Un país de guapos
Corsé de Dior de los 50, sujetador en los 70 y Herzigova con un 'wonderbra'. |
España no ha estado nunca a la cabeza en lo que a moda se refiere. Siempre hemos ido, como en casi todos los ámbitos, con retraso respecto al resto de países pero, al mismo tiempo, la moda ha tenido una relevancia especial en nuestra vida y nuestra Historia. 'Del corsé al tanga', de la periodista Laura Manzanera, repasa los últimos 100 años de la moda en nuestro país.
La autora, en declaraciones a ELMUNDO.es, describe su libro como "un recorrido por un siglo de historia de España desde la perspectiva de la moda. Un reflejo de lo mucho que hemos cambiado en nuestra forma de pensar, de vivir y, en consecuencia, también de vestir". Por ello, comienza por el corsé y aborda todas las prendas que fueron llegando a España: la enagua, los sombreros imposibles, el biquini y, cómo no, la minifalda.
Siempre se ha sabido que los niños, como la moda, vienen de París pero, a pesar de esto, también hemos tenido diseñadores patrios que han influido mucho en la forma en la que nuestro estilo se iba configurando. Así, Fortuny, Paco Rabanne, Roberto Verino o Pertegaz iban y venían con nuevos diseños que también gustaban en el extranjero y Balenciaga, al que la autora del libro considera el más influyente de nuestro país, "innovaba teniendo en cuenta el pasado y la tradición, reinterpretando la mantilla, los ornamentos en los cuadros de Goya o Velázquez, el negro riguroso de los tiempos de Felipe II...".
El hombre y la mujer nunca han estado en igualdad de condiciones en lo que se refiere a la moda. "La tradición ha obligado a los varones a trabajar fuera de casa, por eso sus trajes debían ser serios, sobrios y cómodos. Ornamentos, florituras y prendas opresoras como el corsé o los tacones quedaron para las mujeres", afirma Laura Manzanera, que también considera que "aunque en las últimas décadas este punto ha cambiado bastante, a nosotras se nos sigue exigiendo mostrar un aspecto impecable en todo momento".
De la tiranía de la moda a la tiranía de la belleza
Según pasaban los años evolucionaba la higiene, la ropa y también la forma de pensar.
El corsé evolucionó y paso a llamarse sujetador, prenda que las 'hippies' se negarían a llevar y que, posteriormente, se convertiría en 'wonderbra'. Las faldas se acortaron, se alargaron, se volvieron minis, 'cinturones' y se volvieron a alargar. Con la movida madrileña, según la periodista, "los creadores españoles se lanzaron a trabajar con libertad y hasta con ayuda oficial". Además -prosigue-, "los atrevidos diseños de Raúl del Pozo o los vestidos imposibles de Agatha Ruiz de la Prada contribuyeron a aquella onda 'fashionista' y gracias a esto apareció la marca 'Moda de España'". En los 90, de una moda elitista a la que sólo unos pocos bolsillos tenían acceso, se pasó a otra que intentaba abarcarlo todo para llegar a todos los públicos.
Actualmente, parece que la moda se ha 'endurecido' y ya no aspiramos a ser (o parecer) ricos sino a querer ser, o parecer, jóvenes. "Vivimos cada vez más pendientes de nuestro 'look', que significa mirar pero también parecer. Miramos y somos mirados, y por tanto juzgados según nuestra apariencia", reconoce Manzanera. "La ropa, en general, es ahora más cómoda que en épocas pasadas, pero estamos sometidas y sometidos a otras tiranías: la delgadez y la juventud".
Según cree la autora de 'Del corsé al tanga' "lo queramos o no, hoy todos somos 'fashionistas' en potencia y todo es 'fashionable'. Desde que Zara creó, más que un estilo de vestir, un estilo de comprar, la ropa nueva y a la última se considera un artículo de primera necesidad. Somos esclavos de una moda cambiante y caprichosa". Y concluye: "parece que la moda seguirá transformándose, el tiempo dirá cómo".
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