domingo, 1 de julio de 2012

Los mexicanos hunden con su voto a la derecha.

Los mexicanos hunden con su voto a los conservadores

El desengaño, la violencia y la falta de rumbo cierran la era del PAN | En vez de empleo y seguridad, el pueblo se encontró con pobreza, violencia y corrupción

Internacional | 02/07/2012 - 00:00h
Elisabet Sabartés | México
Corresponsal
Los mexicanos sacaron de Los Pinos a la derecha conservadora. Con sus votos, pusieron cerrojo a dos gobiernos consecutivos del PAN, el mismo partido que expulsó al PRI de la residencia presidencial hace ahora exactamente doce años. Acción Nacional llegó entonces al poder sumando el apoyo de más del 40% de los ciudadanos; hoy estaría perdiendo cerca de la mitad de ese techo electoral, según datos preliminares del escrutinio.

La magnitud del revés que encara el partido del presidente Felipe Calderón tiene una relación directamente proporcional con la frustración que ha sembrado su mandato; una promesa de empleo, seguridad y combate a los monopolios desfigurada en una realidad de pobreza, corrupción y violencia. De poco sirvieron los los logros del panismo en estabilidad macroeconómica, libertad de expresión, rendición de cuentas y universalización de la atención sanitaria básica. El electorado terminó castigando una gestión que sin embargo ha profundizado la desigualdad y la concentración de la riqueza en unas pocas manos pero, sobretodo, ha secuestrado la tranquilidad del país.

"La guerra contra el narco ha tenido, sin duda, un gran peso en la derrota", observa Jorge G. Castañeda, ministro de Relaciones Exteriores en el primer Gobierno del PAN que presidió Vicente Fox, mientras anticipa que la candidata oficialista, Josefina Vázquez Mota, "puede haber perdido cinco millones de votos en relación con los que obtuvieron Fox y Calderón".

La estela de sangre e impunidad que ha dejado el combate contra el narco, cuyo balance provisional suma ya más de 55.000 muertos, condicionó al elector. Por la dimensión trágica del conflicto y por la sucesión de torpezas o negligencias del Gobierno en la persecución del crimen organizado. El último fracaso ocurrió hace ocho días, cuando el Gobierno anunció el arresto del hijo de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, el capo de la droga más buscado, para retractarse a las 24 horas porque el detenido era otro joven.

El desorden y la falta de rumbo de la administración panista contaminaron la campaña de su candidata. Vázquez Mota fue víctima de las divisiones del partido y del desdén de su jefe, Calderón, con otro sucesor en mente. El golpe definitivo se lo propinó el ex presidente Fox, al exponer la crudeza de las luchas intestinas en el PAN llamando al voto útil a vavor del PRI.

La derecha doctrinaria mexicana, que desde la oposición luchó durante décadas por la democratización del país y sus instituciones, actuó con tibieza una vez en el poder. No reformó las instituciones ni sustituyó los liderazgos del viejo régimen; tampoco pidió cuentas al PRI por sus abusos. No supo crear una clase política propia para consensuar los cambios estructurales que podían haber colocado a México en la senda del éxito; tampoco entendió la evolución de la sociedad. Por contra, el PAN se atrincheró en el conservadurismo y gobernó a la defensiva, sin un proyecto propio, conformándose con el pobre papel de gestionar la alternancia en lugar de pilotar la transición.

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