jueves, 24 de noviembre de 2011

Las escuchas ilegales.

Vivía en una constante ansiedad y paranoia a causa de las escuchas"
La actriz Sienna Miller habla ante el tribunal que investiga las prácticas deshonestas de la prensa sensacionalista británica


"Yo acusaba a la gente de filtrar información a la prensa, mi madre acusaba a mis amigos, mis amigos a mi familia... la sospecha de la traición estaba por todas partes". La actriz y modelo británica Sienna Miller ha descrito esta mañana sus relaciones personales cuando aún desconocía que su teléfono y el de sus allegados estaba siendo espiado. La exnovia de Jude Law ha sido la última estrella en prestar declaración ante el tribunal 73 de las Cortes Reales de Justicia en Londres, tras Hugh Grant, la exasesora de Elle McPherson, los padres de la niña desaparecida Madeleine McCann y el actor Steve Coogan, que también lo han hecho esta semana.

Desde el lunes se llevan a cabo las audiencias en la investigación que trata de esclarecer hasta qué punto las malas prácticas periodísticas destapadas por el escándalo del periódico News of the World han afectado a la vida de los implicados. En el caso de Sienna Miller, las consecuencias fueron nefastas.

Con apariencia muy relajada y sonriente en todo momento ha contado cómo llegó a hacer una reunión con su madre, su hermana, su novio (que en aquel momento era el actor Jude Law) y sus dos mejores amigas para sonsacarles quién había filtrado una información a la prensa. "Se publicaban asuntos muy privados de mi vida, que yo solo había comentado con ellos", ha explicado.

Miller ha relatado cómo al principio no desconfiaba. "Tengo un círculo muy reducido de personas íntimas y me sentía protegida". Pero llegó un puto en que todo comenzó a ser demasiado confuso y desconcertante. "Los periodistas sabían que iba a ir a un restaurante o a tomarme un café a algún lugar antes incluso de que yo llegara. No quería salir de casa, me sentía ansiosa y vivía en una paranoia constante. El simple hecho de pensar que alguien me estuviera espiando el teléfono me hacía sentir aún más paranoica", ha relatado la actriz.

Pero cuando el escándalo de las escuchas se destapó la cosa no mejoró. "Cambié de teléfono hasta tres veces en tres meses, tenía números especiales para hablar con cierta gente y aún así las informaciones seguían saliendo". ¿Cómo se sintió cuando se enteró de que no sólo su teléfono estaba pinchado sino también el de muchos de sus amigos y familiares?, ha preguntado entonces el letrado.

"Terrible. Muchos eran gente que jamás habían hecho nada ni remotamente relacionado con la vida pública", ha respondido Miller.

Durante la audiencia de hoy ha vuelto a salir a colación el nombre de un periódico fuera del grupo News Corporation, propiedad de Rupert Murdoch. Esta vez ha sido The Mirror. En el juicio se ha comentado una portada de este diario sensacionalista en que salía una fotografía de la actriz tirada por los suelos, acompañada de un texto en que se la acusaba de estar borracha. En realidad, la foto había sido tomada en una gala benéfica organizada por Miller en un momento en que ella jugaba en el suelo con un niño "seriamente enfermo", que había sido eliminado de la instantánea. En su día, The Mirror tuvo que emitir una disculpa pública. "Sin embargo, el daño a mi reputación ya estaba hecho, la imagen ya se había publicado y distribuido y contra eso ya no puedo hacer nada", ha lamentado Miller.

Antes que la actriz ha declarado un testigo protegido conocido como HJK y a lo largo de esta tarde darán su testimonio dos personas más: Max Mosley, el ex presidente de Fórmula 1, y la autora de la saga de Harry Potter, JK Rowling. Las conclusiones de toda la investigación está previsto que se publiquen en un informe en el plazo de un año.

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