Pasé 30 horas en el calabozo"
El presidente de la federación de estudiantes de enseñanzas medias relata su detención
Albert Ordóñez es un estudiante de grado medio de integración social que a sus veintipocos años compatibiliza sus estudios con la dirección de la federación valenciana de estudiantes de enseñanzas medias (Faavem). El jueves pasado —el segundo día de refriegas y cargas policiales contra los estudiantes del instituto público Lluís Vives de Valencia por la detención el día anterior de un alumno menor de edad— entró en galeras detenido y esposado a las 2.10 de la tarde y salió el viernes a las 10.30 de la noche. “Pasé treinta horas en el calabozo”, denuncia.
“Cuando me detuvieron me dieron tres o cuatro puñetazos en la boca”, relata, minutos antes de la concentración del lunes en el Lluís Vives, que ha derivado en el cuarto día de cargas policiales contra los estudiantes.
A partir de ahí todo fue confusión, aislamiento y ocho estudiantes detenidos en la misma celda. Los dos menores salieron esa noche. “No nos dieron ni de beber”. Por la mañana, les ofrecieron zumo de melocotón y galletas. “Soy alérgico al melocotón y pedí agua”. La respuesta de los agentes que tajante: ‘Esto no es un hotel’. “No podíamos ni ir al baño”.
Albert y los otros nueve detenidos están acusados de “resistencia y desobediencia a la autoridad” y también de “atentado”. Su único atentado ha sido protestar y protestar y protestar contra el decreto de recortes en la enseñanza y la función pública aprobado por el Gobierno autonómico de Alberto Fabra en enero.
Cuando lo detuvieron en la calle de Xàtiva, frente al instituto, lo agarraron de los brazos y lo empujaron. “Para no caerme, cogí al policía de la cadera y del brazo y ahora, además, me acusan de hurto por cogerle la gorra al agente cuando me estaba cayendo”. Albert salió “esposado” hacia el hospital Peset Aleixandre, custodiado con dos policías a quienes “no vi el rostro porque llevaban máscaras”.
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