneth Paltrow; y Michael Mann, este último produciendo una película a su hija, Texas killing fields.
William Friedkin, el veterano realizador de French connection y El exorcista, vuelve a un festival de categoría A con Killer Joe, una película que el propio realizador definía recientemente como una adaptación "libre" de la Cenicienta, pero más "oscura y siniestra". Completa el desfile de figuras El topo, adaptación de la novela de John Le Carré con un Gary Oldman amenazando Oscar, con los flancos bien cubiertos por Colin Firth y Tom Hardy y la presencia tras las cámaras de Tomas Alfredson, el director de la maravillosa Déjame entrar. Los más cinéfilos tampoco querrán perderse el último trabajo de Todd Solondz, The dark horse, o Wilde Salome de Al Pacino, traslación cinematográfica de la obra de teatro del mismo nombre. Los connoiseurs también esperan disfrutar con Shame, segunda película del videoartista británico Steve McQueen, director de la potentísima Hunger, y de Eva, la ópera prima de Kike Maíllo, única presencia española en la sección oficial.
La mencionada Shame ya ha sido calificada por la prensa italiana como la "película-escándalo" del festival debido a sus -se supone- brutales secuencias de sexo. La otra "película-escándalo" sería Un été brûlant, donde Monica Bellucci realiza un desnudo integral con gran calado erótico. Polémicas aparte, el festival se volcará en el homenaje a Nicholas Ray, rematado con un documental firmado por su viuda, Susan Ray.
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