jueves, 24 de noviembre de 2011

La cultura en manos de incultos.

El escritor relaciona los males del Siglo de Oro con los problemas de la actualidad en la presentación de 'El puente de los asesinos'.

Arturo Pérez-Reverte considera que España vive con "cansancio histórico", porque la educación y la cultura "están en manos de ministros incultos con miedo a ser otra cosa que demagogos". Sin embargo, indica Pérez-Reverte, en las librerías "todavía se puede encontrar un antídoto para esto, y hacen el trabajo que no han hecho los educadores y ministros correspondientes".

Así de claro se ha mostrado con motivo de la presentación de El puente de los asesinos (Alfaguara), la séptima entrega de la saga Alatriste, que este año celebra su 15 aniversario, y donde repasa los males del Siglo de Oro y los vincula a los problemas de la actualidad.

El autor murciano hizo estas declaraciones este miércoles en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, donde señaló que España es un país "en el que las ilusiones se van rápido, las decepciones se acumulan, y en el que cualquier español se da cuenta de que hay algo que está fallando desde hace siglos, lo que produce un cansancio histórico". "Hay un especie de lucidez cansada que se contagio en mis novelas y en mis personajes", subraya.

El escritor vincula la evolución de su personaje con la de su autor. Reverte comenzó a escribir la novela "hace 15 años y ha ido envejeciendo. "Alatriste y yo nos escribimos mutuamente; yo le doy a él cansancio, lucidez, reflexiones, y él me obliga a mí a mirar la vida de una manera determinada, en un proceso de interacción mutua", ha manifestado Pérez-Reverte, que ambienta esta séptima entrega en Venecia.

El cansancio de Alatriste
No obstante, "Alatriste es el más cansado de mis personajes", precisa, al tiempo que manifiesta, que pese a todo, "esto no excluye la esperanza". "Uno es español y no puede dejar de querer a este país y a su gente", subraya el escritor, quien insta a "seguir siendo generosos, a hacer un esfuerzo generoso en el trabajo, a hacer el chiste en el momento preciso", aunque "cada vez cueste más en un país como éste".

De este modo, y preguntado por el porqué de todo esto, el autor ha dicho que "hay muchas razones", y ha explicado que mientras en Europa tras el Concilio de Trento se apostó por "Dios moderno, que permitía el progreso y los libros, y hacia posible un mundo moderno, en los países latinos se apostó por un Dios oscuro, reaccionario, de sacristía, un Dios que nos ha mantenido fuera de la modernidad durante mucho tiempo", y "aún lo estamos pagando", lamenta.

Además, "es un pueblo muy difícil, un país que nunca ha llegado a cuajar del todo, hecho de pueblos distintos y malavenidos, con mucho rencor histórico, mucha mala leche, con una guerra civil de ocho siglos entre moros y cristianos, una situación difícil de resolver, que solo se conseguiría con educación y con cultura", pero, añade, "la educación y la cultura siempre está en manos de los mismos, de Ministerios de Cultura y Educación que son también incultos, o que tiene miedo a ser otra cosa que demagogos".

"Somos lo que somos porque en el XVI y XVII fuimos lo que fuimos" En este sentido, Pérez-Reverte explica que Alatriste surgió porque "en los libros de texto de mi hija el Siglo de Oro pasaba inadvertido", cuando "fue importantísimo". "Somos lo que somos porque en el XVI y XVII fuimos lo que fuimos; sin este siglo no podemos entender el presente, y mi esfuerzo para que la generación de mi hija entendiese lo que fue, con lo bueno y lo malo, que se horrorizase con la Inquisición, pero al mismo tiempo se emocionara con un soneto de Quevedo o Cervantes".

Reverte insiste en que "Quevedo es un autor extraordinariamente lúcido, y de una inteligencia pasmosa, y sin embargo en el colegio se ven dos sonetos de Quevedo y adiós, cuando habría que estudiarlo en todos los colegios como asignatura", ya que "tiene dentro claves que explican lo español de manera extraordinaria". Pero, critica, "me aterra el despojo de ese siglo que han hecho las autoridades educativas, mientras que cualquier niño inglés maneja Shakespeare sin problemas".

'Alatristes' por el mundo
En cualquier caso, "hoy Alatriste viaja en metro y autobús, es ese hombre y esa mujer que hacen sus trabajos con dignidad, conciencia y vergüenza, que intentan ser honrados y decentes, aunque estén rodados de golfería y poca vergüenza", lamenta, y afirma que "aún hay pequeños Alatristes anónimos que me producen ternura, y que cuando se identifican como lectores y amigos me hacen sentirme muy bien".

Por último, y preguntado sobre acerca de las críticas de Javier Marías a la reforma de la ortografía, Pérez-Reverte se ha mostrado "de acuerdo" con Marías, y ha señalado que cuando salió la ortografía dijo a sus correctores y editores que no se la aplicasen, ya que sigo "negándome a aceptarla".

"Javier Marías, Vargas Llosa, Luis Mateo Díez, y yo nos opusimos a esa ortografía, que se aprobó contra nuestra voluntad, así que no la aceptamos ni estamos dispuesta a aceptarla como académicos que somos", concluye.

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