lunes, 22 de octubre de 2012

Crímen pasional termina con suicidio

El asesino de El Salobral se pega un tiro tras seis horas cercado por la Guardia Civil

El hombre que mató a una menor se ha disparado en la caseta donde estaba atrincherado

Los agentes y su padre intentaron sin éxito negociar su rendición

Vídeo: Atlas

Juan Carlos Alfaro, el presunto homicida que mató el sábado a una menor de 13 años, de la que decía estar enamorado, y a otro vecino de la localidad albaceteña, se ha pegado un tiro en la cabeza a la puerta de la caseta donde permanecía atrincherado desde primera hora de esta mañana tras ser descubierto por la Guardia Civil. El presunto asesino, que iba armado con un fusil y una pistola y es un excelente tirador, ha salido de la caseta en torno a las tres de la tarde y se ha disparado después de soportar un cerco de unas seis horas. Está clínicamente muerto pero los equipos de emergencia mantienen sus constantes vitales porque es donante de órganos, según el Ministerio del Interior.
La Guardia Civil, después de un día y medio de búsqueda, lo había localizado sobre las nueve de la mañana en una zona cercana a una finca perteneciente a su familia. Al darse cuenta de que había sido descubierto, Alfaro abrió fuego contra los agentes. Poco después dejó de disparar y desde entonces los agentes intentaban convencerle de que se entregara de forma pacífica. En las conversaciones, dirigidas por un negociador de la Unidad Especial de Intervención la Guardia Civil, participó el padre del presunto asesino. Otros familiares, entre ellos unos tíos muy cercanos, se trasladaron a la zona y pidieron también hablar con él.
Durante el tiempo que permaneció cercado, Alfaro aseguró que no dispararía si los agentes no disparaban contra él. A media mañana pidió tabaco y un teléfono móvil para comunicarse mejor con las fuerzas de seguridad, después de que el suyo se quedara sin batería. Un centenar de efectivos de las fuerzas de seguridad y del sevicio de información de la Comandancia de Albacete rodeaban el lugar donde se atrincheraba, dentro de una caseta en la zona que la madre de la menor había señalado a la policía como posible escondite del presunto asesino. Cerca de estos terrenos posee una finca la familia de Alfaro y también uno de los hermanos de Agustín Delicado, el vecino al que supuestamente mató el sábado. La Guardia Civil había pedido la asistencia de una UVI medicalizada por si pudiera haber heridos.
Mariano Zafra / El País
Un tío del presunto asesino, Ángel Aparicio, ha declarado que su sobrino no era un criminal y no hubiera hecho lo que ha llegado a hacer si no hubiera estado "presionado" por la familia de la menor para que cortara su relación con ella. Lo mismo ha dicho en televisión esta mañana la madre de Alfaro, Cándida, ha asegurado que su hijo intentó romper la relación en varias ocasiones pero que la adolescente insistía en seguir adelante. Según esta mujer, su hijo se puso nervioso por el constante acoso de la madre de la chica.
Hasta localizar a Alfaro esta mañana, los agentes, con la ayuda de perros y de un helicóptero, peinaron cada metro cuadrado de los alrededores la pedanía albaceteña desde el sábado, después de que Alfaro se diera a la fuga tras cometer su crimen. El entierro de la menor estaba previsto hoy a las 15 horas en el cementerio de Albacete y el de Agustín Delicado a las 17 en El Salobral, según el alcalde de la localidad.
Foto del presunto asesino obtenida de su perfil en Facebook.
El crimen ocurrió el sábado por la tarde. El presunto asesino, mecánico en paro, conocido como El Fraguel, experto tirador y con 15 armas en casa, cogió una pistola y salió a matar a Almudena. Ella paseaba con unos amigos por el centro de El Salobral, una pequeña pedanía con poco más de 1.000 habitantes a 14 kilómetros de Albacete, cuando Juan Carlos le salió al paso. Eran las siete y veinte de la tarde, más o menos. Le descerrajó cuatro tiros con la pistola en una calle La Luz, una pequeña callejuela, y salió corriendo en dirección a su casa, según las versiones de los vecinos. En ese momento llamó al servicio de Emergencias y les informó de que había matado a la adolescente.
Después entró en su casa, en una de las esquinas de la Plaza Mayor, frente a la iglesia del pueblo, y cogió un rifle. Con él en mano, se dirigió a la calle Mayor y lanzó una ráfaga de tiros hacia delante. Hasta 15 impactos de bala pueden verse aún en los edificios del fondo. Una de ellas alcanzó a un vecino que había salido al portal de su casa a fumar un cigarro para no molestar. Era Agustín Delicado, de 40 años, conocido como Pepsicolo, camionero en paro con una niña de 11 años. Murió en el acto.
En ese momento estaba hablando con él su vecino de portal, Francisco Martínez. “Casi ni le vimos”, señala. “Estábamos hablando tranquilamente uno frente a otro cuando comenzamos a escuchar los tiros. Cuando miré, Agustín  estaba en el suelo”. Casualmente, el marido de la abuela de Almudena entraba en coche en ese momento por la calle Mayor. A él también le alcanzó uno de los tiros, pero tuvo más suerte que Delicado. Resultó herido leve en un brazo y fue dado de alta el sábado de madrugada. Almudena vivía con él y con su mujer. El domingo esperaba conmocionado el cuerpo de Almudena en el mortuorio del hospital, con el brazo en cabestrillo, junto a su mujer y la madre de Almudena.
Alfaro se fue corriendo. La Guardia Civil cree que huyó a pie. No lo hizo, desde luego, ni en su coche ni en su moto -los agentes tienen ambos controlados-, aunque tampoco pueden asegurar que no haya usado el vehículo de algún amigo para huir. La noche de los dos asesinatos era oscura y llovía a mares, lo que facilitó que pudiera esconderse y escapar. Los agentes lo llamaron por teléfono para tratar de que se entregara. Hablaron con él, pero sin éxito. A las 11 de la noche desconectó el teléfono. Ahí se pierde su rastro. Este domingo la búsqueda fue especialmente cuidadosa por la zona por la que supuestamente habló por el móvil por última vez, pero no han logrado encontrarlo hasta esta mañana.
Alfaro sembró el pánico en el pueblo. Después del triple ataque, la Guardia Civil cerró los accesos a El Salobral y recomendó a todos los vecinos que no salieran de casa. Algunos de ellos, con miedo de que el homicida pudiera aparecer en cualquier calle, pidieron a los agentes que les acompañaran a casa, según explica el alcalde, Ángel Sánchez. La Consejería de Educación ha decidido suspender las clases del lunes en el colegio de El Salobral y en el IES de Aguas Nuevas (Albacete), donde cursaba sus estudios la menor.

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