lunes, 21 de noviembre de 2011

El voto de castigo.

Los electores castigan en las urnas a los partidos en el poder por la crisis
Cinco gobiernos europeos caen en elecciones desde 2010, ya sean conservadores o progresistas
En Francia y Alemania, han cosechado malos resultados en votaciones al Senado o regionales
Los presidentes de Grecia e Italia han sido relevados antes de terminar sus mandatos

Los electores no perdonan. Desde que comenzó la crisis, los partidos en el Gobierno han ido cayendo en las urnas sin importar que fuesen conservadores o progresistas. Desde mayo de 2010, los Gobiernos de cinco países de Europa han perdido las elecciones generales y en algunos casos con los peores resultado de las últimas décadas. El recuento de los últimos comicios celebrados en estados vecinos presagian una derrota contundente del PSOE en el 20-N como también auguran las encuestas.

Desde el año pasado, Reino Unido, Holanda, Irlanda, Portugal y Dinamarca han cambiado el color político de sus Gobiernos como castigo por la crisis económica. Los laboristas de Gordon Brown cosecharon en las elecciones del 6 de mayo de 2010 su peor resultado desde 1983 frente a los conservadores de David Cameron. El líder del Partido Laborista dimitió tras las elecciones generales. En Holanda, el entonces primer ministro democristiano Jan Peter Balkenende se dejó en las urnas 20 escaños y registró una caída de electores que no había sufrido en los 23 años de vida de su partido, la Llamada Demócrata Cristiana (CDA). Por primera vez en 92 años, un liberal se hizo con el Gobierno neerlandés.

Los resultados de las elecciones generales de Irlanda en febrero de este año confirmaron el desplome del Fianna Fáil, partido dominante en la política irlandesa desde la independencia, que fue castigado por la profunda crisis económica y financiera que vive el país desde hace tres años. Pasó de ser el partido más votado al tercer lugar y se dejó un 24% de los votos con respecto a las anteriores votaciones. El Partido Socialista (PS) portugués no había conocido resultado peor en los últimos 20 años hasta las pasadas elecciones de junio. El primer ministro saliente, José Sócrates, fue gran derrotado con el 28% de los votos, frente al de 38,7% del Partido Socialdemócrata, y anunció su dimisión como secretario general del PS.

En septiembre, los electores de Dinamarca acabaron con 10 años sucesivos de Gobiernos de centro-derecha apoyados por el populista Partido Popular Danés (DF). El bloque opositor de centroizquierda, encabezado por la socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt, ganó las elecciones generales al obtener el 50,3% de los votos, frente al 48,9 % de la derecha. Tan solo en Suecia, los conservadores consiguieron renovar su mandato en septiembre de 2010. La buena gestión económica del Gobierno de Fredrik Reinfeldt y su proyecto de reforma moderada del Estado de bienestar convenció a los suecos para dejar por primera vez en su historia a la Alianza para Suecia un segundo mandato consecutivo.

Al castigo de los electores en Europa, hay que añadir la caída de Silvio Berlusconi como primer ministro de Italia el pasado 12 de noviembre, después de que la Unión Europea (UE) y los mercados pidieran su cabeza al presidente de la República, Giorgio Napolitano, a cambio de tender la mano a una Italia en quiebra. Y la de Yorgos Papandreu en Grecia. El jefe de Gobierno griego ofreció su renuncia, a los dos años de legislatura, para dar paso a un Ejecutivo de unidad que apruebe el rescate financiero de Grecia y espante el fantasma de una bancarrota y salida de la zona euro.

La alianza económica franco-alemana tampoco queda fuera de los rasguños electorales. En vísperas de las elecciones presidenciales de 2012 en Francia, el presidente Nicolás Sarkozy mira de reojo los pasados resultados. En las cantonales, el Partido Socialista recuperó posiciones y en la elección indirecta al Senado, los electores concedieron la mayoría absoluta a los socialistas por primera vez desde la creación de la Quinta República en 1958.

La canciller Angela Merkel también conoce el sabor de la derrota. Los socialdemócratas alemanes obtuvieron en febrero una holgada mayoría en la ciudad-Estado de Hamburgo y se llevaron por delante a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel, en el el ecuador de la segunda legislatura. La CDU se llevó otro varapalo en los comicios de Mecklemburgo-Pomerania y en Baden-Württemberg, donde ganaron por primera vez los verdes.

En España, los primeros indicios del eventual cambio de Gobierno que puede confirmarse esta noche se registraron tras la conquista del Partido Popular en las pasadas elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo, en las que se hizo con el Gobierno de 10 de las 13 comunidades en juego.

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