Versátiles y competitivos
Los azulgrana ya no son monotemáticos, sino que tienen picos: a veces resultan directos, en otras gobiernan
Jordi Alba trata de zafarse de Tito. / uly martín
A la espera de Puyol y Piqué, todavía lesionados, el Barcelona gana
jugadores a cada partido, circunstancia decisiva para entender su
competitividad, versatilidad y liderato en la Liga. Valdés se recuperó
ayer después de un mal inicio de temporada y Song cumplió muy bien como
volante central y aumentó la importancia del polivalente Adriano. Las
mejores noticias, sin embargo, las protagonizaron Montoya y Villa.
Aunque los azulgrana penalizaron la pasada temporada por varios factores, la ausencia de Villa fue tan significativa como los lapsus de Alves. Ningún futbolista asumió los goles del Guaje, sobre todo porque Pedro también anduvo renqueante, y hubo un momento en que ya no se sabía si el brasileño era lateral o extremo, especialmente cuando había que encajar a Cesc, algo que pasaba por desplegar al equipo a partir del 3-4-3.
Villa ya ha recuperado al menos su productividad: cuatro goles en 183 minutos. El asturiano sabe jugar al espacio, tiene profundidad, evita el fuera de juego y mete los goles más importantes como el 0-1. Y a Alves le ha salido un excelente competidor en Montoya. El joven procedente del filial guarda bien la posición, ataca de forma selectiva y pone buenos centros. El pase de gol a Messi es definitivo en el 0-2.
Jugadores como Busquets, Xavi, Pedro y, especialmente, Cesc mantienen, mientras tanto, su excelente nivel. Cesc volvió a sobresalir como asistente (suma seis) y dejó un gol para coronar su excelente actuación en Vallecas. A veces parece que Tito Vilanova está decidido a convertir a Cesc en el chico de la Liga. No hay que olvidar que el técnico entrenó a aquel equipo cadete que no perdió ningún partido con Cesc, Messi y Piqué.
Y Messi superó anoche la barrera de los 300 goles. No pierde su puntería con independencia de que juegue de falso 9, de 8, de 6 o de 10. Los distintos registros de Messi reflejan también ahora mismo las distintas maneras de jugar del Barcelona. Hoy por hoy, es un equipo que, sin renunciar a su estilo, sabe competir de mil maneras, incluso cuando no tiene el control del balón y del encuentro, como pasó al comienzo, dominado por el Rayo.
Ya no es monotemático, sino que tiene picos: a veces resulta directo, en otras gobierna el encuentro y también es capaz de golear cuando el contrario se arriesga. A menudo discontinuos, los azulgrana completaron anoche un gran partido: no encajaron ningún gol por cuarta vez desde que comenzó el curso y anotaron cinco, el dígito mágico del club, la mejor noticia para Vilanova, que pedía una jornada tranquila.
Ayer apenas tuvo que corregir nada, como era costumbre, sino que el técnico disfrutó tanto de su equipo que pudo dar salida a Bartra y Dos Santos, un medio que el pasado verano se negó a abandonar el club cuando el entrenador le anunció que no contaba con sus servicios. Asegura Vilanova que le ha visto con tantas ganas en los entrenamientos que se ha ganado una oportunidad. Al plantel le mueve la ambición. Ayer ganó el Barça por 0-5 e igualó su mejor inicio de Liga sin Iniesta, Piqué, Puyol ni Alves.
Aunque los azulgrana penalizaron la pasada temporada por varios factores, la ausencia de Villa fue tan significativa como los lapsus de Alves. Ningún futbolista asumió los goles del Guaje, sobre todo porque Pedro también anduvo renqueante, y hubo un momento en que ya no se sabía si el brasileño era lateral o extremo, especialmente cuando había que encajar a Cesc, algo que pasaba por desplegar al equipo a partir del 3-4-3.
Villa ya ha recuperado al menos su productividad: cuatro goles en 183 minutos. El asturiano sabe jugar al espacio, tiene profundidad, evita el fuera de juego y mete los goles más importantes como el 0-1. Y a Alves le ha salido un excelente competidor en Montoya. El joven procedente del filial guarda bien la posición, ataca de forma selectiva y pone buenos centros. El pase de gol a Messi es definitivo en el 0-2.
Jugadores como Busquets, Xavi, Pedro y, especialmente, Cesc mantienen, mientras tanto, su excelente nivel. Cesc volvió a sobresalir como asistente (suma seis) y dejó un gol para coronar su excelente actuación en Vallecas. A veces parece que Tito Vilanova está decidido a convertir a Cesc en el chico de la Liga. No hay que olvidar que el técnico entrenó a aquel equipo cadete que no perdió ningún partido con Cesc, Messi y Piqué.
Y Messi superó anoche la barrera de los 300 goles. No pierde su puntería con independencia de que juegue de falso 9, de 8, de 6 o de 10. Los distintos registros de Messi reflejan también ahora mismo las distintas maneras de jugar del Barcelona. Hoy por hoy, es un equipo que, sin renunciar a su estilo, sabe competir de mil maneras, incluso cuando no tiene el control del balón y del encuentro, como pasó al comienzo, dominado por el Rayo.
Ya no es monotemático, sino que tiene picos: a veces resulta directo, en otras gobierna el encuentro y también es capaz de golear cuando el contrario se arriesga. A menudo discontinuos, los azulgrana completaron anoche un gran partido: no encajaron ningún gol por cuarta vez desde que comenzó el curso y anotaron cinco, el dígito mágico del club, la mejor noticia para Vilanova, que pedía una jornada tranquila.
Ayer apenas tuvo que corregir nada, como era costumbre, sino que el técnico disfrutó tanto de su equipo que pudo dar salida a Bartra y Dos Santos, un medio que el pasado verano se negó a abandonar el club cuando el entrenador le anunció que no contaba con sus servicios. Asegura Vilanova que le ha visto con tantas ganas en los entrenamientos que se ha ganado una oportunidad. Al plantel le mueve la ambición. Ayer ganó el Barça por 0-5 e igualó su mejor inicio de Liga sin Iniesta, Piqué, Puyol ni Alves.
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