Necesitamos de la poesía, “porque nos hace falta corazón para muchas cosas”
En edición del sello independiente La región cartonera, el libro muestra que “aún existe” ese género
“Los poetas no estamos muertos, estamos más vivos que nunca y más que nunca se necesita la poesía en estos momentos, porque nos hace falta corazón para muchas cosas”. Con esas palabras y la lectura de algunos poemas, la poeta Sonia Silva-Rosas cerró la presentación de su libro Cuarto menguante, publicado por el sello independiente La regia cartonera, proyecto editorial nacido en Monterrey.
Un poemario de hechura artesanal que sirve para decirle a las grandes editoriales “que aún existe la poesía”, dijo la autora el jueves por la noche en la librería Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica, donde dedicó el título a las escritoras Dolores Castro y Enriqueta Ochoa.
Sonia Silva-Rosas estuvo acompañada por Marianne Toussaint, Alejandro González y Rubén Campos, quienes destacaron en su escritura la tenacidad del oficio poético, el hallazgo de imágenes poéticas y metáforas en los lugares precisos y la comunicación entre poetas hombres y poetas mujeres.
Alejandro González resaltó “la calidad heroica ejemplar, conmovedora, de quienes como Sonia escriben poesía hoy en este mundo tan antipoético, con el compromiso y los resultados que podemos ver en Cuarto menguante. Escribir poesía hoy a pesar de todo, contra todo, para nada, es decir, sin mayor utilidad económica, es más que nunca un acto de fe en los poderes del arte, de las letras, la imaginación y la inteligencia, un acto de gran nobleza, profundamente humanista”.
Los poemas de Cuarto menguante, añadió, “muestran la cara lunar de la vida, nos recuerdan el dolor de ser y estar en tensión y desgarramiento, más allá justo en el hueco que deja el dolor, en el límite preciso entre el ruido y silencio, me descubro con mi lápida a cuestas en franca huída del olvido, escribe Sonia... Es también una hermosa crítica a nuestra realidad que nos recuerda que vivimos tiempos infames en los que se terminan de derrumbar certezas”.
La poeta Marianne Toussaint dijo que Cuarto menguante representa “la sorpresa de encontrar una voz tan intensa, tan cuidada, meditado el lenguaje poético, la concreción y el acomodo de las imágenes poéticas. No está recargado de imagen poética ni de metáfora, pero las que están están en el lugar preciso y son absolutamente necesarias y efectivas”.
Sonia, dijo Toussaint, recupera los ciclos lunares y el diálogo interior. “Entusiasma que sabemos que está escribiendo una mujer, sin las cargas defectuosas que ha tenido esto, porque de pronto hay toda una crítica donde a las mujeres se nos adjudican, así como San Agustín decía que éramos la oscuridad y el caos, la mala factura o la falta de rigor, pero la verdadera poesía escrita por mujeres es ésta donde abreva desde sus raíces.
“Envuelve a todo este poemario un campo semántico que tiene que ver con la tierra, y esta es la entraña, vemos cómo se va tejiendo en un poema y en otro, reiteradamente la entraña y la tierra.”
En el libro de Sonia Silva-Rosas “hay luz, hay ironía, una ironía muy fina, una conciencia dolorosa, pero no patética; no va a confesar los lamentos de la mujer, va a dar testimonio de lo difícil que es la vida como mujer. Aquí es cuando accedemos a la literatura. Aquí no hay confesión, hay testimonio, hay una gama que va planteando, hace un paneo de la existencia donde el dolor es lo mismo para hombres y para mujeres”.
Rubén Campos, también poeta, habló de la importancia de la comunicación entre los poetas hombres y mujeres, “porque es parte de ese andamiaje y de esa comunicación entre la poesía en sí misma”
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