La nueva tumba de Wilde, a prueba de besos
El escritor Oscar Wilde estrena nueva tumba en París. Éste descansa desde su muerte en 1900 en el cementerio de Pere Lachaise pero ahora su familia, con la ayuda del gobierno irlandés, se ha visto obligada a renovar este espacio debido a un curioso fenómeno que comenzó en 1999.
Si algún lector ha visitado alguna vez este cementerio parisino y ha visto la tumba de este 'dandi' irlandés, habrá podido comprobar que se encontraba totalmente cubierta de besos. Pintarse los labios y fijarlos en la piedra era ya una tradición.
Jacob Epstein, un escultor modernista, creó en 1912 una tumba con un ángel volando para Wilde. Ésta sobrevivió casi perfecta hasta 1985, a excepción de los genitales del mismo. A partir de este momento las pintadas y graffiti comenzaron a proliferar, por lo que los descendientes de Wilde intentaron preservar la misma y acreditarla como monumento histórico, algo que consiguieron gracias a las multas que desdes ese momento recibirían aquellos que profanaran el nicho.
Fue entonces, en 1999, cuando comenzó este fenómeno extraño de los besos. Para evitarlo, la tumba se ha cubierto con un cristal de dos metros que evitará que los 'fans' del autor de 'El retrato de Dorian Gray' sellen con sus besos la visita a Pere Lachaise.
El nieto de Wilde ha sido el encargado de inaugurar su nuevo lugar de descanso y, según recoge 'The Telegraph', ha declarado que si su abuelo hubiera estado presente "le hubiera gustado la atención" y añadió que, "quizá algún día, cuando se pase la moda de besar a Oscar Wilde, puedan quitar la protección de cristal". Parece que no, pues los besos se dan ahora al árbol plantado junto a su tumba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario