Malas nuevas
Hay muchas bromas en Cuba que aluden a
las estereotipadas informaciones brindadas por la prensa oficial.
Chistes sobre la tendencia a narrar solo lo positivo que ocurre en
territorio nacional y mostrar al resto del mundo a través de los sucesos
trágicos o negativos. Uno de las más conocidas de esas burlas se repite
cuando empieza el noticiero estelar y algunas familias colocan una
bolsa vacía debajo del televisor. “Al menos así se podrá llenar con esas
toneladas de viandas, frutas y alimentos que aparecen sólo en los
reportajes”, dicen las pícaras amas de casa agobiadas por el
desabastecimiento. Además del sarcasmo, hay lingüistas que han anotado
el uso de verbos como “crecer, sembrar, construir, desarrollar” en los
titulares referidos a nuestro propio país, mientras se prefieren
palabras al estilo de “morir, bombardear, perseguir, reprimir y
destruir” para los artículos sobre el extranjero.
A pesar de que en los últimos años se ha tratado de hacer un periodismo más cercano a la realidad, todavía el triunfalismo sigue marcando la pauta de lo que aparece en los medios masivos. Un ejemplo reciente es el brote de cólera surgido desde principios de junio en las provincia orientales. La primera evidencia de que algo ocurría fue un texto de un periodista independiente. En los sitios digitales oficiales tacharon la noticia como “otra patraña el imperialismo”. Sólo para tener que reconocer semanas después que ciertamente hay una infección por Vibriom Cholerae en la ciudad de Manzanillo. Como la gente descree tanto de lo que dicen los periódicos, incluso esa nota de Granma fue leída con suspicacia. A las cifras de 3 muertos y 53 infectados, el rumor popular comenzó a agregarle más números. Y toda esa especulación pasa porque hemos aprendido a leer al revés las noticias y a desconfiar de casi todo lo que se dice en la TV.
A pesar de que en los últimos años se ha tratado de hacer un periodismo más cercano a la realidad, todavía el triunfalismo sigue marcando la pauta de lo que aparece en los medios masivos. Un ejemplo reciente es el brote de cólera surgido desde principios de junio en las provincia orientales. La primera evidencia de que algo ocurría fue un texto de un periodista independiente. En los sitios digitales oficiales tacharon la noticia como “otra patraña el imperialismo”. Sólo para tener que reconocer semanas después que ciertamente hay una infección por Vibriom Cholerae en la ciudad de Manzanillo. Como la gente descree tanto de lo que dicen los periódicos, incluso esa nota de Granma fue leída con suspicacia. A las cifras de 3 muertos y 53 infectados, el rumor popular comenzó a agregarle más números. Y toda esa especulación pasa porque hemos aprendido a leer al revés las noticias y a desconfiar de casi todo lo que se dice en la TV.
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