El candidato de Lula arrebata al PSDB la importante alcaldía de São Paulo
El exministro Fernando Haddad vence con holgura a José Serra en la segunda vuelta de las municipales brasileñas
Juan Arias
Río de Janeiro
29 OCT 2012 - 00:26 CET31
La alcaldía de São Paulo, la mayor y más importante ciudad de Brasil,
ha vuelto a ser conquistada por el Partido de los Trabajadores (PT).
Fernando Haddad, exministro de Educación, un candidato escogido por el
expresidente Lula da Silva en una operación arriesgada —como lo fue la
de la presidenta Dilma Rousseff, escogida también por él—, venció ayer
con un amplio margen al candidato del Partido de la Social Democracia
Brasileña (PSDB), el opositor José Serra, que ya había sido alcalde y
gobernador de São Paulo. Con el 98,5% escrutado, Haddad obtuvo el 55,6%
de los votos frente al 44,4% de Serra.
En la capital paulista Lula se jugó el todo por todo. Su candidato comenzó en los sondeos con un 3% de la intención de voto frente al 30% del opositor Serra. Llegaron juntos a la segunda vuelta y Haddad acabó ganando las elecciones.
La estrategia de Lula fue presentar un candidato que él llamó de renovación: Haddad, de 49 años, joven y nuevo, frente a Serra, de 70 años y ya al final de su carrera política, en la que disputó las presidenciales frente a Lula y frente a Dilma y fue premiado por la ONU por su labor como ministro de Sanidad. La apuesta no era fácil, porque São Paulo ha sido desde hace 30 años el feudo fuerte del PSDB y tanto la alcaldía de la ciudad como el Gobierno del Estado son fundamentales en las elecciones presidenciales.
Lula necesitaba ganar su apuesta por dos motivos concretos: pensando en la reelección de Rousseff en 2014 y para quitarse la espina de ver a fundadores y líderes históricos de su partido, como José Dirceu y José Genoino, dos exguerrilleros del tiempo de la dictadura militar, condenados por corrupción y formación de una organización criminal por el Supremo Tribunal Federal.
Lula considera que el juicio del mensalão ha sido una forma de criminalizar a su partido y a sus Gobiernos populares y llegó a decir que a él y a su partido “los absolverían las urnas”.
El PT fue derrotado en ciudades también importantes como Belo Horizonte, Manaos, Salvador de Bahía, Fortaleza, Cuiabá y Diadema, pero no cabe duda de que la gran apuesta era São Paulo, la capital económica y financiera del país, la ciudad con el mayor presupuesto y con un 25% del PIB nacional.
El triunfo del PT en São Paulo vuelve a colocar al partido de Lula y Dilma en el candelero de la política no solo municipal, sino también nacional y es un contrapeso a la herida sufrida por el caso mensalão, ya que los líderes del PT condenados por el Supremo pertenecen al poder petista de São Paulo.
Por otra parte, la derrota de Serra en São Paulo ha hecho sonar la alerta en el PSDB. Ayer mismo el fundador del partido y expresidente de la República, Fernando Henrique Cardoso, anunció que el PSDB necesita una renovación urgente de sus líderes.
Es posible que la jubilación política de Serra, el eterno candidato, desvíe el eje del PSDB hacia Minas Gerais, donde el joven Aecio Neves tomará las riendas y será el candidato indiscutible de las presidenciales en 2014, desafiando a Rousseff.
La otra novedad de estas municipales es la victoria en alcaldías importantes del Partido Socialista de Brasil (PSB), cuyo líder es el joven gobernador Eduardo Campos. Su partido es hoy un aliado del Gobierno de Rousseff, pero ya se prepara para levantar el vuelo y presentar un candidato a las presidenciales de 2018.
Campos y Neves son hoy dos amigos a pesar de estar uno en el Gobierno y otro en la oposición. Juntos se han apoyado en elecciones de Minas Gerais, en las que vencieron al candidato de Lula. Hay analistas que apuestan que podrían presentarse juntos a las presidenciales ya en 2014.
Las fichas se han movido y ahora empieza un nuevo juego político.
En la capital paulista Lula se jugó el todo por todo. Su candidato comenzó en los sondeos con un 3% de la intención de voto frente al 30% del opositor Serra. Llegaron juntos a la segunda vuelta y Haddad acabó ganando las elecciones.
La estrategia de Lula fue presentar un candidato que él llamó de renovación: Haddad, de 49 años, joven y nuevo, frente a Serra, de 70 años y ya al final de su carrera política, en la que disputó las presidenciales frente a Lula y frente a Dilma y fue premiado por la ONU por su labor como ministro de Sanidad. La apuesta no era fácil, porque São Paulo ha sido desde hace 30 años el feudo fuerte del PSDB y tanto la alcaldía de la ciudad como el Gobierno del Estado son fundamentales en las elecciones presidenciales.
Lula necesitaba ganar su apuesta por dos motivos concretos: pensando en la reelección de Rousseff en 2014 y para quitarse la espina de ver a fundadores y líderes históricos de su partido, como José Dirceu y José Genoino, dos exguerrilleros del tiempo de la dictadura militar, condenados por corrupción y formación de una organización criminal por el Supremo Tribunal Federal.
Lula considera que el juicio del mensalão ha sido una forma de criminalizar a su partido y a sus Gobiernos populares y llegó a decir que a él y a su partido “los absolverían las urnas”.
El PT fue derrotado en ciudades también importantes como Belo Horizonte, Manaos, Salvador de Bahía, Fortaleza, Cuiabá y Diadema, pero no cabe duda de que la gran apuesta era São Paulo, la capital económica y financiera del país, la ciudad con el mayor presupuesto y con un 25% del PIB nacional.
El triunfo del PT en São Paulo vuelve a colocar al partido de Lula y Dilma en el candelero de la política no solo municipal, sino también nacional y es un contrapeso a la herida sufrida por el caso mensalão, ya que los líderes del PT condenados por el Supremo pertenecen al poder petista de São Paulo.
Por otra parte, la derrota de Serra en São Paulo ha hecho sonar la alerta en el PSDB. Ayer mismo el fundador del partido y expresidente de la República, Fernando Henrique Cardoso, anunció que el PSDB necesita una renovación urgente de sus líderes.
Es posible que la jubilación política de Serra, el eterno candidato, desvíe el eje del PSDB hacia Minas Gerais, donde el joven Aecio Neves tomará las riendas y será el candidato indiscutible de las presidenciales en 2014, desafiando a Rousseff.
La otra novedad de estas municipales es la victoria en alcaldías importantes del Partido Socialista de Brasil (PSB), cuyo líder es el joven gobernador Eduardo Campos. Su partido es hoy un aliado del Gobierno de Rousseff, pero ya se prepara para levantar el vuelo y presentar un candidato a las presidenciales de 2018.
Campos y Neves son hoy dos amigos a pesar de estar uno en el Gobierno y otro en la oposición. Juntos se han apoyado en elecciones de Minas Gerais, en las que vencieron al candidato de Lula. Hay analistas que apuestan que podrían presentarse juntos a las presidenciales ya en 2014.
Las fichas se han movido y ahora empieza un nuevo juego político.
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