martes, 10 de julio de 2012

España. Si solo fuera el IVA.

Si solo fuera el IVA...

Por: José María Izquierdo
¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? Hay que ver lo que les cuesta decir que nos van a llover los recortes. Por un lado subirá el IVA, una medida enloquecida cuando la hizo el PSOE. Y por otro, toda una batería de recortes, que ya les hemos contado todos pero que todavía no se animan en el Gobierno a confirmarlos, siguiendo la deplorable política de comunicación marcada por el propio presidente. Mejor el silencio y la ocultación. Lo del IVA es tremendo, no solo por lo que significa de retorcimiento e incumplimiento del programa del PP, sino por las razones dadas por el ministro del ramo, un Cristóbal Montoro capaz de decir las cosas más tremendas sin que se le mueva un pelo de las cejas. Hormigón armado. El encargado de la recaudación y la inspección fiscal tiene el cuajo de reconocer que hay un fraude gigantesco, y para solucionarlo no mete en la cárcel a los infractores, no, sino que prefiere que todos los españoles paguemos su desidia e incompetencia para acabar con la economía sumergida. Así que para compensar la baja recaudación se sube el impuesto, con lo que a la vista de la incapacidad de las autoridades pertinentes para frenar el fraude, habrá aún más infractores. Como cualquiera entiende si no se impulsa un riguroso plan de lucha contra la economía sumergida, pero si éste se hubiera puesto en marcha no hubiera habido necesidad de subirlo. Tan ridículo que hasta Abc entiende lo evidente: “Montoro dio a entender que su incremento tiene que ver con el alto fraude que se registra en este tributo (…) [lo que]  justificaría más un plan contra la economía sumergida que un incremento del impuesto”. ¡Elemental, oh, Kalikatres sapientísimo!
Y entre tanto recorte, tanto País Vasco y tanto cura me tienen agotado. Ya les digo que me voy a ir de vacaciones muy prontito. Así que las cuadrillas de acondicionamiento de los yates y otras fruslerías, vayan situándose en posición de prevengan. Luego no quiero disculpas, que lo mismo les hago un ERE  para que la ministra Báñez se lo cuente a Marhuenda. ¡Qué ilusión, salir en los papeles!
¿Decían ustedes que esto de la subida del IVA nos va a rematar? Pues aguarden a lo que anuncia el editorial de Abc. “El Estado necesita urgentemente ingresos y la subida del IVA lo garantiza durante unos meses, pero antes o después habrá de armonizarse su incremento con un revisión del impuesto sobre la renta”. Lo que dicho por quien lo dice y aplicado por quien lo puede aplicar es para pensar en una película de terror. Porque el mismo anuncio, ya ven, suena distinto si lo cuenta, por ejemplo, Barack Obama, que no es que su política sea para lanzar cohetes, pero a veces dice cosas que reconfortan: “Obama propone bajar los impuestos a la clase media y subirlos a los ricos” ¿Se pueden ustedes creer que tal cosa, ridícula por obvia, todavía suene como una consigna revolucionaria?
Para Javier González Ferrari, en La Razón, ya no hay una única malvada en Europa, que ya saben todos que ahora para la derecha la mala es Angela Merkel. Quién les ha visto y quién les ve. Dice Ferrari que el verdadero nombre, “aunque él no lo sabe”, del presidente del Banco Central Europeo es “Mario Von Draghi”: “El presidente del BCE es alemán aunque en su pasaporte figure que es italiano. Al menos todas sus decisiones parecen tomarse en Berlín donde la canciller de acero inoxidable de este IV Reich, Angela Merkel, marca el paso que está llevando a los países periféricos del euro a un camino sin retorno”. Otro tachado de la lista: Draghi. Fuera. Ni verle.
Y en El Mundo no crean que nos auguran mejores perspectivas. El editorial se titula “A Rajoy solo le queda una carta: el ajuste radical”. Y estas son las cosas que habría que hacer, según Pedro José Ramírez Codina: “Rajoy explicará mañana en el Congreso el nuevo programa de ajuste del Ejecutivo. Nadie entendería ya que no acometiera a fondo esa reforma de la Administración Pública que se le pide desde las instancias europeas. Cerrar las empresas públicas inservibles, privatizar o eliminar servicios innecesarios como las televisiones autonómicas, acabar con la duplicidad o triplicidad de funciones en los distintos estamentos, establecer planes eficaces de recorte de gastos en los organismos públicos, reducir el número de ayuntamientos, eliminar las diputaciones (...) a Rajoy sólo le queda el arma de ese ajuste radical, junto con la reducción del gasto en pensiones y en las prestaciones por desempleo, para luchar contra la prima de riesgo”. Unir el descontrol de las televisiones autonómicas con bajar las pensiones solo se puede hacer, si ustedes me permiten, desde la mala fe. Y por mucho que lo envuelvan, una canallada es una canallada.
He de reconocerles que me abruma todo lo que se escribe del País Vasco. La cantidad de folios y folios que son capaces de rellenar nuestros amigos sin cambiar ni una coma de sus ya sabidos planteamientos. Hoy, por ejemplo, en Abc, además de la Tercera Página del dirigente popular Antonio Basagoiti, hay columna de Hermann Tertsch, Ignacio Camacho y una parte de Juan Carlos Girauta. En El Mundo hay editorial y columnas de Manuel Jabois y Ferrer Molina. Entiendo que en algunos casos se trata de recordar el vil asesinato de Miguel Ángel Blanco. En otros, ni eso. Son vueltas y más vueltas al mismo molino. Un día y otro, un mes y otro, un año y otro. Lo admito: me abruman. Y no encuentro ya párrafos para la selección. Debe ser que necesito las vacaciones con urgencia…
Se me olvidaba decir que también hay columna vasca de Alfonso Ussía en La Razón. Ninguna novedad sobre el fondo de lo ya dicho por él mismo desde hace décadas, pero hay alguna tontuna, al hilo del lenguaje, que me gustaría compartir con ustedes: “No soy partidario de los Libros de Estilo. Son los guardianes estalinistas del idioma”. O “Los Libros de Estilo también han colaborado en el empobrecimiento del idioma común, diariamente maltratado”. Y todo porque no quiere que se utilicen los nombres de poblaciones, por ejemplo, en vasco. ¿Algún día entrará en la mollera de señor tan destacado que el vasco, el gallego o el catalán, no son lenguas extranjeras y que por tanto su tratamiento debe ser distinto del inglés o el swahili? ¿Tan difícil es de entender?

No hay comentarios:

Publicar un comentario