lunes, 13 de febrero de 2012

Aviso para adúlteros.

Aviso para adúlteros
Una foto panorámica del Camp Nou demuestra que las nuevas tecnologías no facilitan el adulterio

Màrius Serra



Siempre oí que uno de los servicios del mítico meublé barcelonés La Casita Blanca era la información deportiva. Las tardes de domingo se llenaba de presuntos aficionados que abandonaban el hogar conyugal diciendo que iban al campo pero que aprovechaban el tiempo para campar a sus anchas. Y quien dice campar dice copular, joder, fornicar, coger, yacer, montar, acostarse o follar, según la variante dialectal que gastasen. Sabían que tenían dos horas para explayarse. De cinco a siete, el tiempo justo del partido, con prórroga y penaltis. Antes de las siete, los angelicales empleados del meublé ya tenían a disposición de la clientela una ficha técnica con las incidencias del partido: resultado, goles, goleadores, tal vez una leve pincelada del juego... Con esta información básica los adúlteros dominicales podían responder un cómo-ha-ido comprometedor y volver a casa cargados de razones para justificar el estado de ánimo que les tocaba mostrar. Siempre me fascinó imaginar la lucha interior que libraría alguno de esos caballeros tras dos horas de sexo glorioso si su equipo perdía estrepitosamente y le convenía mostrar una gran decepción. O viceversa.

A pesar de la blancura nominal del afamado meublé, los usuarios activos del servicio de información deportiva de La Casita Blanca eran culés y pericos. Por separado. Barça y Espanyol jugaban en casa en domingos alternos, de modo que los únicos días que coincidían las dos aficiones eran los días del derbi. Dos domingos por temporada. Claro que tampoco era necesario ser tan precisos como ahora, que incluso seguimos las ruedas de prensa de los entrenadores. Las fichas técnicas del fútbol-meublé eran más esquemáticas que los análisis técnicos de Joan Golobart, Ricard Torquemada, Ramon Besa o Jordi Costa. Eso sí, tenían una función más clara y una utilidad social innegable.



Ese rudimentario servicio de información ha quedado obsoleto. Todavía quedan meublés pero los partidos ya nunca sabes a qué hora se juegan, y en la era de Twitter siempre puedes conocer las incidencias de cualquier partido al que afirmes haber asistido. Podríamos argüir, pues, que la tecnología facilita el adulterio. Y sí, los cuernos se han digitalizado. Todos conocemos casos de seres doctorados en las mil y una argucias del engaño conyugal por chat, por whatsapp o por red social. Pero las posibilidades tecnológicas no sólo abren vías de transgresión. También ofrecen nuevas herramientas de rastreo a los Otelos contemporáneos. Tras la semifinal de Copa del Rey entre el Barça y el Madrid, un compañero de promoción (81) de los Salesianos de Horta nos envió un enlace muy inquietante.


El medio digital lainformacion.com colgó una foto de todo el Camp Nou hecha en el minuto 3 de la primera parte, con el estadio lleno. La panorámica (de Adriano Morán) es circular, como las de Google View, y las herramientas informáticas (de Alejandro Navarro) permiten encuadrar cualquier rincón de la grada acercándote lo suficiente para distinguir las caras del público, con un golpe de zoom que hubiera hecho llegar al orgasmo en tres nanosegundos a Valerio Lazarov. Muchos de mis compañeros de promoción jugaron a localizarse. Con éxito. Uno que no sale en la foto puso como excusa que llegó cinco minutos tarde al partido. Ay. Yo he hallado el rostro atento de mi sobrino Màrius, a quien dejé el carnet esa noche para que ocupase mi asiento mientras yo veía el partido en el Foment Hortenc. ¡Pobre de él que no hubiese ido! Los aficionados al fútbol-meublé deberán de empezar a buscar otra excusa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario