Google siempre ha dejado claro que su misión como empresa es "organizar la información disponible en el mundo", ya sean artículos, libros, vídeos, noticias, etcétera. La herramienta más conocida de Google es su buscador (www.google.es), que en España utilizan aproximadamente más del 90% de las personas que realizan una búsqueda de información en Internet.
El principal activo del buscador de Google es el algoritmo que utiliza para ordenar los resultados de búsqueda. La principal característica de este algoritmo es que supuestamente no utiliza la opinión de seres humanos para determinar la importancia de un contenido determinado. El algoritmo se basa en una combinación de factores computables matemáticamente, como por ejemplo la cantidad de sitios web que enlazan a un contenido determinado. Cuantos más enlaces apuntan a un contenido, más importancia le otorga el algoritmo a dicho contenido.
Para una empresa, es fundamental que sus productos y servicios aparezcan en las primeras posiciones del buscador de Google. Esto es garantía de que muchas personas van a acceder a la página web de la empresa.
Precisamente por dicho motivo, algunas empresas intentan aprovecharse de la abrumadora popularidad de Google. Y lo hacen creando páginas web específicamente diseñadas para aparecer en las primeras posiciones de resultados para una búsqueda determinada. A lo largo de los años esto ha significado que para muchas búsquedas, el buscador de Google no ofrece un enlace a la página con el contenido más relevante, sino un enlace a la página mejor preparada para posicionarse. Este fenómeno es una amenaza para Google: si las empresas logran "engañar" al algoritmo, el buscador dejará de ser útil para las personas.
Para responder a este problema y seguir manteniendo el liderazgo en la misión de "organizar la información disponible en el mundo", Google anunció ayer una modificación sustancial de su algoritmo de búsqueda. No es el primer cambio, pero según muchos analistas del sector, es el cambio más significativo de los últimos años.
El nuevo algoritmo introduce criterios de calidad y originalidad del contenido. Es decir, para aparecer en primeras posiciones de resultados de búsqueda, no solo es importante haber sido referenciado por otros sitios web, sino ofrecer un contenido original y de calidad.
Este cambio puede suponer una revolución en el ámbito de la publicación de contenidos. Sitios web de medios de comunicación, por ejemplo, llevan ya tiempo quejándose de que sus contenidos originales aparecen por debajo de otros sitios web que directamente han copiado su contenido. Están en juego millones de lectores, es decir, millones de euros.
Como es habitual, Google no ha desvelado los nuevos criterios del algoritmo, limitándose a comentar que sus pruebas demuestran que tras el cambio, los resultados de búsqueda apuntan a contenidos originales y de mayor calidad.
Algunos analistas opinan que este cambio en el algoritmo supone que Google está aceptando, implícitamente, que su buscador es cada vez menos eficaz, menos útil para las personas. Incluso se apunta que el modelo de basar resultados de búsqueda en un algoritmo puede estar llegando a su fin, y modelos basados en recomendaciones directas de personas (el caso de Facebook o Twitter, por ejemplo) pueden destronar a Google de su reinado particular en la organización de la información.
El tiempo dirá quién tiene la razón. De momento, Google sigue siendo el líder, a mucha distancia de sus supuestos competidores. Durante cuánto tiempo podrá resistir el algoritmo es una pregunta clave para dibujar el futuro de Internet.
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