Draghi aplaza las medidas excepcionales y decepciona a los mercados financieros
Draghi retrasa la compra de deuda a que los Gobiernos se atrevan a pedir ayuda
El presidente del BCE admite que la situación en los mercados es "insostenible"
La falta de acciones inmediatas cambia el rumbo de la prima de riesgo, que sube a 550 puntos
Mantiene los tipos en el 0,75% y el interés por los depósitos de los bancos en el 0%
El País /
Juan Gómez
Madrid
/
Berlín
2 AGO 2012 - 14:25 CET168
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha aplazado
este jueves la compra de deuda y otras medidas no convencionales hasta
que los países del euro en apuros se atrevan a pedir ayuda a los fondos
de rescate. Las palabras de Draghi, que ponen en evidencia que no habrá
acciones inmediatas para atajar las presiones en los mercados contra
España o Italia, han decepcionado a los inversores,
con lo que la Bolsa de Madrid ha llegado a ceder más de un 5% y la
prima de riesgo española ha vuelto a superar los 550 puntos básicos.
Draghi tiró la piedra la semana pasada en Londres al asegurar: “El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”. Pero hoy ha escondido la mano y ha dejado la pelota sobre el tejado de los Gobiernos. Son los Ejecutivos de los países con problemas los que "deben ir al fondo de rescate, el BCE no está para sustituir a los Gobiernos", ha dicho. A renglón seguido, el presidente del BCE se ha justificado en que, hasta la fecha, "ni un país ha pedido todavía" que el mecanismo de emergencia europeo use sus nuevas posibilidades y compre deuda de los socios en apuros.
"Aunque nosotros estemos listos para actuar, no habría base para hacerlo", ha insistido durante una intervención en la que ha lanzado varias referencias veladas hacia España, cuyo Ejecutivo se resiste a pedir la ayuda de los fondos por el temor a quedar estigmatizado ante los mercados y tener que asumir nuevos recortes.
Sobre el cuándo podría ponerse en marcha el BCE, Draghi ha sido explícito: "La respuesta es sencilla, cuando los Gobiernos cumplan con la condición de desplegar el fondo de rescate". En cuanto al cómo, ha añadido que el diseño final de las medidas para ello se decidirá en las próximas semanas.
El presidente del BCE ha insistido mucho en usar el condicional
durante su intervención ante la prensa, enfatizando así que no está en
su mano activar el botón nuclear que ahuyentaría a los especuladores y
recuperaría la confianza de los inversores en toda la eurozona. Con
ello, redobla la presión contra los Gobiernos de España e Italia y se
protege frente a las presiones alemanas.
La hipótesis de la reactivación del programa de compra y su coordinación con los fondos europeos deja abiertas varias incógnitas. La principal es cómo va a enfrentarse Draghi a la oposición del Banco Central alemán (Bundesbank) y del Gobierno alemán. El Bundesbank se ha opuesto en diversas ocasiones a la reactivación del programa de compra de deuda en el BCE. Por su parte, el Ministerio alemán de Hacienda ha dado un tibio consentimiento a esta posibilidad, pero ha negado en varias ocasiones la necesidad de que los fondos de estabilidad compren deuda española.
En principio, la compra de deuda por parte de los fondos de estabilidad (se habla hoy del ESM, que aún no está en funcionamiento) requiere una petición formal del Gobierno beneficiario y la firma de un nuevo memorándum de entendimiento. Esto le obligaría a aplicar nuevos ajustes. Por su parte, el Gobierno alemán tendría que obtener el permiso de su Parlamento para aprobar más desembolsos.
Por otra parte, el BCE ha decidido mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,75% y la facilidad de depósito, que es el interés con el que remunera el dinero que los bancos dejan aparcado en sus arcas, en el 0%.
Draghi tiró la piedra la semana pasada en Londres al asegurar: “El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”. Pero hoy ha escondido la mano y ha dejado la pelota sobre el tejado de los Gobiernos. Son los Ejecutivos de los países con problemas los que "deben ir al fondo de rescate, el BCE no está para sustituir a los Gobiernos", ha dicho. A renglón seguido, el presidente del BCE se ha justificado en que, hasta la fecha, "ni un país ha pedido todavía" que el mecanismo de emergencia europeo use sus nuevas posibilidades y compre deuda de los socios en apuros.
"Aunque nosotros estemos listos para actuar, no habría base para hacerlo", ha insistido durante una intervención en la que ha lanzado varias referencias veladas hacia España, cuyo Ejecutivo se resiste a pedir la ayuda de los fondos por el temor a quedar estigmatizado ante los mercados y tener que asumir nuevos recortes.
Sobre el cuándo podría ponerse en marcha el BCE, Draghi ha sido explícito: "La respuesta es sencilla, cuando los Gobiernos cumplan con la condición de desplegar el fondo de rescate". En cuanto al cómo, ha añadido que el diseño final de las medidas para ello se decidirá en las próximas semanas.
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En principio, la compra de deuda por parte de los fondos de estabilidad (se habla hoy del ESM, que aún no está en funcionamiento) requiere una petición formal del Gobierno beneficiario y la firma de un nuevo memorándum de entendimiento. Esto le obligaría a aplicar nuevos ajustes. Por su parte, el Gobierno alemán tendría que obtener el permiso de su Parlamento para aprobar más desembolsos.
Por otra parte, el BCE ha decidido mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,75% y la facilidad de depósito, que es el interés con el que remunera el dinero que los bancos dejan aparcado en sus arcas, en el 0%.
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