sábado, 26 de noviembre de 2011

Barcelona juega mal.

El Getafe estrangula al Barça
Los azulgrana se quedan a seis puntos del Madrid después de un mal partido en el Coliseum (1-0)


Al Barcelona se le escapa la Liga antes de llegar al Bernabéu. Ha ido descontando puntos de mala manera en cancha ajena. Algunos, en partidos muy exigentes, como los de Mestalla y San Mamés; otros, en accidentes, como el del Camp Nou con el Sevilla. También ha penalizado en estadios aparentemente sencillos, como Anoeta y anoche el Coliséum Alfonso Pérez. Imponente el miércoles en San Siro, perdió la imbatibilidad en el feudo del Getafe y se ha quedado descolgado, a seis puntos del Madrid, cuando solo falta una jornada para visitar Chamartín. Ni siquiera disputar el martes el partido adelantado contra el Rayo le permitirá igualar al Madrid. No perdía el Barça desde el 30 de abril, en el campo de la Real Sociedad. Así que la primera derrota fue también la más cruel porque el margen de error era mínimo.

Getafe: Moya; Valera, Cata Díaz, Rafa, Mané (Lopo, m. 49); Sarabia (Ríos, m. 84), Michel, Lacen, Casquero, Diego Castro (Juan Rodríguez, m. 90); y Miku. No utilizados: Codina; Mosquera, Rubén Pérez y Colunga.

Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Abidal, Maxwell (Cuenca, m. 71); Xavi, Busquets, Thiago (Keita, m. 65); Alexis (Pedro, m. 71), Messi y Villa. No utilizados: Pinto; Adriano, Fontàs y Mascherano.

Gol: 1-0. M. 67. Valera remata de cabeza un córner servido por Sarabia.

Árbitro: Teixera Vitienes. Amonestó a Maxwell, Lacen, Piqué, Casquero, Diego Castro, Lopo y Busquets.

Unos 16.000 espectadores en el Coliséum Alfonso Pérez.

Aunque inesperada, la derrota del Barça estuvo cantada desde el gol de Valera. Ni Messi pudo arreglar un partido que tuvo muy mala pinta desde que lo pintó Guardiola. Al equipo le faltó arrebato, un punto de rebeldía o si se quiere de locura. Fue incapaz de revertir la adversidad y la mala puntería de Villa y Alexis. Al Getafe le alcanzó con una excelente defensa y un córner para ganar al campeón y ahora mismo espectador de la marcha triunfal del Madrid. El ataque y el gol azulgrana fue tan insistente y perseverante como estéril e insustancial. No hubo manera de meter un gol con Messi ni con cinco delanteros.

De regreso a la Liga, el Barça procuró recuperar su fútbol más genuino, el juego control y de asociación, nada que ver con el asombroso y continuo despliegue de Milán. Ni un solo reproche desde el punto de vista académico y de la ortodoxia. Jugaba con intención, dinamismo y fluidez. No había problemas de circulación con la pelota y nada tenía que decir el Getafe, abrigado en la divisoria, protegido por el trivote, agresivo con la pelota y sin ella, muy intimidador Casquero.

Uno de los muchos partidos ya vistos del Barça, a veces tan bonito que se vuelve empalagoso y chato, poco profundo, algo por culpa suya y a veces por la estrechez del campo, por las interrupciones constantes o por la pierna fuerte del contrario. Apenas pisaba el área, muy poco intervenían Villa y Alexis y nadie ganaba espacio y mucho menos remate para los medios. Al buen despliegue colectivo le faltaba el desequilibrio individual que habitualmente asegura Messi, ayer fatigado. Y si no marca La Pulga las cosas siempre se complican mucho.

Alrededor de Xavi, los barcelonistas mezclaban bien por dentro y, en cambio, no funcionaban por fuera. Achicaban la cancha los muchachos de Luis García y no había delantero que punteara los pases de Messi. El partido se fue enredando para el Barça para suerte del Getafe, cada vez más atrevido, selectivo en sus salidas, contento de no conceder ocasiones por su defensa de ayudas.

El encuentro demandaba un cambio de marcha desde el punto de vista del Barça. Ocurrió que el equipo se aceleró de mala manera, se impacientó muy pronto y la jornada se le puso especialmente peligrosa. A la precipitación barcelonista respondió con algún amago de contragolpe el Getafe. Muy puesto en la presión y recuperación, al Barça le faltaba dar amplitud al campo y velocidad para elaborar mejor su juego.

No funcionaba el ataque estático ante la bien puesta zaga del Getafe. Incluso Guardiola pareció contagiarse de la sensación de que el encuentro solo podría desequilibrarse a partir de una jugada de estrategia, de un rebote, de la entrada de un interior, de manera que se encomendó a Keita. Y, ciertamente, el marcador se movió a la salida de un córner. El problema para el Barça es que fue Valera quien marcó para el Getafe. No atina el Barça a defenderse en las acciones a balón parado ni tampoco a remontar los marcadores.

No le quedó más remedio a Guardiola que recurrir a Pedro y Cuenca. Tampoco fue la mejor solución. Ni la defensa de tres. La angustia fue creciendo con el paso del tiempo y el equipo acabó estrangulado por el Getafe y a merced ahora del Madrid. Allá donde no llegó Moya intervino el poste o las circunstancias, de manera que la cita del día 10 en el Bernabéu ha ganado dramatismo para el Barça y se presenta como una ocasión única para la revancha del Madrid. No tenía margen de error el equipo de Guardiola y el Getafe lo crucificó antes de visitar el Bernabéu. No puede el Barça seguir la marcha del Madrid.

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