martes, 25 de septiembre de 2012

España, neoliberalismo y lágrimas.

Ignacio González: España, neoliberalismo y lágrimas

Centra su discurso de investidura en economía, unidad del Estado e ideario de su mentora

En un discurso de investidura con la economía de protagonista, Ignacio González se ha envuelto en la bandera de España y la fe neoliberal que durante 30 años impulsó su mentora. Esperanza Aguirre ha figurado en la tribuna —junto a los otros expresidentes de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina y Alberto Ruiz Gallardón—, pero también ha estado en el atril. La hoja de ruta del nuevo Gobierno regional seguirá siendo la misma, si alguien tenía alguna duda —o la oposición alguna esperanza—. El discurso también ha tenido un importante componente interno, pensado para reforzar la imagen del líder después de una semana de turbulencias que aún colean con Génova por la secesión de Aguirre al frente del PP de Madrid.
“Mi fe en la libertad me ha hecho buscar cómo ampliar la de los ciudadanos. No soy de la idea de decir a los ciudadanos lo que tienen que hacer. Mi programa no alberga dudas, no hay sorpresas, es claramente liberal y el que los madrileños han elegido. Desde 2009 Madrid es la primera economía de España, pese a tener un millón menos de ciudadanos que Cataluña”, ha centrado González la primera parte de su puesta en escena, en el que las referencias a la Generalitat han sido constantes y más o menos veladas. "Como presidente de la Comunidad haré todo lo que esté en mi mano en fortalecer la unidad de España", ha incidido, en relación al movimiento independentista del Ejecutivo de Artur Mas. "Somos la región más solidaria, aportando 2.500 millones por los 718 de Cataluña al Fondo de Garantía. Y somos la que tiene menos deuda pública, y la que más atrae inversiones extranjeras (76,4% en primeros seis meses del total".

“Más de lo mismo”

El discurso no ha satisfecho a la oposición, que ha mostrado su negativa a la “política continuista” a la que en varias ocasiones se ha referido González. “Ahora entiendo el rechazo de muchos dentro del PP hacia González. No es la persona indicada, porque lo que todo el mundo espera es un cambio en las políticas económicas, sociales, sanitarias y educativas. Es más de lo mismo”, ha expresado el secretario general del PSM, Tomás Gómez.
“En su despedida, Esperanza Aguirre ya dijo que se iba con la sensación de un proyecto concluido. Y así es, es un proyecto agotado”, ha concluido el portavoz socialista, que ha barruntado “que esta legislatura no llegará al final”. “Este Gobierno destaca por su deslegitimidad, por eso pedimos la convocatoria de unas elecciones anticipadas”, ha señalado el portavoz de IU, Gregorio Gordo. “Nada nuevo bajo el sol, ha sido un discurso con demasiada economía, hemos echado en falta otros temas importantes”, ha apuntado por su parte la voz de UPyD, Luis de Velasco.
Apelando a la “falta de dudas” que genera Madrid frente al auge del secesionismo de Cataluña, González ha vuelto a pedir a Mariano Rajoy que abra la mano y revise el sistema de financiación autonómica. "Solicito la colaboración del Gobierno de la nación, nuestra Comunidad ha sido la más solidaria, y no nos importa. Porque no somos dudosos de nuestra generosidad, estoy seguro de que el Gobierno dará a Madrid los recursos necesarios". González volvía, así, a incidir en los 992 millones menos que el Estado tiene previsto destinar a Madrid en 2013. La propia Aguirre ya recalcó que "debía tratarse de un error". De no ser así, señaló al ministro de Economía, Cristóbal Montoro, como culpable de los nuevos recortes que tendrán que aplicarse en Madrid, e incluso de que no se cumpliera con el objetivo de déficit del 1,5%.
También ha habido momento para las lágrimas, cuando González, 25 años a la derecha de Aguirre, se ha emocionado, perdiendo la voz y rompiendo a llorar. Tanto que ha tenido que interrumpir su discurso. La consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Ana Isabel Mariño, también se ha secado alguna que otra lágrima. “Es un hombre de Estado, me han gustado mucho las referencias a España”, ha resumido Aguirre a la conclusión del discurso, tras llegar al recinto conduciendo su propio coche con González de copiloto.
“Me parece bien que los hombres también lloren”, se ha referido a las lágrimas de su delfín al inicio de su intervención. “Pueden estar tranquilos los madrileños porque Madrid hará lo que tiene que hacer", ha zanjado la expresidenta, que se ha tomado un café con su antiguo equipo de Gobierno en la Asamblea. La dirigente estaba visiblemente contenta tras haber pasado por la mañana la revisión que le correspondía por el cáncer que la aparcó de la política en febrero de 2011.
También ha confirmado su intención de eliminar el Consejo Económico y Social, la Agencia de Protección de Datos y PromoMadrid, una vieja reclamación de UpyD. Y ha mostrado su intención de poner en marcha un plan de forestación para las 1.546 hectáreas quemadas en Robledo de Chavela y Valdemaqueda. En cuanto lo ha escuchado, Mariño, la responsable de la cartera medioambiental, ha aplaudido encantada, como si recibiera un regalo llovido del cielo. Mientras, la felicitaban la consejera de Educación, Lucía Figar, y el de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty.
A continuación, González ha mostrado el respaldo de su Gobierno a la candidatura olímpica de Madrid 2020. "Es la única gran capital del mundo que no ha recibido los Juegos y ha llegado la hora de que la alberguemos", ha argumentado en medio de una nueva ronda de aplausos. Las salvas no se han producido precisamente cuando ha anunciado que seguirá con la idea de Aguirre de reducir la Cámara. "Vamos a seguir proponiendo la reducción de diputados a la mitad". Más de un parlamentario se ha revuelto incómodo en su escaño.
“No son tiempos fáciles y no prometo soluciones fáciles. Mi obligación moral es decirles a los madrileños toda la verdad y ofrecerles soluciones. En mí no van a encontrar planteamientos demagógicos y quimeras que no se pueden cumplir... Por último, le pido a Dios que me ayude y me ilumine por el bien de todos”, ha concluido González un discurso caracterizado por las constantes referencias a la unidad de la patria y la trascendencia de la economía en tiempos de recesión. La intervención, de una hora de duración, ha finalizado con una ovación atronadora, de muchos decibelios, con los diputados populares rompiéndose las palmas. Había que hacer méritos.

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